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Literatura

Royfilia

El canario Roy Galán, destacado 'influencer', publica 'Irrepetible' y responde a su primera entrevista

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No soy el único. Somos muchos los que sentimos esa filia, una tendencia que nos lleva cada día a esperar su nueva entrada en las redes sociales y dejarnos seducir, contaminar, excitar, incitar, inspirar, suspirar, increpar por sus textos irreverentes, por sus frases de punto y aparte que no dan puntadas sin hilo. Roy Galán es alguien o quizás algo, un influencer, un creador de conciencias, un utópico realista, un iluso consciente: da igual. Lo importante de Roy no es quién es, sino lo que escribe. Esa máxima llevada al extremo hace que el autor de Irrepetible pase a un segundo o tercer plano, para darle a su libro el protagonismo absoluto, quizás porque al leerlo se tenga más información del autor que la que ofrecen una foto y una biografía sesgada y comercial en la contraportada. Por esta razón, en esta entrevista es el propio libro, es Irrepetible el que responde y se desnuda.

¿Para quién ha sido escrito?

Ha sido escrito para los que ya no están, para los que sí y para los que algún día llegarán a este planeta. Para aquellos habitantes que necesitan recordar algo muy concreto: esto, la vida, solo pasa una vez y serás aquello que dejes en los demás.

¿Se siente cómodo en la estantería de autoayuda?

Con lo complicado que es para un libro encontrar hoy en día un hogar me siento cómodo en cualquier estantería de cualquier librería. Decir lo contrario sería ir en contra de los principios que promulgo. Como libro tenía la completa libertad de adoptar la forma que quisiera. He elegido llenarme de palabras que sirvan para algo. Si a eso lo quieres llamar autoayuda, perfecto. Soy un libro de autoayuda. El problema es que ser un libro de autoayuda está mal visto, mal considerado, pero como otras tantísimas cosas en esta vida. Supongo que esta mala fama se debe a que otros han querido sacar algún tipo de rendimiento intentando proporcionar bienestar al otro. En este mundo de ofertas y demandas, de consumo masivo, no creo que intentar hacer que otra persona se sienta bien sea de lo peor que se le puede hacer a alguien, ¿no?

¿Y se ve como autor de un libro de literatura femenina?

Si por literatura femenina entiendes destinado a las mujeres, no. Si entiendes que las palabras que me llenan tienen una marcada sensibilidad, sí. Tengo compañeras de páginas que pueblan las ferias de libros y que son denostadas una y otra vez a una subcategoría digámosle menor por el mero hecho de que en su interior se habla de sentimientos. Eso es un problema educacional, un problema de sexismo porque se nos intenta hacer creer que lo emotivo no es profesional, que no hay rigurosidad en la emoción, cuando lo que yo me he propuesto como libre es reivindicar eso: la emoción.

Usted, como libro, es presentado como un viaje a las profundidades del sentimiento. ¿Debemos tenerle miedo?

Más miedo deberíamos tenerle a un libro que no se presente como un viaje. Yo conozco muchos y ya te digo que no son de fiar. Un libro que no profundiza no es un libro valiente y el mundo está plagado de objetos cobardes, de objetos complacientes, de objetos que nacen sin ninguna intención. Mi intención como libro es y ha sido recorrer un trayecto. Es imposible hacer un camino exterior sin ir haciendo uno por el interior. Las partes que desconocíamos del paisaje van alumbrando los sentimientos como luces intermitentes de un cartel de neón azul. Así es como yo me veo cuando me miro en un espejo.

Dicen que usted es fruto de una revolución del amor. ¿Eres un libro transgresor?

Por desgracia, sí. Porque hoy en día reivindicar el afecto, el amor, es transgresor. Porque cada vez que alguien llena una hoja en blanco con palabras cariñosas parece que ha de sentirse estúpido. Yo no soy un libro estúpido, pero no soy un libro cínico, no soy un libro descreído, no soy un libro que no tenga esperanza. Muy al contrario. Soy un libro para recordar lo que ya sabíamos que somos pero que a veces olvidamos. Esa es la verdadera revolución del amor: recordar que no vamos a volver y que lo único que va a quedar en nuestro paso por la vida es el amor que dejemos en el mundo.

¿En manos de quién no quiere estar?

No estoy en disposición de rechazar ninguna mano. Eso sería un acto de soberbia por mi parte. Como libro mi fin es descansar en las manos de alguien. Para eso nací. Es mi cometido. Esa manos serán las que me llevarán a su casa, me abrirán y me permitirán entrar en lo más íntimo de su ser: sus mentes. Y quién sabe si una vez ahí podamos quedarnos a pasar la noche o toda la vida.

Se ha colocado en los primeros puestos de ventas. ¿Sueña con convertirse en un best seller?

Los libros no soñamos, nos sueñan. A mí me soñaron con un mensaje que va escrito en un avión de papel. Si ese mensaje llega, cala, cambia a una sola persona habrá merecido dejarme tatuar las páginas durante tiempo. Si ese mensaje hace mejor a un solo ser humano, le alivia, eso ya es lo más best del mundo mundial. Y si me hablas de deseos, sí, me gustaría llegar a cuanta más gente mejor. ¿Y a qué libro no? Pero el éxito es que yo le dé fuerzas a un alumno que después de leerme es capaz de enseñarle sus propios escritos al profesor.

¿Cómo le gustaría que le recomendaran?

Pues me gustaría que me recomendaran con verdad. Con esa que llevo dentro. Me gustaría que hablaran de mí con ternura. Como algo bonito y sencillo. Como lo que soy.

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