Con una portada exquisita, que recuerda a las elaboradas imágenes que elegían los magníficos Flying Saucer Attack como diseño de sus discos, se presenta este nuevo grupo catalán que se mueve en un terreno en el que tienen a una misma distancia el pop de Coldplay, el post-rock de Radiohead y el indie de Wolf Parade con tendencia al melodrama. El resultado es una música lustrada que, según el tema en concreto, se mueve en uno u otro referente, pero que consigue sonar más convincente cuando se adentra por el terreno del pop contundente de Flames o por el pop sofisticado de los ochenta como ocurre en Places we will never return.