La crisis económica ha obligado a la Consejería de Educación a apretarse el cinturón y a controlar al máximo las partidas presupuestarias. Y ha empezado por hacer cumplir la normativa existente. En concreto, el Plan de Ausencias, por el que se regulan las sustituciones de los docentes en los centros cuando éstos están de baja. El viceconsejero de Educación, Gonzalo Marrero, dijo ayer que serán los docentes de cada centro los que cubran las ausencias de sus compañeros cuando éstas sean inferiores a 15 días.

Gonzalo Marrero explicó que este Plan de Ausencias, que ha sido criticado por los sindicatos docentes porque supone una sobrecarga de trabajo, además de restarles tiempo para otras tareas docentes como tutorías o preparación de actividades, no es algo nuevo en los centros y que el problema es que no se ha venido aplicando porque ha existido una "bonanza económica".

El curso pasado la Consejería se gastó 51 millones de euros en sustituciones, aunque el viceconsejero se negó a decir el número de bajas que se produjeron. Añadió, sin embargo, que este año la cifra de bajas ha "descendido", que se ha endurecido la inspección médica y que no se sobrepasará dicha cifra económica.

Marrero dijo que este año "no hay dinero" y que la Consejería tiene que garantizar los 96,7 millones de euros que paga en las nóminas de los funcionarios y otras prioridades, por lo que sólo se cubrirán las vacantes y las sustituciones de larga duración. Añadió, además, que hay menos sustituciones porque este curso se sumaron a la plantilla 4.800 nuevos funcionarios.

El viceconsejero señaló que el plan de sustituciones -cada centro debe elaborar el suyo en función de sus características- garantiza tanto la atención de los escolares como su aprendizaje.

Marrero, que se reunió ayer mismo con los directores de centros de Gran Canaria para explicarles la medida, afirmó que existen profesores suficientes en los centros para cubrir bajas, ya que las plantillas están conformadas de acuerdo al número de grupos existentes tal como se pactó con los sindicatos en 2002.

"Si en un centro de Primaria hay nueve grupos, hay 13 profesores y si tienen un grupo mezcla, uno más. Si, además, hay más de 20 alumnos por clase, serían 15. Si están todos los profesores con sus grupos, hay seis que no están en el aula. Están haciendo tareas complementarias. Pero la prioridad es atender a los niños si hay una baja".

Marrero aclaró que los docentes de Infantil, Primaria y Secundaria son generalistas y que están preparados para dar cualquier materia. En el caso de Bachillerato o Formación Profesional, donde son especialistas, el viceconsejero dijo que es evidente que los profesores de Griego no darán Matemáticas, ni viceversa.