Un paciente con dolor abdominal acude al hospital donde se le diagnostica una colecistitis aguda (inflamación de la vesícula). El especialista determina que debe permanecer ingresado varios días a causa de la fiebre alta y los fuertes dolores. Cuando es dado de alta, se le informa que tiene que tomar una antibiótico, un antiinflamatorio y, en el caso de tener dolor, Nolotil. Todas estas indicaciones, junto a su informe de alta, se las lleva por escrito y lo único que necesita es pasar por una farmacia.

Este es un ejemplo del funcionamiento y las ventajas de la receta electrónica que acaba de finalizar su implantación en las áreas de hospitalización de la comunidad canaria, tras funcionar en la actualidad en las consultas de Atención Primaria y Hospitalaria. El siguiente paso que dará la Consejería de Sanidad será ponerla en funcionamiento en los servicios de Urgencias.

En la receta electrónica de este paciente aparecen los medicamentos que estuviera tomando previamente, más los tres nuevos fármacos que le ha prescrito el especialista. De esta manera el usuario puede acudir directamente a la farmacia y retirar los fármacos sin pasar por el centro de salud, a no ser que tenga que pedir una baja laboral.

Se trata de un sistema propio desarrollado por la Consejería de Sanidad que es diferente y más avanzado en muchos aspectos con respecto a otras comunidades, como la ayuda a la prescripción, la detección de duplicidades, las alertas de seguridad o la información estadística.

Con el paso del tiempo la receta se ha ido perfeccionando conforme a las necesidades, como por ejemplo la incorporación de los visados, de los estupefacientes y de todo el despliegue en Atención Hospitalaria.