Baleares ha "recuperado 400.000 turistas nacionales en los últimos años", señaló ayer la presidenta autonómica, Francina Armengol. En el caso de Canarias, "ha crecido en 200.000" visitantes la aportación del mercado nacional, expuso su homólogo canario, Ángel Víctor Torres. En conclusión, el incremento de precios en los billetes aéreos no se traduce en una merma del mercado peninsular.

Torres relató el encuentro que mantuvo en las pasadas semanas con un representante hotelero que le alertó del peligro que corría el negocio alojativo en lo que respecta a la clientela española por el encarecimiento del transporte aéreo de pasajeros. "Es una afirmación que hacen decaer los números", recalcó el presidente canario.

El sector hotelero del Archipiélago ha insistido durante los últimos meses en el riesgo de pérdida de competitividad que corre el negocio por lo caro que le resulta a una familia de la Península moverse a las Islas a pasar las vacaciones. Algo que, sin embargo, no se ha producido por el momento según los datos aportados por los máximos responsables de los gobiernos de los dos archipiélagos con que cuenta España.

Las economías de ambas comunidades autónomas son muy dependientes de la actividad alojativa. Las diferencias, no obstante, existen, si bien se van reduciendo en los últimos tiempos. El clima del que goza permite a Canarias mantener el destino abierto durante todo el año, mientras que en Baleares el turismo es una actividad estacional.

Sin embargo, el archipiélago mediterráneo cada vez extiende su actividad durante más tiempo. Francina Armengol aseguró que cuando alcanzó el cargo de presidenta autonómica, la actividad del turismo se extendía por un máximo de seis meses. "Ahora, en Mallorca estamos ya en nueve meses y eso garantiza más empleo", detalló la jefa del Ejecutivo balear.

En el caso de Canarias, Ángel Víctor Torres celebró haber cerrado el año con "15 millones de turistas" mientras el mercado germano, segundo en volumen de clientes, decrecía "un 21%". Con el añadido de la quiebra de Thomas Cook en los últimos días de septiembre y el consiguiente riesgo de que la temporada alta se convirtiera en una debacle.

Nada de eso se produjo y ahora preocupa la conectividad, un factor esencial en territorios donde las llegadas de aviones resultan fundamentales para el mantenimiento de sus economías.

Entre las preocupaciones inmediatas y más allá del propio turismo, Armengol y Torres están preocupados por el efecto que puede tener la compra de Air Europa por parte de IAG, grupo al que pertenece Iberia. "No puede suceder que se reduzca la competencia", afirmó el presidente canarios.