Usted ha sido el octavo dirigente de Podemos que más apoyo ha recibido por parte de los inscritos, ¿le ha sorprendido, a qué cree que responde?
No le doy especial importancia al resultado personal porque esto es un proyecto colectivo, han sido unos documentos sobre el modelo de Podemos y de modelo de país en los que ha trabajado mucha gente, con un equipo muy diverso y plural. En este año y pico hemos pateado mucho territorio, nos hemos visto con muchos círculos, hemos hecho muchas actividades por todo el país y supongo que será una especie de reconocimiento por parte de las bases.
Todo indica que ocupará usted alguna secretaría en la nueva dirección de Podemos, ¿qué papel cree que puede jugar en el equipo de Iglesias?
Estoy dispuesto a jugar el papel que haga falta. Siempre teniendo claro que soy cargo público, que tengo una representación institucional y que eso para mí es la prioridad porque para eso me han votado decenas de miles de canarios, después, en función de lo que la organización quiera, ahí estaré, quitándole horas al sueño y a la vida para militar en esto.
¿Podemos es hoy más radical en su acción política y programática de lo que entró en Vistalegre?
Creo que hablar de una radicalización es caricaturizar en exceso el proyecto, el proceso que hemos vivido en Vistalegre II y el debate que se ha llevado a cabo, que es mucho más profundo. Se dice que el resultado dificulta la posibilidad de un gobierno porque complica los pactos con el PSOE, etc... Lo que han triunfado mayoritariamente son unas tesis que creemos que se pueden contabilizar con un trabajo en las instituciones serio y riguroso como primera fuerza de la oposición, frente a la triple alianza del PP y sus amigos de C,s y PSOE, con una buena gestión allí donde gobernamos, pero siendo conscientes de que eso tiene unas limitaciones y que para ganar en 2019 y 2020 necesitamos ponerle músculo social al proceso de cambio. Nosotros tenemos que trabajar codo con codo con la sociedad civil organizada allí donde haya un conflicto o una privación de derechos. Esto es lo que se ha impuesto de forma clara y evidente en Vistalegre II. De hecho, creemos que esto facilita mucho más la posibilidad de gobernar el país desde la izquierda. Cuanto más fuerte esté Podemos, más fácil es que haya un pacto con el PSOE, pero siempre que este esté en una posición subalterna.
¿Ha salido Podemos el partido más dividido que cuando empezó la Asamblea?
No, todo lo contrario, hemos salido más unidos porque nos han salvado la militancia y la participación de la gente, como nos ha pasado en nuestros momentos más complicados. Cuando hemos tenido debates más encendidos en la dirección los hemos trasladado a las bases para que opinen (como cuando el pacto con el PSOE y C,s, o cuando la confluencia con IU) y la gente ha zanjado el debate. El aliento de unidad y fraternidad que se vio en Vistalegre mandó un mensaje claro a las direcciones saliente y entrante. Nos dijeron que aquí estamos para cambiar el país y no para enfrentarnos entre nosotros.
¿A su juicio qué papel tiene que jugar Errejón ahora?
Yo creo que Íñigo, igual que otros compañeros de su equipo, son muy valiosos y que deben estar en primera línea de la organización. Ahora hay que darle un encaje a todo eso, no puedo aventurar aún en qué sentido, no hemos visto aún cómo se van a distribuir los papeles, pero tenemos que lograr la síntesis entre el clamor de unidad que viene de la militancia y de la calle, con el reflejo del resultado democrático de la votaciones de los inscritos, que han dado una mayoría y un gran peso al equipo de Pablo Iglesias. Es un mandato de la militancia salir con una dirección unida, que funcione bien, y que atienda a la diversidades.
¿Tendrá algún tipo de reflejo en las relaciones con Podemos Canarias el hecho de que ahora haya dos dirigentes canarios en la dirección estatal, usted y Meri Pita?
Siempre es bueno que haya mayor representación canaria en el Consejo estatal. Ahora bien, creo que no carga sobre nuestras espaldas ese papel porque representamos al conjunto de la militancia, no sólo a la canaria. Podemos siempre ha escuchado a los territorios, y ahora más aún porque los documentos profundizan en la descentralización de la toma de decisiones, van a tener más herramientas y más poder real, porque van a tener más capacidad de decisión sobre posibles alianzas territoriales y otras cosas sobre las que antes no se tenían. Será Podemos Canarias, que se tiene que redefinir porque en las Islas vamos hacia un Vistalegre II en pequeño, quien tome las decisiones de verdad. No nos gustaría a Meri Pita ni a mí arrogarnos la representación canaria en el Consejo Ciudadano estatal, pero siempre es bueno que aportemos la visión de un territorio maltratado, fragmentado, con los peores índices sociales del Estado.
¿Cómo va a afectar las relaciones con Si Se Puede en Canarias la prohibición de la doble militancia aprobada en Vistalegre?
Los documentos que se han aprobado lo que hacen es poner una herramienta al servicio de las organizaciones territoriales para evitar las tensiones que ha provocado la doble militancia. Con esto no estamos buscando actuar sobre los cargos electos actuales, porque se presentaron a las primarias de Podemos y son cargos públicos u orgánicos . Pero es cierto que ha sido un clamor de las bases en Canarias para que se actuara sobre una situación que ha generado muchas tensiones, como es la compatibilidad de las dos militancias. El objetivo es que de cara a 2019 Podemos debe ser una fuerza autónoma y soberana en lo organizativo y en lo político, que pueda decidir sus alianzas electorales. A partir de aquí, nos sentaremos con todas las fuerzas del cambio, Si Se Puede, Equo, IUC, y decidiremos cómo vamos a organizar esta gran confluencia para ganar las elecciones. Para eso es fundamental acabar con el fenómeno de la doble militancia.
¿Cuál es el objetivo y el reto de Podemos Canarias en la próxima asamblea autonómica?
Podemos Canarias es un reflejo de lo que ocurrió en todo el Estado, funcionó muy bien e hizo historia, pero ahora eso ya no nos vale. Tenemos que ser capaces de hacer una organización que sea capaz de articular sociedad civil y un bloque de cambio lo suficientemente grande, no sólo en lo electoral e institucional, para poder ganar las elecciones en Canarias. Ese es el objetivo, hay que superar las tensiones que se han producido y buscar espacios facilitar toda esa confluencia.
Está demostrado que ganar en Canarias no es gobernar, ¿qué tipo de alianzas está dispuesta a aceptar este Podemos para ello?
Hay dos cosas fundamentales para poder alcanzar ese escenario de pactos de progreso: primero hay que reformar la ley electoral, porque la actual impide cualquier posibilidad de cambio y blinda a CC en el poder. El segundo elemento que tenemos claro es que Podemos solo no va a poder y que es fundamental articular un polo electoral con todas las fuerzas del cambio en las Islas para ganar las elecciones y, a partir de ahí, liderar un pacto postelectoral que obviamante excluiría cualquier acuerdo y contacto con PP y CC. Pero eso está lejos y será algo que en su momento decida toda la militancia.
La entrada de Meri Pita en la dirección estatal la obligará a dejar la secretaría general de Podemos Canarias. ¿El relevo natural es Noemí Santana o eso habrá que verlo tras las correspondientes primarias?
Por supuesto que va a haber primarias. Ahora lo que toca es sentarse de nuevo con los círculos, que hagan sus planteamientos y que hablen sin tapujos del equipo y de las personas que quieran para liderar la organización. Hay personas muy válidas, y Noemí es una, pero todas las posibilidades están abiertas. Es lo bonito de este proceso. Nadie va a señalar con el dedo quien va a dirigir Podemos Canarias.
