E l presidente de la Nación Atlántica, en un gesto que le honra, ha elegido estas últimas horas de 2012 para anunciarnos que estamos en la cabeza de salida de la recuperación económica. Él calcula, con su ojo de cernícalo y citando informes, que para el segundo semestre de 2013 llegará una ligera pero ilusionante eclosión que, además, será mucho antes que en cualquier otra zona de España, si es que a esas alturas quedara zona alguna dentro de la unidad patria y universal de España.

Esto lo barrunta el Mencey en su blog, confesando que con ello quiere abrir "una ventana al optimismo". Cierto que cuando se abre una ventana de estas hay que tener una cierta cautela. No sería la primera vez que uno abre la ventana porque ve un claro y se cuela el huracán Hugo, la pelota del niño o el resto de un satélite con combustible tóxico, de ahí el observatorio de chatarra espacial que quiere poner el Cabildo, pero en cualquier caso es saludable, cuanto menos, hacer el amago de que entre aire fresco y mucho optimismo, y si es a tongas mejor que mejor.

No deberíamos dudar de que en el segundo semestre llegara este tipo de recuperación, pero quizá no estemos preparados para ella: son muchos años de pobre y, personalmente no me queda nada que ponerme en una situación así. La última corbata está ahora sustituyendo la cadena de la cisterna, y si llegara ese día de recuperación económica tampoco están las barrigas como para recibir una fula de profundidad, y no digamos un solomillo. Está comprobado por endocrinos argentinos que consumir de golpe alimentos de verdad tras largos periodos a solo millo bajo el estrés emocional de una recuperación económica, dispara los gastos sanitarios y el tránsito de ambulancias, creando en definitiva un mayor absentismo laboral, un aumento de los costes empresariales, un incremento de los intereses bancarios, y en definitiva, un bucle del carajo la vela con el que no vamos a ir más que a peor. Por ello, si es verdad que va a venir la recuperación económica, que esa es otra, que venga, pero que lo haga al baño María porque ahora mismo da hasta susto.