Opinión

Alejarse

Conviene quedarse ahí y no ceder a la tentación de preguntarse hacia donde crece el universo o qué había antes de que llegara él, porque se mete uno en cuestiones de física teórica que no están al alcance de todos los mortales

La galaxia espiral UGC 9684.

La galaxia espiral UGC 9684. / ESA/HUBBLE & NASA, C. KILPATRICK

Al expandirse el universo, las galaxias se alejan unas de otras como se separan las pasas de un bizcocho a medida que la masa se hornea. Esta imagen, la de bizcocho, es de las más utilizadas porque se puede visualizar fácilmente. Conviene quedarse ahí y no ceder a la tentación de preguntarse hacia donde crece el universo o qué había antes de que llegara él, porque se mete uno en cuestiones de física teórica que no están al alcance de todos los mortales. No al mío, por ejemplo. De un modo semejante al de las pasas, que es a lo que íbamos, se alejan las fechas de la muerte de los padres. Un día fue ayer y de repente hace diez años, o quince, ya ni se acuerda uno. De lo que sí se acuerda, y con todo detalle, es del momento en el que lo supo.

     Un amigo me cuenta que debían de ser las doce de la noche y que él estaba haciendo el amor con su mujer cuando sonó el teléfono de la mesilla de noche. Como se trataba de una hora rara, lo descolgó al tiempo de eyacular por si se tratara de un asunto urgente. Era una hermana suya con la que no se llevaba muy bien y que se limitó a decirle:

    -Papá ha muerto.

    Mi amigo me cuenta la historia con pesar, como si se sintiera culpable de la situación en la que le sorprendió la noticia. Sabe, racionalmente al menos, que no debería sentirse así, pero no lo puede evitar. Después me dice que el suceso, acaecido en 2010, está tan lejos ya de su existencia como Marte. En otras palabras, que se asoma a él y lo contempla, con la culpa incluida, pero con una enorme percepción de lejanía.

     -Del mismo modo que pienso en mi adolescencia, por ejemplo -añade.

    Así, pienso yo, nos vamos alejando de las cosas o las cosas se van alejando de nosotros. La vida de cada uno se expande, igual que el universo, y los elementos que la constituyen se van distanciando, como las galaxias y las pasas, unos de otros. Y uno permanece en el centro de todos esos sucesos que se alejan: la primera vez que te metiste en el mar, el jueves que te examinaste del carné de conducir, el día de la boda, o del divorcio…

    La masa, en el horno, se esponja gracias a la levadura y el bizcocho, como la vida, se llena de agujeros.