La Sección de Investigación de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife ha procedido a la detención de doce personas en el marco de la 'Operación Chester' acusados de introducir en la Isla tabaco falsificado.

En su composición aparte de las sustancias tóxicas habituales en las labores de tabaco como alquitrán o nicotina, también se han detectado desechos correspondientes a excrementos animales, en particular, heces de conejo.

Los arrestados son acusados de cometer presuntamente delitos contra la salud pública, asociación ilícita, cohecho, contrabando, contra la propiedad industrial y fraude fiscal entre otros delitos, por formar parte de un entramado que tras recibir los cargamentos en Tenerife también lo introducía en la península y Andorra.

Las investigaciones se iniciaron por las denuncias recogidas a personas que habían comprado cajetillas de tabaco en estancos y máquinas expendedoras, y que encontraron un desagradable sabor y olor en los cigarrillos, a pesar de tratarse de conocidas y prestigiosas marcas comerciales.

A estas denuncias se sumaron las de las propias empresas titulares de las marcas, que pusieron de manifiesto la existencia de una amplia distribución de cartones de tabaco falsificado por parte de algunos comerciantes, cuyos proveedores eran titulares de empresas importadoras de tabaco a gran escala.

En concreto, la posterior venta del tabaco se realizaba en las zonas turísticas y de ocio nocturno de la isla, cuando más difícil le resulta al consumidor detectar el fraude.Tras las primeras investigaciones se constató que los empresarios detenidos formaban parte de un amplio entramado y, para ello, habían creado sociedades pantalla que justificaban la importación del tabaco con destino al avituallamiento de buques en el puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Un elemento clave era la connivencia de hasta cinco funcionarios pertenecientes a distintos organismos; tanto estatales como autonómicos, con los que contaba la organización para eludir las inspecciones reglamentarias al tabaco, que a todas luces eran falsificaciones de marcas conocidas.

Además en la composición del tabaco existen sustancias tóxicas en cantidades que suponen un riesgo añadido a la salud, ya que los primeros análisis han arrojado niveles de monóxido de carbono, metales pesados, de alquitrán y nicotina, que incumplen la normativa sanitaria y constituye un verdadero riesgo contra la salud pública y por ello se les imputa este delito.

DESDE ASIA. El tabaco falsificado era elaborado en fábricas clandestinas ubicadas en China, pasando por Emiratos Árabes desde donde se realiza la distribución. La información de la que se dispone sobre dichas fábricas es que en ellas se hacinan cientos de personas en condiciones infrahumanas, elaborando este tipo de cigarrillos, a muy bajo coste de facturación, logrando a su vez imitaciones muy difíciles de detectar, ya que incluso se realizan manualmente.

En su composición aparte de las sustancias tóxicas habituales en las labores de tabaco como alquitrán o nicotina, también se han detectado desechos correspondientes a excrementos animales, en particular, heces de conejo.

CONEXIONES. Este servicio está entrelazado y dentro de la misma operación, con un servicio que tuvo lugar el pasado día 17 de julio en el Puerto de Barcelona donde se aprehendieron 401.953 cajetillas de cigarrillos valorados en 1.300.000 euros, intervención que fue llevada a cabo por la Unidad Fiscal de la Guardia Civil del Puerto de Barcelona.

El descubrimiento y seguimiento de la mercancía ilícita, así como la comunicación a Barcelona, habían sido realizados por los investigadores de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, trasladándose un Equipo desde la Isla hasta Barcelona para apoyo a la Guardia Civil del Puerto. En este servicio fue detenido el destinatario del tabaco que fue ingresado en prisión preventiva.

CANTIDADES DEFRAUDADAS. En sus operaciones, la organización delictiva ha podido defraudar más de un millón de euros en concepto de Impuestos Especiales a la Hacienda del Estado y más de 400.000 euros a los impuestos derivados de la Administración Tributaria Canaria.

Durante la operación policial se procedió a la entrada y registro en varias naves industriales situadas en Santa Cruz de Tenerife y un local comercial también situado en esta capital, incautándose de abundante documentación y aprehendiendo 1.618.963 cajetillas de distintas marcas de cigarrillos cuya comercialización en destino hubiera reportado a la organización beneficios por valor total de 4.850.000 euros. Además fueron intervenidos 21.000 euros en metálico, una docena de ordenadores y una máquina de contar billetes.