Es que tengo días. Días de no tener ganas de escribir nada que vaya más allá de 10 líneas y otros en los que me pongo, activo los altavoces, elijo música y a teclear. Además el blog está a puntito de cumplir 5 años de vida y eso, ya me conocen, me tiene “arriba”. Si…cinco años… ¡joder! Cuando mi amigo Eduardo Moreno “Chachón” y yo comentamos los inicios flipamos. Somos dos locos que lo mismo nos hicimos adictos al blog que nos hubiera dado por coser para la calle. Especialmente yo soy una pasional -¿no se nota?- y cada visita, cada apoyo, cada cariño, cada colaboración, cada enlace, cada detalle hacia al blog, lo he vivido con una ilusión infantil. En fin cinco años y muchos más que cumpliremos, no lo olviden. Al enemigo, ni agua.

Nada, que andaba revolviendo y bobiando y de pronto alguien me dice, como casi siempre, “¿Marisol, desde cuándo no escribes las cosas tuyas aquellas que hacías?” y como saben que a mí a chula no me haga nadie le dije “causalidad; estoy escribiendo un relato de esos”. Mentira. Es verdad que tenía pensado hacerlo, pero, eso, le mentí. Así que allá voy. Aviso. Están autorizados para después de éste párrafo cerrar el blog y mandarse a mudar. No me lean si les parece un tostón, yo desde luego, no perdía el tiempo…(ejem, ejem…). Vamosss…

Arranco. Quiero decirle a mi amigo Juan Carlos Santomé, director de Inolvidables FM, que me tiene enganchada a su dial. La música que programa, su voz, los datos, los grupos de los 70, 80, 90 con los que tanto hemos disfrutado me encanta. Es mi emisora musical preferida y como además sé bien lo que supone afianzarse en el mercado valoro más si cabe su trabajo. Bien Juan Carlos; y gracias. Eres una buena compañía.

Y nada, que estaba hace unas semanas en un gimnasio –he perdido 4 kilos, que tenía las coles de Teror (colesterol) un poco crecido, y de pronto entra un tipo y me dije “lo conozco…”. Y tanto. Un famoso jugador de fútbol con una joven a morreo limpio. Juro que en el inmenso gimnasio en ese momento estábamos unas 3 personas, además de ellos. Pensaría que estaban solos, pero lo cierto es que no solo estaban solos, es que estaba yo… ¡uy! No sean mal pensados que sí, vale, tenía móvil, pero, estaba en un local privado y no tenía ganas de joderle la vida a los tortolitos. La fotito tenía su precio, no crean. No diré el nombre, como entenderán.

Agosto plegó, cierra, y el concepto verano lo hace de su mano. Vacaciones en Fuerteventura, Lanzarote, Madrid, unos días en cada sitio. En Lanzarote con toda la familia, hijos, parejas y amigos. Hacía tiempo que no disfrutaba de un día de playa pero un domindo acabé en la maravilla de Famara más a gusto que un arbusto, con protección solar máxima y evitando la solaja que como ya se sabe lo tengo prohibido por el dermatólogo. En el segundo viaje a Lanzarote almorcé con Alejandro Morales (El Príncipe de la Noche), leyenda en la vida social de las islas que vive allí y a quien le hice un reportaje que ha sido muy comentado: “¿Alejandro Morales?”, me preguntan con perplejidad, “si” Vivito y coleando, lleno de amigos en una isla que le ayuda en sus proyectos. En Lanzarote, que junto al Hierro son mis islas preferidas, las posibilidades de ver paisajes asombrosos la hacen únicas. Dios…

Una invitación a la Gomera para hablar de nuestro libro La Secta del Kárate me permitió conocer a unos personas -ya amigos- con los cuales desde el minuto uno se produjo la magia de la amistad. Tere, Erasmo, José Andrés –el temor de los políticos de la isla; imposible taparle la boca- y Alba Sabina. ¡Qué gente más fantástica! Tere, adorable, cercana, acogedora. Erasmo es una de esas personas a las que te da ganas de abrazar. Todo cariño. José Andrés ha sido un descubrimiento para mí. Ser periodista en una isla pequeña donde todos se conocen no es fácil y José Andrés es riguroso y reivindicativo. Todo corazón. Y Alba, ¿qué decir de ella? A ver: el mismo día que preparaba el viaje me llegó un privado. Era Alba. No nos conocíamos. Nada. Ella me seguía en FB y poco más. “Estaré en el mismo acto. Compartimos mesa. Hablaré de las redes sociales y…”. Tres horas después le estaba dando un abrazo y un día más tarde le estaba invitando a escribir en el blog. Créanme que es una magnífica escritora, a veces pegada a la realidad, otras volando. Así es Alba. Pronto la veré en La Laguna, donde vive....

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