El orgullo del combatiente. El defensa se va orgulloso tras dos etapas en la UD, un ascenso y lanza un beso a la afición: "Este club lo fue todo". Lamenta las formas: "Viene una persona de fuera, te dice: te tienes que ir. Y nadie te defiende, esto es un negocio". Y matiza: "Ramírez se portó muy bien, siempre lo hizo".

El final. ¿Qué siente?

Es un día triste, nunca pensé que sería así. Tras llevar tantos años...En la cantera desde los nueve, siempre defendiendo al club con mil historias, con la entidad a punto de desaparecer. Al final, acabar así es un poco triste. Lo esperas de otra manera. Con los años, aprendes lo que es el fútbol. Las decisiones se toman sin pensar en el futbolista ni en las personas. Entré de puntillas, en el mundo profesional, sin que nadie me conociese, con humildad y me voy igual. Sin hacer mucho ruido. Pensando que podía haber aportado más. Ya está, tampoco me voy a volver loco. Se acabó.

Su intención era continuar y cumplir su contrato -junio del 2017-.¿Se siente frustrado?

Te sientes un poco frustrado, porque sé que la decisión no fue deportiva. Llevo muchos años, me veo entrenando, veo el nivel que puedo dar. El que hay en los compañeros. Percibes que estás muy bien y no te dan oportunidades. Todo el mundo juega, sobre todo al final de temporada y a ti no te dan la posibilidad de demostrar que estás bien: no quieren debate. No quieren que juegues, y que lo hagas bien, que la gente diga que puedes seguir. Que te quedaste bien [de la lesión]. No solo me pasó a mí, hay más casos. Desde la dirección deportiva e incluso el entrenador [Setién] van de la mano. Pensaban no contar con dos o tres futbolistas más de rango, para así ellos manejar mejor el vestuario.

Interpreto que incluye en ese 'pack diabólico' de tres descartes, a Nauzet Alemán y Valerón...

Sí, está claro. Le preguntas a cualquiera de los dos, aunque Valerón siempre te dirá que no, y le responderán que querían seguir jugando. Porque el fútbol no es solo lo que completes en el césped, sino lo importante que eres para un vestuario. El que cuando las cosas van mal, hables con la gente joven, que te escuchen. Que sepan levantarse, que cuando llegues a competir, durante la semana vean que los que más competimos sobre los mayores. Ponemos las cosas muy difíciles para los que juegan. Es lo que pierde la UD, el entrenador quiere una plantilla corta. Ya veremos si al final es así, o no lo es. Porque si es así, deben irse más futbolistas del primer equipo. Lo único que le puedo desear a la UD, a mis compañeros y a la afición es lo mejor. De corazón. Es el equipo de mi tierra. Al resto, sin hablar con ellos, director deportivo y entrenador, pues el tiempo dirá si han tenido razón o no.

Por esa falta de tacto que denuncia, ¿considera que Quique Setién le ha traicionado?

No, porque realmente solo he hablado dos veces con él. Una en la que me dirigía para entablar una conversación, y otra a final de temporada [la del 16 de mayo, cuando el preparador dialogó uno por uno con todos los jugadores para hacer balance de la temporada y anunciar los descartes]. No tengo contacto con él. Se lo dije, cuando yo estaba muy mal. Le comuniqué que en ningún momento fue a preguntarme como estaba de la rodilla. Ni animarme, ni nada. Ya esto lo veía venir. Cada uno es como es. No soy así. Pero nada, con el tiempo, cada uno termina en su lugar.

El núcleo duro ya solo está representado en el plantel por el capitán David García, Aythami Artiles y Momo. Tres activos que sí han contado con protagonismo con Setién. Pero en su caso y en el de Nauzet, su demanda de minutos terminó en un calvario. Un caminar anecdótico. ¿Por qué no se arregló? ¿Valora que ya estaban sentenciados de antemano?

Tenemos un papel muy importante. No solo en el terreno de juego, sino fuera con decisiones. Y sin querer, nos pidieron la opinión y no nos teníamos que haber metido. Todo lo que queríamos hacer era por el bien del equipo. No queríamos ponernos medallas de nada, ni de fichajes ni entrenadores. Quizás eso ahora, lo analizas en frío, y te percatas que nos perjudicó. Han pasado muchas cosas. No quiero hablar mucho del tema. No deseo crear mal ambiente, tengo muy buena relación con el presidente [Miguel Ángel Ramírez]. Hemos arreglado el final de mi contrato de una forma positiva para ambas partes. El 'presi' siempre se ha portado muy bien con nosotros [los más veteranos]. Pero le dije una cosa: 'me hubiese gustado que nos hubiese defendido más, como hizo en otros años cuando el entrenador no contaba con los futbolistas y éstos al final acabaron jugando'. El fútbol es así, tengo mi orgullo, hace tiempo que lo vi claro. Tenía que marcharme, tengo una trayectoria muy grande para estar con esto.O tratar de arrastrarme, mi carrera está por encima de todo. Y mi amor por la UD.

Su fotograma de su paso por la UD. ¿Con qué se queda?

El día del ascenso. Es mi foto, una liberación. Había descendido en 2002 y me fui con esa pena. Y ahora, sigo mi camino con alegría. En dos años, logré lo que llevan 13 ó 14 buscando en el club y no lo lograron otros. Se logró cuando entramos nosotros. Mucha gente sigue trabajando en el club, bien o mal, pero nosotros nos tenemos que ir.

En el Villarreal jugó Champions y besó la selección...

Fue una etapa bonita. Había un gran equipo, pero donde fui más feliz lejos de la Isla fue en Vigo. Me fui por la ley concursal...Allí fue capitán con 25 años y me tenían muy bien considerado. Vas aprendiendo durante los años que esto es un negocio. Viene una persona de fuera, tras cuatro o cinco meses, te dice que no y nadie te defiende. El club no te defiende, es un negocio. En Vigo me pasó igual, en el fútbol te lo agradecen un día, pasan un mes o dos, y nadie se acuerda de ti.

¿La UD no mima a sus referentes? ¿Soñó con otro adiós?

El día que terminó el partido ante el Athletic, me dieron la camiseta de los 300 partidos [en Primera con UD, Celta, Villarreal y Betis] y sabía que era mi último encuentro. Me hubiese gustado despedirme de otra manera, pero es la despedida que me dieron. En esto, los que tienen más prensa, tienen mejor trato. En la UD, se fue 'Orlandito' Suárez, 'Nanito', 16 temporadas en el primer equipo y no se llevó ningún homenaje. Imagínese si me tengo que quejar yo de algo.

¿Este adiós es su retirada?

No lo sé, lo primero es arreglar y es verbal. Falta documentarlo. Lo que quiera venir, debe ilusionarme. Regresé tras 11 años y fue para quedarme. Quiero ayudar a la UD y no solo jugando. No ha podido ser, hay gente que no me apoyan. Sin ponerme medallitas, lo di todo por el escudo. Quise lo mejor. La familia me ve con ganas de seguir jugando.