Zozobró el Granca en un mar de pérdidas en el Martín Carpena para regalar al Unicaja (70-63) un encuentro que parecía tener en el bolsillo dado el rendimiento del conjunto de Jaka Lakovic en la primera parte del choque. Un tercer cuarto fatídico con un parcial 25-5 de cierre, acompañado por los 27 regalos de balón que acometió el conjunto insular, tiraron por la borda la ventaja de 14 puntos de la que disfrutaron los amarillos antes del descanso (18-32).

Nada tuvo que ver la concentración que mostró el Granca frente al Barcelona el pasado viernes durante los 40 minutos. De la seriedad y el acierto en sus acciones de ataque en el Arena, a la vis cómica por momentos que perpetró en el recinto malacitano. Si ante los azulgranas apenas cometieron 11 pérdidas, frente al conjunto de Ibón Navarro fue un auténtico show con las 26 que acometieron. Todo ello unido a las 21 que también tuvieron los locales, lo que en definitiva se tradujo en un choque difícil de digerir en las horas posteriores a las del almuerzo.

Con los 70 puntos encajados podría llegar a decirse que Lakovic estaría contento por la contención defensiva de sus hombres, pero sin embargo, los constantes errores a partir del descanso hacen difícil que el esloveno pueda obtener un análisis clarividente del papel de su equipo más allá de lo enmarañado que se puso el encuentro y en el que los árbitro tuvieron casi más protagonismo que muchos jugadores en el plano televisivo. Muestra de ello son los 29 tiros libres que lanzaron los claretianos, por 21 malacitanos, que no hacían otra cosa que dilatar el paso inexorable de los relojes en el Martín Carpena.

Balcerowski avisó en la previa del encuentro que frente al Unicaja iba a primar el aspecto “físico” y no falló el polaco. Desde el primer balón al aire en el Martín Carpena se optó por palpar el cuerpo de los jugadores entre ellos. De esta forma se escucharon más pitos en el parqué que los de la Peña Mihitas que siempre anima la grada malacitana. Entre falta y falta, el trío arbitral castigó con siete al Granca y nueve al Unicaja en el primer cuarto.

Con excesiva rigurosidad, Jordi Aliaga sumó la segunda a Andrew Albicy en apenas dos minutos para incredulidad del francés; decretó una antideportiva a Augusto Lima que dejó cariacontecido al brasileño por encontrarse en el suelo sin opción de movimiento; dos más a David Kravish y otra a Alberto Díaz, un experto en sacar faltas en ataque; y así hasta un total de ocho ocasiones que acudieron los dos equipos a la línea de tiro libre para alcanzar el 11-18 con el que se cerró el primer periodo.

Tanto silbatazo tenía a la grada boquerona calentita. Muchas de esas protestas producto de la delgada línea de la interpretación y que cada aficionado lleva un árbitro dentro. Aun así, también el cabreo se sostenía al ver cómo sus jugadores solo eran capaces de anotar un triple en sus doce primeros intentos y veían como los claretianos doblaban al Unicaja +13 a favor gracias al 13-26 que rubricó Jovan Kljajic desde la línea de tres, con su segundo triple del encuentro para ir desquitándose de los nervios del estreno liguero ante el Barça.

Entre tanta crispación el conjunto local no salía de su atolladero de cara a la canasta insular, impotente ante la intimidación constante de Khalifa Diop en las dos zonas, no lograba engrandecer el aro frente a los brazos del senegalés, siempre protector de sus dominios. Todo ello acompañado de la claridad ofensiva del canterano, que a diferencia del primer partido contra los azulgranas, en el Carpena si estuvo acertado en el bloqueo directo y se fue al descanso con 9 puntos y 2 rebotes en su haber para comandar el marcador por un cómodo 28-36.

De ocho fue la diferencia a favor claretiana porque Kendrick Perry se marcó un triplazo sobre la bocina con el que bajar de la barrera psicológica de los diez puntos. El base, nacionalizado por Montenegro para disputar el Eurobasket del pasado verano, estaba siendo el más destacado de los de Ibón Navarro, que no encontraban el acierto exterior ni con Djedovic ni con Kalinoski, ni con Brizuela en esta primera mitad del encuentro.

Momento Carter

A falta de las primeras espadas, cogió la batuta Tyson Carter en el tercer cuarto para sorpresivamente darle la vuelta al marcador con diez puntos en el periodo, cada uno de ellos en momentos determinantes tras pérdidas claretianas, que no dejó de acumular hasta alcanzar las trece en apenas 30 minutos. Cada regalo se convirtió en una invitación al club de Los Guindos a que se metiera en el encuentro.

Porque del 30-41 que anotó Shurna en el minuto 22, se cerró el periodo con un parcial 25-5 para el 55-46 a falta de los diez últimos minutos del partido. La desesperación era palpable entre los jugadores de amarillo y en especial Andrew Albicy, que por momentos pierde el tino y actúa de forma inexplicable para perjudicar a su equipo.

De esta forma, el francés que se pasó todo el partido criticando fue expulsado en el primer minuto después de que protestase una técnica al banquillo insular. Y si no fuera poco, el parisino abandonaba la cancha con ostensibles aspavientos a la grada malacitana además de llevarse la mano a la oreja en claro gesto provocativo.

Eso sí, Augusto César Lima compensó la expulsión de Albicy instantes después al llevarse la segunda técnica de la tarde después de fingir un golpe. Demasiada intervención arbitral reflejaban lo trabado que estaba el partido y sin ritmo, el flujo del choque era favorable para el Unicaja, ya en comandancia del luminoso.

Entre tanta interrupción no supo cómo reengancharse al partido el Granca, que pasó de haber disfrutado de una máxima de 14 puntos en el ecuador del segundo cuarto (18-32) y poseer un rigor defensivo que enamoraría a Lakovic, a ser un completo desastre en el orden táctico y regalar una y otra y otra pelota. Así hasta un total de 26 pérdidas en el encuentro para los insulares, por 21 de los malacitanos, que no hicieron otra cosa que ofrecer un partido burdo para el espectador.

Tanta concesión y el despertar de Tyler Kalinoski, autor de ocho puntos en el último periodo, impidió que los claretianos tuvieran lugar a la remontada en el último cuarto. Solo un pequeño parcial 0-7 en apenas un minuto, entre el 3:23 y el 2:24 restante del choque, abrió al Granca una pequeña rendija a la esperanza con el 67-63, que se encargó de tirar por la borda con dos pérdidas más finales y el triple final del propio Kalinoski.