Jonathan Calleri, cuyos derechos pertenecen a un fondo de inversión y que actúa esta temporada en la UD en calidad de cedido por el Maldonado de Uruguay, volvía a dejar pinceladas ilusionantes el pasado martes en el choque de vuelta de la Copa Mahou, con gol incluido al Tenerife.

Por lo demostrado hasta ahora, el argentino con pasaporte italiano toma la cabecera en los esquemas del técnico Manolo Márquez para iniciar el curso 2017-18 como la punta de lanza de Las Palmas.

Y más aún cuando los llamados a pelear con él por ese puesto no han arrancado en plenitud esta etapa preparatoria de la UD de cara al ejercicio que arranca oficialmente en poco más de una semana en Mestalla contra el Valencia.

La lesión en la rodilla de Sergio Araujo ha lastrado su pretemporada, después de las expectativas creadas a su vuelta al conjunto grancanario tras explotar en el AEK de Atenas después de abandonar en el mercado invernal el club debido, sobre todo, a sus problemas extradeportivos. A la espera de poder demostrar su resurrección, ya parte en desventaja.

En este sentido, los hechos, por el momento, dicen que Jonathan Calleri ya ha adelantado por la izquierda a su compatriota. Y también a una de las rutilantes estrellas del firmamento amarillo, Kevin Prince Boateng. Al alemán con pasaporte ghanés, el rostro más reconocible internacionalmente del club después de su fantástica temporada 2016-17, le está costando arrancar.

Además, sobre el Pichichi de Las Palmas el curso pasado se cierne la duda sobre su ubicación en esta UD de Manolo Márquez. Sin duda, sus prestaciones le dan la garantía de encontrar acomodo en el dibujo táctico del técnico catalán, falta saber dónde.

Si sus prestaciones jugando en banda resultaron sobresalientes con Quique Setién, no menos espectaculares fueron cuando, debido a los petardazos de Marko Livaja y Sergio Araujo, se convirtió en el faro ofensivo de los amarillos.

En los tests de pretemporada, salvo ante la Balompédica Linense en el Trofeo Ciudad de La Línea donde se le vio perdido por detrás de Érik Expósito, el entrenador le ha dado minutos como punta de lanza a Kevin Prince Boateng.

El ejemplo más reciente, el pasado martes en la final de la Copa Mahou contra el CD Tenerife. Y la verdad es que al alemán con pasaporte ghanés se le vio algo pesado, lejos del jugador rápido y dinámico que deslumbra.

Sin duda, por las alturas de año en la que nos encontramos, sólo demuestra su falta de frescura en este momento determinado en que todos trabajan para llegar a su estado óptimo lo antes posible. Además, hay que tener en cuenta que, como Sergio Araujo, el Príncipe ha visto interrumpida su puesta a punto por culpa de los problemas físicos.

A día de hoy, y vistos los acontecimientos, Jonathan Calleri ha dado argumentos suficientes a Manolo Márquez para que, en Mestalla contra el Valencia, ocupe la posición más adelantada en el dibujo de la UD, si es que los galones ganados a pulso por Prince no le otorgan el rol de titular arriba, o si no parte en el once en otra demarcación.

Las características futbolistas que adornan al argentino, más allá de sus datos goleadores, se están adaptando a la perfección al estilo asociacionista que Las Palmas vuelve a tener como vocación primordial en cuanto a la vertiente ofensiva.

Lleva un total de cuatro goles desde que se enfundó la amarilla: uno en la vuelta de la Copa Mahou, dos ante la selección del Sur en Tunte y otro contra Las Palmas C en un partido de entrenamiento. Junto al croata Halilovic, son hasta ahora los máximos realizadores del cuadro de Manolo Márquez en la pretemporada.

El exjugador del West Ham inglés la pasada campaña, más allá de su eficiencia goleadora, destaca también por convertirse en una pieza perfecta para asociarse e interpretar el fútbol de magia que despliega la línea de tres cuartos de la UD, con Viera y Vitolo como referencias.

Jonathan Calleri, en su aterrizaje en España, está dejando claro que en su segunda aventura europea quiere ratificar las enormes condiciones que le llevaron a triunfar primero en Boca Juniors y luego en el Sao Paulo brasileño.