Los grandes en la Euroliga juegan contigo, te dan alas. Se comportan como ese ligón o el 'pibón' de la clase: puede que te dejen fluir, pero tienen claro desde el principio que te van a dar patadón. O como ese revisor de la zona azul que crees que anda lejos, que no aparecerá por ahí en ese momento en el que desechas la idea de aflojar unas monedas en el parquímetro porque solo son unos minutos: cuando vuelves tienes una receta en el parabrisas. Te rompen el corazón y la autoestima, son así. Incluso aunque creas que no estás en tu mejor momento, que las circunstancias no son las más adecuadas. Puede que te dejen coquetear con ellos, sentir que estás a su par, pero te la van a clavar.

Se comportó así el Fenerbahçe, con una actitud calcada a la que dejó ver el Real Madrid hace poco más de una semana. Engodó al Granca hasta el último cuarto del partido para darle un sonoro cachetón y demostrar quién manda en Europa y a quién se le puede mirar a su altura y a quién no.

El Herbalife encaró el último cuarto a cinco puntos de la banda de Zeljko Obradovic y acabó a 18 puntos de distancia de ellos (64-82). Pisó el Fenerbahçe a fondo para acabar con el Granca sin piedad. Le machacó en el tramo final a base del talento hasta entonces desapercibido de Bobby Dixon -ahora Muhammed Ali desde que se nacionalizó turco- y se marchó en el marcador para sellar su decimoséptima victoria en la fase regular de la Euroliga. Fácil.

El Fenerbahçe jugó un Granca que se pudo dejar ir y no lo hizo. Se entregó, peleó y bregó en otro día complicado desde antes de empezar, aunque la sentencia estaba prevista. Como el asunto siga igual, habrá un día donde haya más jugadores en las sillas reservadas para los lesionados, en la esquina del Arena contigua al banquillo local, que detrás de Víctor García. Si era Eulis Báez el que atraía la preocupación del técnico los días previos al partido, fue Ondrej Balvin el que ni siquiera pudo vestirse de corto, aquejado de un proceso gripal que le dejó fuera de circulación. El reto de sostener el marcador ante el Fenerbahçe con ese panorama era mayúsculo, casi heroico. El capitán, de corto, hizo lo que buenamente pudo.

Esa epopeya la escribió el Granca, de entrada, sin complejos ante el potencial otomano. Aguantó los primeros cinco minutos en base a una defensa agresiva, pilla, con ataques elaborados sobre la figura de Albert Oliver. Con el marcador sin escapes, sin rentas largas, el Granca estaba ahí. Sobrevivía al hervor de Erick Green, fichaje de lujo recambio de Tyler Ennis tras su terrible lesión (7-9, tras un triple del explosivo jugador californiano, min.5).

Explotó DJ Strawberry con cinco puntos consecutivos para volver a llevar al Herbalife por delante en el marcador (12-9, min. 6, con un 2+1 y otra entrada a canasta de sello personal). Agitó Zeljko Obradovic su banquillo y empezaron a salir quilates -y dólares- a la pista: Gigi Datome, Jan Vesely y Bobby Dixon. Poca broma con esos tres.

Entre Marko Guduric y Vesely levantaron un muro para el Granca. Acumuló kilos y centímetros Obradovic con el pívot checo, Datome y Joffrey Lauvergne para intimidar. Un 2+1 de Vesely puso por delante al Fenerbahçe y cuando el Fenerbahçe se pone por delante, mal asunto (15-16, min. 7). Aún así, y si no fuera por el triple sobre el reloj de posesión que clavó Vesely ante la defensa de Báez, el Herbalife le hubiese echado más el aliento al Fenerbahçe (19-24).

Jugaba con desparpajo el Granca, firme en piernas en defensa. Le costó casi tres minutos anotar al Fernerbahçe su primera canasta en el segundo cuarto (21-27, min. 13, con un triple frontal de Kalinic). Oriol Paulí, sin acierto, pero con ritmo, fuerza y hambre, revolucionaba al cuadro claretiano. Se agarraba el Herbalife al partido como fuera. Y ahí estaba.

No quería carajas ni sorpresas ese volcán llamado Zeljko. Empezaron a subir las tonalidades de su rostro al mismo tiempo que el listón de su equipo. Ajustó su defensa, que subió el nivel de manos e intensidad. Entre eso y el mal de ojo que alguien echó sobre el aro del Granca -increíble como empezó a escupir balones-, el Fenerbahçe se empezó a escapar, a mirar a los amarillos desde cierta distancia, con la solvencia que se le puede presuponer a uno de los mejores equipos del continente.

Cortos de todo

Joffrey Lauvergne, expupilo de Gregg Popovich en San Antonio, puso el +10 para los turcos y Víctor García acudió al diván (25-35, min. 16). Intentó resolver la desdicha con un tiempo muerto, pero el Fenerbahçe estaba en ebullición. Una antideportiva señalada a Albert Oliver allanó el camino para el Fenerbahçe más aún. El parcial visitante para cerrar el cuarto: 0-6, salvado por DJ Strawberry, de lo más fiable en estos duros momentos para el Herbalife (32-44).

Antes del término de la primera parte, ovación en el Gran Canaria Arena. García sacó a jugar a Olek Balcerowski y Siete Palmas se emocionó con el jugador polaco, ya asimilado como un canarión más, criado en los últimos años en la Vega de San José. Un guiño a una cantera que más que futuro puede empezar a ser realidad.

Y es que la rotación del Granca cada día es más corta en cantidad y en calidad. Las dos últimas incorporaciones: Siim-Sander Vene y Josh Magette navegan en la intrascendencia. El estonio, ayer de 'cuatro', jugó cuatro minutos para firmar -1 de valoración; el base de Alabama, 14 minutos y -2 de valoración. Si Albert Oliver no revienta de aquí a unas semanas, será un auténtico milagro.

El Herbalife precisaba de una reacción para volver. Para eso, nada mejor que empezar a dificultar de nuevo los ataques otomanos y encontrar una vía con la que mirar al aro. Y lo encontró en el dorsal 41 de su equipo: Kim Tillie. El francés canalizó el ataque amarillo, con 14 puntos en el cuarto que le permitieron al Herbalife seguir con constantes vitales en el monitor: todos los del equipo (46-53, min. 27, tras una canasta en suspensión).

Tillie, uno de los hombres sobre los que más expectativas se depositaron en verano y que peor había respondido, recordó al de otra época. Asumió galones en un día donde los interior, se fue a los 21 puntos y otros 24 de valoración. Entre eso y los buenos minutos de Luke Fischer y Rabaseda, el Granca parecía que sí, que podía estar ahí. El resultado cuando solo quedaban diez minutos era un esperanzador 51-56 (después de un tiro libre de Oriol Paulí).

Y ahí, donde se deciden las cosas, el Fenerbahçe quedó la ilusión del Herbalife. Rompió con él de un tirón. El Granca parecía estar ahí, cerca, pero en realidad estaba muy lejos de lo que buscaba: su séptima victoria en esta Euroliga.

Vesely, Green y Dixon (con dos triples de superclase 56-69, min. 34) reventaron el partido y pusieron camino al chárter que les llevará de vuelta a Estambul. De un tirón, los de Obradovic estaban 20 puntos arriba (60-80) y ya tenían todo listo para pensar en el siguiente equipo al que embriagar para volver a robarle la cartera.