La Provincia - Diario de Las Palmas

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Livaja, la nada y los pitos

El gol del estilete fue el preludio del apagón

Marko Livaja busca un remate acrobático de chilena, ante Montovani y Víctor Díaz, en el área de Herrerín. JOSÉ CARLOS GUERRA

Apagón en Siete Palmas. Parálisis en el partenón de los sueños. Del misil de Livaja a la nada. A la legión de los poetas de Setién, ayer, se les agotó la inspiración. Una mala noche con el pincel. Renacentistas sin brillo. Los rostros franquicia del régimen más glamuroso en la historia de la UD, padecieron su particular pesadilla en un segundo acto terrorífico. Del 1-0 al padecimiento.

Un hermético Leganés, volvió a lucir el máximo rendimiento a su pegada. Seis tantos lejos de Butarque, diez puntos. Ayer, arrancó el primer empate (1-1). Un botín inmerecido. Coqueteó con el triunfo de forma insistente desde el minuto 45. Ahí empezó el infierno para el ejército isleño. Desconocido.

Si en Mendizorroza, el paso por la caseta resultó bendito, ante los de Asier Garitano, fue un caminito al cementerio de las ideas. Se fundieron los plomos. La destilería más perfecta de fantasía no dio con la fórmula. Los Jonathan Viera, Vicente Gómez, Tana, Momo y Roque Mesa cayeron en la trampa.

Parecía el escenario propicio

Con el tanto de Livaja, el cuarto en su expediente y el primero en el Gran Canaria, la UD computaba 23 puntos -los mismos que Athletic o Villarreal, en posición de Liga Europa-. El imperio de seda de Setién lucía en su casillero 26 dianas. Solo Real Madrid (40), Barça (37) y Atlético de Madrid (28) tienen más toneladas de pólvora. Pero estos parámetros idílicos, saltaron por los aires. La segunda parte fue una máquina de tortura. Garitano retiró al lateral Bustinza y dio entrada al delantero Guerrero. Modificó su sistema [de un 5-2-3 a un 4-4-2]. El nuevo guión del partido fue una ventana hacia el terror.

El bloque pepinero fue un monstruo con dos cabezas. Presión y disciplina en el primer acto; velocidad y descaro en la segunda. Su arrebato dejó sin aliento a una UD agotada, carente de desborde. Con 21 puntos, con nueve de renta con el descenso, no cabe sensación de decepción. La galaxia amarilla cumple en este inicio sólido de competición. Sobre todo en casa, con seis victorias y seis empates consecutivos sin besar la lona desde el pasado mes de marzo. Ya van 273 noches sin caer en el templo de los sueños. El Leganés, herido de muerte, agotó sus cartuchos [también entraron Unai López y Medjani] y llegó el cambio de roles.

Estadísticas y sensaciones

Con ocho bajas y una convocatoria de circunstancias, el Leganés acabó con seis remates a portería, por solo dos de la UD -de Livaja en el 1-0 y Momo-. En los totales, 11 por los cinco del bloque grancanario (el cuarto máximo realizador).

Un tiro de Momo, atrapado por Herrerín, y un lanzamiento de falta de Jonathan Viera que tocó en la barrera y se marchó rozando el travesaño. Escaso bagaje ofensivo para un galeón que activó la ronda de sustituciones en el minuto 71.

Ángel Montoro no fue el salvador. Tampoco sería justo mandarlo a Guantánamo. Seguía atascada la salida de balón. Faltó precisión, agilidad mental en la toma de decisiones. Sin inspiración, la UD cometía errores en la entrega definitiva. Ese don que ha cautivado a un país, y que tumbó al Athletic en la penúltima batalla en el partenón. O firmó un tanto de ensueño en El Madrigal. El Van Gogh de los goles. Pero cuando no tienes la noche, y no suenan los violines, lo hermoso se transforma en banal.

Con Javi Varas como el mejor de los amarillos, la UD manejó el primer acto a la perfección.Algún susto sin dramatismos, hasta que llegó el calvario en ese 46.

Talento sin gasolina

No fue una deserción por aplastamiento. Tampoco por desidia. El coraje de Vicente fue la única bandera reconocible en esa 'zona cero' del caviar. Así como las cabalgadas de Jonathan Viera, o la velocidad del Lamborghini de Míchel Macedo. Atributos sin recompensa.

La aparición del búfalo Asdrúbal, quizá algo tardía (85'), o la veteranía de Hernán Santana terminaron en anécdota. No llegó el zarpazo bendito sobre la bocina. La desconexión resultó macabra. No mereció más la UD barroca, que mantiene intacto su crédito.

El pesar de dejar pasar un tren mágico hacia la zona del caviar, no oscurece el partido de Livaja. Un tiro, un gol. El ejecutor de hielo mantiene por segunda jornada consecutiva su idilio con la gloria del gol. Sin Araujo -lesionado- y con el ex de la UD Willian José como emperador del gol en la Real, el de Split ha dado ese paso al frente.

Silbidos y la memoria

Gil Manzano bajó la persiana, parte del respetable decidió despedir al equipo con silbidos. Tablas. El empate ante el modesto 'Lega' no contentó a la grada. De besar los puestos de Liga Europa a la reprimenda. Pasión sin grises. Todo o nada. Culpable o inocente. Con la nave en Segunda hace dos años, la UD respira bajo una exigencia mayúscula. Desafinar está prohibido para un partenón inmaculado. Solo el Bernabéu, y con taquicardia, mantiene tal condición.

Setién, el piloto del fórmula uno amarillo, se salió del circuito. Sigue líder del Mundial. Rey de los sueños, ayer, tampoco tuvo su noche.

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