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La insistencia por hallar petróleo de Marruecos alarma a las islas orientales

El permiso concedido por el país vecino a la italiana ENI para sondear el fondo marino reactiva el temor a derrames junto a Canarias

La insistencia por hallar petróleo de Marruecos alarma a las islas orientales

La Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas de Marruecos (Onhym) autorizó hace poco más de dos semanas a la multinacional italiana ENI la ejecución de un proyecto de búsqueda de hidrocarburos (petróleo y gas) en el océano Atlántico. En concreto, en una vasta franja marina (23.900 kilómetros cuadrados) denominada Tarfaya Offshore Shallow, que se extiende entre las ciudades costeras de Sidi Ifni y Tarfaya, y se adentra en el mar hasta las cercanías de la línea imaginaria que separa las aguas españolas y las marroquíes. Retorna la sombra de inquietud que trajo al Archipiélago la reactivación de los permisos a Repsol para explorar los fondos marinos al este de Lanzarote y Fuerteventura.

En un comunicado emitido en esta primera semana del año, el Cabildo de Fuerteventura anunció que lanzará sendos mensajes al Gobierno español y la Comisión Europea (CE) con el objetivo de evitar que las prospecciones se lleven a cabo. La institución que preside Marcial Morales (CC) señaló que las aguas que circundan la isla majorera "vuelven a estar en riesgo" y alertó del peligro que suponen los trabajos previstos "para la conservación del santuario de la reserva marina" existente.

Sin embargo, en esta ocasión ni siquiera está en manos del Gobierno español la decisión de cambiar el rumbo de los acontecimientos. La plena potestad es del Ejecutivo del país vecino. La máxima aspiración de España es que sus sugerencias no caigan en saco roto. Y siempre que decida abrir el diálogo con las autoridades marroquíes, lo que no tendría sentido toda vez que el propio Mariano Rajoy estaba al frente del Gobierno central que reactivó y propició el estudio realizado hace tres años por Repsol frente a las costas canarias.

Los trabajos desarrollados por la multinacional española que preside Antonio Brufau se saldaron sin éxito. Tampoco lo obtuvo la prospección desarrollada hasta agosto de 2014 en la zona colindante a los permisos recientemente extendidos a ENI. En aquella área, denominada Tarfaya-Tan Tan y de 11.281,90 kilómetros cuadrados de extensión, ejerció como operador Galp Energy, que tuvo como socias a Tangier's Petroleum y la propia Onhym. "Declarado seco, el pozo fue taponado y abandonado", recogió el comunicado emitido por la oficina estatal marroquí para los hidrocarburos.

A estos fracasos se han unido muchos otros a lo largo de varios años. ¿Por qué entonces la insistencia de Marruecos por fomentar los sondeos? Porque en 2009 cubrió el 95% de su demanda energética con importaciones de hidrocarburos, lo que hizo plantearse a las autoridades la necesidad de un plan capaz de reducir esa dependencia del exterior. En él tienen una importancia capital dos fuentes renovables: la eólica y la solar.

El planteamiento puesto sobre la mesa del monarca Mohamed VI concluyó en la posibilidad cierta de que el 52% del mix energético esté copado por fuentes limpias en el año 2030. Además de rebajar el volumen de compras a otros países, Marruecos estima que la implantación del proyecto supondrá el despegue de una importante industria local.

Ahora bien, los estudios sísmicos -especie de radiografías que desvelan la geomorfología de los fondos marinos- determinan la posibilidad de que existan grandes bolsas de hidrocarburos en toda la costa atlántica. También en tierra, por lo que buena parte del espacio marino y terrestre del país vecino está dividido en cuadrículas por las que pujan las multinacionales en busca del anunciado eldorado.

Marruecos no va a renunciar a la posibilidad de hallar en casa los recursos necesarios mientras avanza en la implantación de potencia renovable. Más cuando dentro de doce años, a menos que los avances tecnológicos aceleren de forma notable en cuestiones como la gestión y almacenamiento en las tecnologías no convencionales, aún la mitad de la demanda de las familias y empresas dependerá de la combustión de gas y derivados del petróleo.

El interés canario por alejar el peligro de un indeseado accidente que podría poner en peligro su medioambiente y, por consiguiente, la industria turística, de la que dependen un tercio del producto interior bruto (PIB) del Archipiélago y cientos de miles de empleos, choca además con un factor geoestratégico que marca el difícil equilibrio existente en la zona: la conocida y no ocultada enemistad entre Marruecos y Argelia.

Todas las carencias energéticas del reino alauí se tornan abundancia en el caso de su vecino, tercer proveedor de gas de la Unión Europea (UE). Tras reunirse el último abril con el ministro argelino de Energía, Nureddín Butarfa, Miguel Arias Cañete (PP), comisario europeo de Energía y Acción por el Clima, anunció la puesta en marcha de medidas tendentes a potenciar la cooperación entre ambas partes, incluso facilitando la inversión comunitaria en la industria de los hidrocarburos del país norteafricano. "Estamos en una relación de interdependencia: Europa se apoya en el gas argelino para la seguridad de su aprovisionamiento y Argelia se apoya en el mercado europeo para la seguridad de la demanda", explicó el exministro español de Agricultura y Medio Ambiente.

Que Marruecos encuentre esa bolsa de hidrocarburos por la que suspiran las empresas del sector de todo el mundo agitaría el escenario de manera intensa. Se produciría un equilibrio de fuerzas en la región en el ámbito energético y la competencia permitiría a la UE apuntalar aún más su abastecimiento, además de aspirar a un mejor resultado en las negociaciones.

Este escenario recorta el recorrido del anuncio realizado en días pasados por la portavoz del grupo Socialista en el Parlamento canario, Dolores Corujo: "Nos dirigiremos al Gobierno de Canarias, al de España, a la Unión Europea y al propio Marruecos, si es necesario, para invitarles a reflexionar acerca de los importantes recursos pesqueros, medioambientales y turísticos que se ponen en juego tanto en la fase de sondeos como en una potencial extracción de petróleo", señaló a través de un comunicado.

La secretaria insular del PSC-PSOE lanzaroteño invocó la necesidad de una implicación "planetaria" en el cambio de modelo para "garantizar la pervivencia de las futuras generaciones". En esa dirección camina el plan energético marroquí, pero los tiempos marcan el paso y nada hace prever que el país vecino renuncie a la posibilidad de subirse al carro de los productores de petróleo aun sabiendo de la escasez y la cercana finitud de este recurso.

Una costa en exploración

La Onhym expone sin rodeos que "la costa atlántica de Marruecos está bajo exploración por perforación". La oficina encargada de los hidrocarburos en el país que se extiende frente al Archipiélago detalla que solo en el final de septiembre de 2016 -hace menos de año y medio- "se perforaron 41 pozos". Y añade que en atención a su "estrategia general" tiene la agenda colmada de acciones tendentes a "impulsar y consolidar la dinámica de la exploración petrolera, atrayendo al máximo de inversores internacionales".

Las investigaciones se saldaron en muchos casos con la toma de muestras de petróleo y gas sin la calidad suficiente para ser comercializados. Sin embargo, su mera existencia impulsa a las multinacionales del sector a desembolsar sumas millonarias y continuar así horadando el subsuelo marino.

"Se descubrió petróleo liviano y pesado en la estructura de Cap Juby", frente a Tarfaya, confirma la Onhym, que añade a ello que se recogieron otras muchas muestras de petróleo y gas "en la mayoría de los otros pozos". No cesan ahí los informes, ya que "las recientes perforaciones en Boujdour, Tarfaya y Sidi Ifni han revelado la presencia de gas, petróleo pesado y petróleo".

Las movilizaciones contra las prospecciones realizadas por Repsol en noviembre de 2014 sacaron a las calles a decenas de miles de ciudadanos canarios. Finalmente, la petrolera concluyó sus trabajos sin éxito, lo que allanó el camino al fin de las disputas entre los gobiernos canario y central. Ahora la inquietud retorna, aunque el peligro, cercano o más alejado, nunca se ha marchado de las costas canarias.

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