Asolado y con la bandera blanca al vuelo. Así salió el Herbalife Gran Canaria del Volkswagen Arena de Estambul donde el Darussafaka, uno de los principales favoritos para ganar esta edición de la Eurocup, ajustició de manera severa al cuadro de Luis Casimiro. Porque el Granca, excepto en el segundo cuarto donde sí pudo mirar a la cara al equipo de David Blatt, siempre se vio a merced de un equipo al que se le cae el talento y el físico, superior al amarillo sobre el papel y también sobre la pista.

La prueba más firme de ello está en el 88-70 que dejó el marcador del recinto turco al término de los cuarenta minutos. Un resultado contundente que refleja la superioridad del Darussafaka, líder ahora del grupo E de la Eurocup, con pleno de victorias en su casillero. Un pleno al que aspiraba el Granca, pero que no fue más que una quimera. Y eso que por un momento, el equipo claretiano se vio con hechuras para contestar el potencial del Darussafaka, presente en las dos últimas ediciones de la Euroliga.

Scottie Wilbekin -20 puntos y 16 de valoración- estuvo ahí, en ese paso fulgurante, pero serio del equipo turco por la Euroliga. Demostró que esta competición se le queda corta pronto en el partido ante el Herbalife. Bajo su batuta, el Darussafaka empezó a dar los primeros bocados al marcador. Él junto a JaJuan Johnson, Stanton Kidd y James Bell empezaron a golpear de frente al Granca. Fue una canasta de Wilkebin la que hizo saltar las alarmas de Luis Casimiro que intentó remediar el asunto con la pizarra (12-2, min. 4).

De entrada, el Herbalife Gran Canaria se encontró una máquina con la fuerza de un quitanieves. El Darussafaka mantenía un ritmo frenético. Duro con las manos, impulsados por su músculo; firmes en el tiro, sobrados de recursos. El Herbalife ni podía ver aquel ciclón, sin casi opciones para tirar a canasta. No encontraba acciones de tiro. Aguantar el tirón era un obligación si no quería ver el partido perdido desde muy pronto.

Su rotación, además, se había visto acortada con la baja de Gal Mekel, con problemas en su rodilla antes de comenzar el partido. Con ese panorama, Oriol Paulí volvió a salir a escena para hacer más llevadera la pérdida del israelí. Un parche que, visto lo visto, ya no empieza a serlo tanto. Porque la línea de crecimiento del gerundense desde el puesto de 'uno' también se divisa. Fue el canterano del FC Barcelona el que con un tiro libre anotado logró que el Herbalife se fuera al descanso 13 por debajo (24-11). Un mal que parecía menor para como podía haber acabado ese periodo de presentación.

El Granca necesitaba una reacción rápida si quería tener opciones de ahí al final del partido. Entró bien con un parcial de 0-4 en el segundo cuarto (24-15, min. 11) gracias a un par de canastas obra de Paulí y de Balvin. A David Blatt no le gustó el asunto y paró el cronómetro. No quería ni un ápice de relajación en los suyos, ni una muestra de debilidad que diera alas al Herbalife.

El ajuste en defensa y la subida en su intensidad tuvieron más efectos en el Granca. El parcial a su favor siguió creciendo hasta el 0-8 (24-19, min. 13). Al Darussafaka se le había congelado la muñeca. Acumulaba más de cuatro minutos sin anotar y el Herbalife mantenía sus opciones de seguir oliendo de cerca a los turcos. Lo hizo cuando DJ Seeley, con un tiro a media distancia colocó al Granca a solo tres puntos de distancia del cuadro otomano.

El escolta californiano se animó más. Anotó un par de canastas más para elevar el parcial al 14-2 y dejar al Herbalife a solo un paso del Darussafaka (26-25, min. 16). El Herbalife había entendido que sin llegar a cada mano, sin puntear cada tiro, sin compartir la responsabilidad defensiva en toda la pista, estaban perdidos. Y a eso se pusieron. El Granca había encontrado el rumbo.

David Blatt volvió a parar el partido. Pero el Granca estaba al alza. Tanto que no solo consiguió empatar el duelo gracias a un triple de Pablo Aguilar, sino que, aprovechando una posesión extra tras una falta por el rebote, consiguió ponerse por delante en el partido con un lanzamiento de DJ Seeley -8 puntos en el cuarto-. Casi nada (28-30, min. 17).

La contestación del Darusasfaka llegó. No tenía la fluidez de antes, pero su conglomerado de talento afloraba. Kidd, Johnson y Wilbekin consiguieron mantener a los suyos ante el derroche de ganas y de baloncesto del Herbalife Gran Canaria. El partido caminaba al descanso con alternativas cortas para uno y otro equipo; punto arriba, punto abajo. Ese el tema. Albert Oliver clavó dos tiros libres cuando apenas quedaban cuatro segundos para que ambos equipos se marcharan al descanso (37-38, min. 20). El Granca, después de verse en la lona, se iba a ir a vestuarios por delante. Sin embargo, Wilbekin negó la mayor. Se sacó un triple a tabla desde casi el centro del campo para golpear al Herbalife donde duele y poner al Darussafaka dos por delante antes de entrar a la caseta (40-38).

El tercer periodo se abrió de la misma manera que se cerró el anterior: con triple de Wilbekin (43-38, min. 21). Al Herbalife le costaba más hilvanar el balón en la segunda mitad, donde el físico del Darussafaka volvió a aparecer. No estaba bien el Granca y el equipo de Blatt lo aprovechó para ponerse a siete de distancia, un trecho respetable. El parcial del cuarto ya era de 11-4 y el Granca se veía nueve abajo en el marcador (51-42, min. 24). La tendencia del partido había vuelto a cambiar.

Los desajustes defensivos volvieron a matar al Granca. Ozmirak, con un triple lateral, puso diez puntos de renta para los suyos (54-44, min. 26). El Herbalife se había esfumado. El atasco en ataque, además, era evidente. Hasta tres pérdidas seguidas permitió un Herbalife que daba síntomas de colapso. El banquillo del Darussafaka estaba zampándose al Granca, endeble y perdido. En el marcador, 14 abajo (58-44). Una distancia que pasó a ser de 17 puntos cuando Wilbekin anotó tres tiros libres consecutivos (61-44, min. 28).

Solo en DJ Seeley encontraba el Granca una vía para mantenerse. Cuando el tercer cuarto se acabó, 13 puntos separaban a los dos equipos (64-51). Una distancia que parecía salvable. No obstante, el partido se puso tan negro como la atmósfera del Volkswagen Arena. Porque con un parcial de 6-0 inicial en el último periodo, el equipo de David Blatt había roto al Herbalife (70-51, min. 32).

La solución del Granca no era fácil de encontrar. Notaba el paso de los minutos, se caía ante el potencial de Darussafaka y el tiempo no dejaba de correr en su contra. Tampoco la diferencia, que no se reducía sino todo lo contrario: aumentaba (72-52, min. 33). La capacidad de reacción del Herbalife estaba más que en entredicho.

Solo DJ Seeley mantenía el tipo en el Granca -acabó con 24 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y 25 de valoración-. Porque en los últimos diez minutos, el Darussafaka, al calor de su renta y sin despreciar su defensa -sabía que el basketaverage era importante, no como dejó entrever el Gran Canaria-. JaJuan Johnson se permitió lujos de concurso de mates ante la parsimonia de un Herbalife que ya andaba cabizbajo, perdido, con ganas de que acabara aquello. Al final, 18 abajo (88-70) en un partido donde el Granca salió arrollado.

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