La amenaza de lluvia convierte el local de la asociación en el lugar idóneo para trabajar. Basta con finalizar las escaleras que hay bajo el escenario y entrar en el espacio para impregnarse del buen ambiente y la profesionalidad que penetra en los poros de los modelos con cada pincelada. Cuesta decidir a dónde mirar porque cada rincón alberga una creación cargada de detalles. El proceso de transformación en sí mismo es un espectáculo en el que a golpe de maquillaje se convierte a personas en auténticos lienzos humanos. Y es que el arte camina y lleva lentillas de colores durante las Fiestas del Pilar.
La concentración es más que evidente en cada uno de los grupos que preparan a los cinco aspirantes a conseguir el primer premio: lograr el patrocinio de la empresa Carnal para poder concursar en los próximos Carnavales. El trabajo es arduo, tanto para los maquilladores como para los modelos que se pasan horas de pie y quietos. Algo que les puede pasar factura como a una de las participantes que sufrió varios desmayos y valoró junto a su equipo no competir.
"Nosotros pensamos que somos los que trabajamos, pero los modelos son los que hacen el mayor esfuerzo", asegura Karen Nuez García mientras perfila el dibujo con calaveras y elementos de vudú que ya luce Jaime Santana. Él, que es el benjamín del evento, sonríe aún con la cara al natural mientras su cuerpo se va llenando de colores. "Es una experiencia agradable", afirma el joven bailarín de 18 años quien se está estrenando en este mundo en las Fiestas del Pilar gracias a la destreza del equipo que conforman junto a Karen Nuez, Tania Galván y Silvia Urbano, que todavía se está formando en la academia donde también han salido sus compañeras así como otros de los participantes, la escuela de Ana Lidia Alonso.
Aunque no concursa, se nota que Alonso es el alma del evento que ella coordina y en el que trabaja como la primera maquillando junto a sus alumnos al cuerpo de baile que abrirá de la gala. La obertura, en la que se fusiona maquillaje, danza y música gracias al coreógrafo Javier Momo, está inspirada en demonios y ángeles en recuerdo y homenaje a Ángel.
Entre las pupilas de Alonso también se encuentra Kathy Brisón, quien quería dibujar un felino y lo ha conseguido gracias al trabajo conjunto que ha realizado con Carmen Rosa Morata y Lidia Esther Gil. Las tres han creado una espectacular leoparda sobre Jennifer Jiménez Medina. Bailarina de profesión, ha preparado una coreografía acorde a los naranjas y marrones que se funden sobre su piel en la que, además, Lidia Esther se afana en pintar las últimas manchas negras con rotuladores al agua.
Y es que para crear unos efectos tan reales se emplean maquillajes acuarelables que los artistas combinan con complementos de materiales como el látex con el que crean prótesis que van adheridas y decoradas acorde a las distintas alegorías. Aunque no competían, los ganadores de la pasada edición, Alberto Torres y Yovis Vera las usaron para transformar a Diego Velázquez en el inca de oro del Perú.
La innovación y originalidad también tienen cabida en el body painting. Para dar vida al contiente africano en el cuerpo de Aythami Santana, Jorge Pérez, José Luis Santana y Yoani González han recreado la sabana, las máscaras tribales y un gran león al que no le faltan los pelos sintéticos que pegan en tiras sobre el joven y camuflan y dan efecto relieve sobre la pie con servilletas, pegamento y pintura. El broche final lo pone el águila que "sobrevuela" desde la cabeza la creación que ha salido de las únicas manos que no se dedican de manera profesional al maquillaje.
¿Y para quitarse todo eso? Ayoze Ortega se ríe mientras Jorge Olivares tiñe sus brazos de azul cielo. "Agua caliente y jabón" y también un poco de paciencia, si bien el modelo confiesa que merece la pena y por eso repite experiencia. Su torso, transformado en una enorme mirilla por la que un ojo se asoma lo corrobora. Y es que el maquillador ha creado en él el mundo de Alicia en el País de las Maravillas. Un lugar tan mágico como lo es ver a estos profesionales en pleno lío.
