José Manuel Soria es ya el candidato oficial del PP a la Presidencia de Canarias en las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo tras su designación ayer, por parte del Comité Electoral del partido, junto al resto de aspirantes conservadores en las demás comunidades autónomas. Será el tercer intento del presidente del PP canario de ganar las elecciones.

Es más, de los 17 candidatos que ayer confirmó la dirección nacional del partido, Soria es el único de los que no ha ganado nunca ni gobierna pero que repite, si se exceptúa el caso de la secretaria general, Dolores de Cospedal, que también lo hace en Castilla-La Mancha. Ningún otro candidato de los que perdieron en 2007 se mantiene, y es que la cúpula popular considera que la participación del partido en el Gobierno canario en distintas fases desde el 2003, y la del propio Soria como vicepresidente durante los últimos tres años, supone de facto un caso de candidato en el poder.

Antes de su designación oficial ayer, Soria ya había sido proclamado candidato por el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, en octubre pasado en un acto del partido en el sur grancanario, aunque algunas fuentes aseguran que fue el propio dirigente canario quien forzó esa situación. En todo caso, su fuerte liderazgo en las Islas ha evitado cualquier debate sobre su candidatura, que siempre se ha dado por descontada en Madrid.

La designación de Soria vuelve a producirse, en todo caso, en un contexto de reciente ruptura de la alianza con CC. Esta circunstancia se ha vuelto especialmente relevante en esta ocasión por el contexto político nacional, dado que los nacionalistas canarios se han convertido en los últimos meses en elemento clave para la pervivencia del gobierno de Rodríguez Zapatero. Así, tras dar ese paso, Soria ha pasado definitivamente a la oposición en Canarias y quiere convertirse también en punto de referencia en la política nacional, en la que muchos creen que ha puesto ya su objetivo a medio plazo.

Desligado ya de toda obligación institucional, el ex vicepresidente parece haber iniciado una intensa campaña de promoción y de reivindicación de su figura que compense, en parte, la pérdida de esa audiencia mediática que le otorgaba el cargo. La ruptura del pacto con CC ha proporcionado a Soria una gran oportunidad para lucir discurso en la capital del Estado. Para ello no ha dudado en aprovechar sus contactos con los medios más conservadores de la capital del Estado y convertirse, de paso, en uno de los personajes más simpáticos para el llamado tea party español, el sector más ultraconservador de la derecha política y mediática española, que ha visto en el político canario un personaje muy vistoso que habla con mucho desparpajo contra Zapatero y desprecia cualquier idea con marca progre.

Un grupo de medios, sobre todo audiovisuales, con sede en Madrid pero con tentáculos en casi todo el país muy vinculados a los poderes territoriales del PP y en especial a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Desde esa catapulta, más que como plataforma de lanzamiento para su candidatura en Canarias, Soria parece estar pensando en su posible paso a la política nacional.