Palco 37

El eclipse de Kirian y Valles

El Madrid derrota al Cádiz, gana LaLiga y calma el ánimo amarillo en el declive de la UD Las Palmas

Kirian disputa un balón en Anoeta.

Kirian disputa un balón en Anoeta. / Efe

Fernando Canellada

Fernando Canellada

El Madrid no solo gana LaLiga, también sosiega el ánimo amarillo al mantener lejos al Cádiz. El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia logra campeonatos. La UD paga en este tramo del campeonato el eclipse de Kirian y de Álvaro Valles, capitán y portero que armonizaban el juego del conjunto. ¿Quién es el líder del equipo? Puede estar sobre el césped o en el banquillo, pero no acaba de quedar claro.

Ni queremos repetirnos ni hacer leña del árbol caído. El equipo compite con gracia y salero, amor a la pelota tienen, pero sin resultados. Todo parece simple cuando saltan al verde y empiezan a triangular, tanto atrás como adelante. El sistema amarillo quiere replicar la aguda definición de Ricardo Bochini: «Me pongo donde no hay nadie y se la doy al que está solo». Falta el gol. La UD de García Pimienta en Primera anota 10 victorias y 17 derrotas. Van siete consecutivas. La presión ya debilita las neuronas de algunos futbolistas, empezando por el capitán; agudiza la ansiedad de Sandro, que busca resolverlo todo y rápido, y no acaba de ver que ninguno es tan bueno como todos juntos; tensiona los nervios de Moleiro, que es capaz de hacer un placaje como de rugby, en el centro del campo, ahora que las cámaras todo lo ven aunque se le escape al árbitro; provoca agarrones absurdos al contrario como el de Alex Suárez; un empujón visible y tarjetero de Sergi Cardona. Al fútbol juegan los pies, pero manda la cabeza. «No nos sale», se lamentaba Alex Suárez ante las cámaras de televisión. En fin, al cuerpo técnico: «es difícil no hacer nada, nunca sabes cuando has terminado».

Moleiro conduce el balón, ayer.

Moleiro conduce el balón, ayer. / Europa Press

Para acabar, otro partido a la hora del almuerzo. Esto de jugar a las 13 horas de Canarias en Anoeta se entendía mejor. Eran las nueve de la noche del sábado en Tokio y en Anoeta cuentan con la figura de Kubo y el patrocinio japonés, saltaba a la vista la publicidad para el público del imperio del Sol Naciente. Un consuelo para los sufridos aficionados que acuden a los estadios en horario de sobremesa. Sayonara.

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