El astro silencioso. Pedro Bigas Rigo (Palma de Mallorca, 26 años) encadena su segunda campaña a un nivel sublime. 52 duelos con la UD, y la etiqueta de galáctico en la sombra. "Tras la comunicación de que Setién no continuaría, el grupo pone más ganas". Eleva a los altares al estratega de seda: "Tiene toda la culpa del éxito". En Vigo, dinamitará la crisis foránea. "Hay que dar un golpe sobre la mesa".

627 días y una consagración. Fichado el 13 de julio de 2015, ahora es un estandarte con 52 duelos de amarillo. ¿Cómo justifica su progresión en la UD?

Cuando salió la oferta, fue una gran oportunidad. Desde el primer instante, sabía que no sería fácil. Que me lo tenía que ganar, hacerme un sitio. Pensé al inicio que me costaría más, pero desde el primer momento Herrera depositó mucha confianza en mí. Eso hizo que tuviese mucha fe. Pude demostrarlo en el terreno de juego mi valía. He intentado mantener siempre un gran nivel; tratar de dar lo máximo para agradar al entrenador. Es la línea a seguir. Hay margen de mejora. Estoy en un gran momento de mi carrera.

Y el secreto es...

No bajar nunca los brazos. Intentar adaptarme a ellos [al club, al vestuario] y no ellos a mí.

La UD está a 14 puntos del descenso y a 9 de Europa. El lunes, toca visitar Balaídos. Habitante en el planeta confort o zona de nadie. Restan diez jornadas, mira la clasificación y en qué piensa. ¿Usted a qué aspira?

A lo máximo. Hay que salir a ganar todos los partidos. Tratar de puntuar y alcanzar a los rivales que nos superan. Aunque sea complicado, no dejaremos de intentarlo. Y de luchar por ello. Hay que marcarse metas, objetivos y cada vez más ambiciosos. Estamos en una buena posición [12ª] (...) Cualquiera firmaría acabar así. Pero hay que aspirar a grandes cosas. ¿Y por qué no? Hay equipo para ello.

Con los fichajes de Jesé y Halilovic se marcó un objetivo: Europa. ¿Faltó modestia?

No, son jugadores sobre los que se pronosticó que nos aportarían mucho y así fue. Al final, quieres mejorar tu plantel, mejorar el juego. Lo haces para aspirar a cotas mayores. Es de lo que se trata.

Líderes en la segunda jornada, elogios de medio planeta, etiquetados como galácticos... ¿Le queda un rastro de amargura?

Estás ahí, las cosas se están haciendo bien. Nos gustaría que ciertos partidos no se hubiesen escapado. Tuvimos oportunidades y no lo hicimos. Si lo miras así, te queda una sensación...Un gusto amargo, algo raro. Pero si lo miras desde fuera, es una gran campaña. Hay que seguir intentándolo, tirar para arriba. Que los errores no se vuelvan a repetir. El lunes ante el Celta, que es un partido clave, hay que dar un golpe sobre la mesa.

Habla de errores. Y ahora toca Balaídos. Lo de la UD fuera de casa, es una maldición. 6 de 39 puntos, 2,38 goles de coeficiente recibidos por partido. ¿Por qué?

No estamos haciendo bien nuestro trabajo. Nos salen muy caros los partidos y los errores cuestan goles. Hay que ser autocríticos y mirar lo que hacemos mal. El equipo no quiere perder; solo piensa en ganar. Llega una doble oportunidad para darle la vuelta a estas estadísticas. Y demostrar que fuera de casa somos solventes.

¿Y la explicación futbolística?

Si la supiese, se haría y seguro que ganaríamos. Es algo que todo el equipo sabe y tienes en mente. Lo queremos cambiar; son malos números. Hay que mejorar como sea. Seguir peleando y trabajar por las victorias, igual que en casa.

En la pasada 2015-16 se lograron cuatro victorias foráneas [en Ipurúa, El Madrigal, Anoeta y Riazor]. Esa racha [seis victorias en siete jornadas] comenzó con un gol suyo de cabeza ante el Eibar. Fue la semilla de la primavera de oro. ¿Está preparado?

Si fuese por mí, lo firmo ahora mismo [marcar en Balaídos ante el Celta y acabar con la dinámica negativa de 224 días sin ganar en Liga lejos del Gran Canaria]. Ese gol llegó en una situación parecida, no se ganaba fuera de casa. Y a raíz de ese partido, gracias a ese gol mío de cabeza, se encadenaron una seria de victorias consecutivas. Espero que sea igual, si es con un gol mío, o el de un compañero. Que llegue ya una racha positiva fuera de casa.

Retoman la competición tras el shock de la ´no renovación´ de Setién. ¿Se ha liberado el vestuario? ¿Jugarán sin presión?

Fue una noticia que sabíamos que podía pasar pero no en este momento. Nos vino de sopetón. Sabíamos que estaban en negociaciones (...) Para mí es una pena. Esto es el fútbol. El equipo sigue trabajando y entrena como los días anteriores. El míster ha querido que se mantenga la intensidad, esa competitividad, nadie baja los brazos. Incluso, ahora se pone más ganas. Más ambición. Eso dice mucho del grupo y vestuario. Veremos quién es el próximo entrenador...

¿Y quién es?

Eso no me compete. El que tenga que elegir, se decantará por el más apropiado. Y llegará con la máxima ilusión y ganas de hacer grandes cosas por la UD.

¿Qué cuota de mérito tiene Setién en esta UD del caviar? ¿Y en la revalorización de sus activos, como es su caso [Bigas llegó a la Isla tras cuatro campañas en el Mallorca, dos en Primera]?

Es culpa suya, el que estemos jugando así de bien. La manera y filosofía del juego. La forma que tiene de ver las cosas. Al final es todo como él quiere. Lo mejor es que da resultado. Te diviertes con el balón. Asumes riesgos, pero te brinda más beneficios. Gran parte de culpa la tiene él... Toda la culpa y estoy orgulloso. Aprendí mucho, me enseñó muchísimo como futbolista. Solo queda agradecérselo.

El club bermellón va camino de Segunda B.¿Le duele?

Tras el descenso (2013), no han tenido un momento bueno. Siempre hay algo que no acaba de cuadrar. Toca arroparlos.Darles el máximo de mi esfuerzo y apoyo para se salven. Y logren el ascenso a Primera, donde tienen que estar.No están en un buen momento, desde el descenso, no ha tenido ningún momento bueno. Está pasando por un mal camino, la gente intenta que todo cambie. Siempre hay algo que no acaba de cuadrar. Hace que el equipo esté más abajo que arriba. Es el momento de apoyarlo, de animarlo. Que se puede lograr y conseguir todo. Es en los momentos malos, cuando uno se tiene que sentirse arropado. Es el momento de arroparlos. Darles el máximo de mi esfuerzo y apoyo; para que esta situación cambie. Y puedan salvarse este año, que es lo que merece. Que puedan lograr el ascenso, que es donde tienen que estar y es en Primera. Se lo merecen.