El Herbalife Gran Canaria tratará de aprovechar la condición de anfitrión en 'su' Copa del Rey 2018, algo que no logró hace tres años y que es poco habitual en el torneo del K.O, ya que sólo el CAI Zaragoza en 1984 y el TAU Cerámica en 2002 lograron hacer buena la supuesta ventaja de jugar en casa.

El cuadro amarillo fue devorado por la maldición en 2015, cuando cayó en cuartos de final ante el FIATC Joventut. La presión y una 'Penya' inspirada en la segunda mitad despidieron a las primeras de cambio al equipo entonces entrenado por Aíto García Reneses. Esa situación, la de que el 'dueño' de la pista caiga en cuartos, se ha dado en tres de las últimas cuatro ediciones.

En toda la historia de la Copa del Rey, sólo CAI y TAU supieron canalizar las ventajas de jugar en su pabellón y olvidar la presión. El primero fue el cuadro maño, en el estreno del torneo en 1984 tal y como se conoce hoy en día de la mano de la ACB, con una fase final. En el último partido, los zaragozanos superaron al Barça (81-78).

El segundo y último equipo que lo logró fue el Baskonia, por aquel entonces TAU, en 2002, cuando ganó en Vitoria también al Barça (85-83). La racha para los locales es especialmente negativa en los últimos años, siendo el cuadro 'culé' el último en llegar a la final ante su afición en 2012, aunque la perdió ante el Madrid.

Los de Luis Casimiro quieren poner fin a este maleficio 16 años después. El conjunto claretiano sólo ha perdido en casa un partido de ocho en la Liga Endesa y comenzará su andadura copera el viernes ante el Montakit Fuenlabrada (18.00 horas, Movistar +), a quien viene de ganar el pasado fin de semana. En semifinales se vería con el Barça o el Baskonia.