Opinión | Artículos de broma

Eclipse ideológico

Eclipse solar desde Garafía, en La Palma

Eclipse solar desde Garafía, en La Palma / IAC

El sabio señala el eclipse de sol y el facha ve una conspiración. Así estaban en Estados Unidos ante el eclipse que ensombreció 13 estados. El facherío bizarro difunde que cuando se va la luz puede llegar el fin del mundo, los gobiernos desplegar globos para envenenar a la población, imponer la ley marcial... El eclipse es el bulo conspiranoico que se interpone entre la realidad y las cabezas.

Un eclipse es un espectáculo programado –se sabe cuándo ocurrirá el próximo en su región– porque, como Bob Dylan, los astros están en gira permanente. El eclipse es un espectáculo antiespectáculo espectacular. Antiespectáculo porque se va a ver dejar de ver y espectacular por cómo obstruye la luz solar y es de noche en pleno día. Estados Unidos ha hecho del espectáculo un negocio y la maquinaria de propaganda capitalista que poliniza el mundo. Un eclipse aúna allí dos componentes culturales de primer orden: el espectáculo y el Apocalipsis, la ideología del capitalismo y la religión en la que confía el dólar y ansía el adventismo.

Hollywood ha puesto la máxima creatividad en la destrucción total. La América que arrancó haciendo coches para el pueblo nos hizo reír destruyéndolos en el cine mudo. La línea Ford-Paramount, Detroit-Hollywood, de las películas que reventaban media docena de Buick Riviera nos fascinaba en la España de los Seat protegidos con funda y sigue viva en Fast & Furious. El virtuosismo estadounidense en el espectáculo de la destrucción es tal que parecía increíble que el 11 S hubiera sido ideado fuera. Entre las primeras medidas tras el atentado de las Torres Gemelas el presidente Bush convocó a guionistas de Hollywood para imaginar escenarios similares de terrorismo masiva.

Esta gente que mira un eclipse y ve una conspiración está con Donald Trump, el presidente que salió de la construcción, llegó al espectáculo y promete destrucción en su parusía, su segundo advenimiento, el 5 de noviembre.