Dos nombres propios han tenido protagonismo en cada una de las sesiones que la UD Las Palmas ha realizado durante la presente semana. Nos referimos a Jonathan Viera y a Vicente Gómez. Ambos habían venido trabajando con mucha prudencia para intentar no sobrecargarlos por las molestias físicas que padecían. Pero estas medidas de precaución parecen que no van a tener el efecto deseado después de lo visto ayer en las instalaciones de El Hornillo, en Telde.

Ahora su presencia mañana domingo en el choque contra el Deportivo Alavés (a partir de las 17.30 horas, Bein LaLiga) es bastante dudosa. Cuando uno y otro realizaban por primera vez el pasado jueves su preparación junto al resto del grupo de principio a fin, eso sí en un entrenamiento poco exigente en lo físico, el panorama en la mañana de ayer resultaba desalentador.

Si Vicente no pisaba el césped y se quedaba en el gimnasio trabajando con el readaptador Jesús Suárez, Jonathan Viera hacía saltar todas las alarmas. El habilidoso mediapunta de La Feria se retiraba de la sesión doliéndose de un pinchazo en la parte posterior de su muslo izquierdo, más concretamente en el bíceps femoral.

En el último ejercicio del entrenamiento, un partidillo a medio campo, el futbolista amarillo frenaba en seco cuando iniciaba un esprint y abandonaba el campo para ponerse en manos de los fisios. El canterano se retiraba del césped tirándose la mano a la zona afectada, que tenía protegida con una muslera debido a los problemas que ya arrastraba en los isquios.

Si finalmente ninguno de los dos jugadores llegase a tiempo para disputar el duelo frente al Deportivo Alavés, Quique Setién perdería a dos pilares importantes dentro del once. Así lo demuestra el número de minutos jugados por los grancanarios en lo que llevamos de la actual temporada.

Precisamente, en esas posiciones adelantadas no debe encontrar demasiados problemas el técnico cántabro para buscar soluciones de garantías en caso de que Jonathan Viera y Vicente Gómez no se encuentren aptos.

A la hora de hacer cábalas sobre los componentes de esa línea de creación en el conjunto amarillo, Quique Setién cuenta con un repertorio extenso para paliar las ausencias de los grancanarios. Más aún cuando para medirse al Deportivo Alavés el entrenador recupera a Kevin Prince Boateng, que por sanción no actuaba frente al Athletic Club de Bilbao, y de Jesé Rodríguez, que no viajaba a tierras vascas por enfermedad.

Estos se convierten en alternativas más que válidas para el entrenador cántabro. A ellos súmenle irrupciones posibles en el once como las de Alen Halilovic, Momo o incluso Hernán Santana. Tampoco es descartable un movimiento de piezas en esas posiciones adelantadas, como retrasar la posición de Prince y la presencia de Marko Livaja de nuevo en la punta de ataque, como ya ocurriera en el Nuevo San Mamés ante la ausencia obligada del actual Pichichi de la UD Las Palmas.

Alerta ante el juego directo

La primera plantilla del conjunto amarillo completó ayer jueves un entrenamiento bastante exigente, tanto en lo físico como en lo táctico. En este último apartado, el cuerpo técnico incidió en intentar minimizar el peligro que conlleva medirse a un conjunto como el alavesista, o sea, que basa su potencial ofensivo en el juego directo y en generar peligro en las acciones de segunda jugada.

Quique Setién reclamaba a los zagueros que adelantasen la línea para achicar el espacio ante los balones largos de la defensa rival en busca del punta. Además, ponía mucho énfasis en que los centrocampistas estuvieran atentos en no perder la posición en su colocación y en la presión ante la llegada de los contrarios en busca de la dejada del delantero.

El míster de la UD Las Palmas, por lo observado en el entrenamiento, no quiere que sus futbolistas se relajen en esas jugadas a las que un conjunto como el Deportivo Alavés ha sabido sacar mucho petróleo esta temporada.