Hermético, algo despistado ["estoy un poco atontado"] y con una consigna clara tras caer (1-0) en Mestalla. Los poetas deben sudar sangre. Manolo Márquez, en la previa del pulso ante el Atlético de Madrid de Simeone, esconde el once y lanza un mensaje. Cuestiona el ritmo y la intensidad. "He hablado con mis jugadores que compitiendo a este ritmo es complicado que podamos hacer algo en Primera. Soy un enorme defensor del juego combinativo; tenía un entrenador que me dijo una frase que se me quedo grabada para la posteridad: 'Correr no es jugar bien, pero para jugar bien hay que correr mucho'... Por lo que vamos a tener que ser fuertes sin balón y estar preparados con el esférico".

En relación al once, hay un millón de incógnitas. Regresa Hernán Santana [Vitolo, Alen Halilovic y Vicente Gómez son bajas], y cierra la puerta al cambio de sistema -mantendría el 1-4-1-4-1]. Laten las opciones de Fabio y el de Zárate, así como la inclusión de Sergio Araujo o Jerónimo Figueroa Momo en los costados. Y dio el visto bueno a la contratación de Sergi Samper. "Con las mismas opciones que Vicente o Fabio. Lo de Samper está confirmado, pero lo del otro pivote no hay nada de nada [en relación a Aquilani]. Queríamos un refuerzo en esa demarcación, a Samper lo conozco de forma importante. Le he visto jugar muchas veces. Es un futbolista que tiene una buena salida de balón y eso es lo que buscábamos".

Y es categórico sobre la opción de mantener al central Lemos en esa posición de pivote creativo. Un reajuste que no dio resultado en Mestalla. "Más que cambiar el sistema es un tema de buscar el equilibrio. Tenemos que colocar a los futbolistas en sus posiciones. El equipo va a jugar con los jugadores en su posición natural...". Este mensaje no valdría para el delantero Sergio Araujo, atacante que podría jugar en banda, ante el Atlético de Madrid.