La organización que ha tratado de extorsionar a Gregorio Pérez Saavedra también amenazó a otro empresario con intereses en Fuerteventura. De hecho, según los datos que maneja la investigación judicial, fue esa tercera persona la que dio información a los supuestos extorsionadores sobre los negocios inmobiliarios del vicepresidente del Cabildo de Fuerteventura, Blas Acosta Cabrera, que ayer declaró como testigo en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Las Palmas de Gran Canaria.

Blas Acosta, que es concejal del Ayuntamiento de Pájara desde 2003, fue citado por el magistrado Florencio Luis Barrera para que explicase su relación con Gregorio Pérez y con la venta del Hotel Cactus Garden, un negocio inmobiliario suscrito hace "unos diez años" que los imputados han usado ahora para chantajear al expresidente de la Cámara de Comercio majorera con la intención de sacarle dinero. El juez decretó el pasado 31 de enero prisión provisional para dos italianos y un ciudadano de Europa del Este por esos hechos, al tiempo que un cuarto detenido quedó en libertad al tener una participación menos relevante en las reuniones intimidatorias y las llamadas amenazantes recibidas por el empresario majorero durante estos últimos seis meses.

"No hay ninguna deuda de la familia de Gregorio Pérez desde hace mucho tiempo", explicó el vicepresidente insular a la salida del Juzgado. Acosta evitó dar detalles de su declaración por respeto a la investigación judicial en curso, y se remitió a lo manifestado en una rueda de prensa convocada el pasado martes, tras conocerse que hace una década cobró una comisión del 3 % al mediar en la venta de dicho hotel al Grupo Dunas por parte de la familia de Pérez.

En la rueda de prensa, Acosta aseguró que esa operación inmobiliaria fue entre 2002-2003, antes de que fuera elegido concejal de Pájara en junio de 2003, pues las empresas interesadas en la compraventa encargaron a su asesoría fiscal un estudio sobre la operación. Añadió que entonces se cobró una cantidad y se establecieron unos plazos para abonar el resto, estando esa deuda ya saldada desde hace muchos años.

Lea la noticia completa en la edición impresa de La Provincia, en el PDF del periódico o en Orbyt