El acierto en el triple, la gran clave para poder ganar en el Santiago Martín

Si la pelota le entra desde más allá del arco al Gran Canaria, probablemente sea sinónimo de fiesta en el vestuario claretiano. Así lo demuestra la estadística, pues en las últimas siete victorias del conjunto insular ha tenido la puntería afinada desde el triple con un promedio del 48%. Por tanto, si quiere romper la mala racha que mantiene con el Lenovo Tenerife más le vale que le entren los lanzamientos lejanos.

Porque también está la lectura contraria. La de que si se le encasquilla la mirilla a sus francotiradores, también se traduce en derrota como reflejan las cuatro últimas derrotas del Gran Canaria en la que el porcentaje de acierto desde el triple se queda en un paupérrimo 15%.

Atendiendo a lo más reciente, para que el aficionado tenga fresco el recuerdo de la felicidad que mostró cuando vio a su equipo anotar 20 triples contra el Casademont Zaragoza, con un 50% de acierto, hace dos jornadas atrás y escribiera un nuevo récord histórico en su cuaderno de bitácora, esa es la senda que espera andar Jaka Lakovic y sus jugadores.

Porque más reciente es la imagen que dejaron en el último choque liguero, con derrota en Manresa, en donde anotaron cuatro triples en todo el partido con un 17%, pero dos de ellos fueron en el último minuto cuando ya estaba todo decidido –hasta entonces el rendimiento era de 2 de 22–.

En el global del curso, el Gran Canaria promedia un 22,31% en sus nueve tropiezos de la Liga Endesa (56/251); mientras que en sus triunfos eleva su puntería hasta un 41,72%–mejor registro incluso que el del Barça, el líder de la liga en este apartado– gracias a su 194/465.

En lo que respecta a lo exhibido al derbi disputado en la primera vuelta liguera, con triunfo aurinegro por 82-94 en la prórroga, el Dreamland reflejó un 24% de puntería en los triples tras anotar 7 en 29 intentos. Números malos que contribuyeron a alcanzar con los fallos de AJ Slaughter (1 de 8), Andrew Albicy (1 de 6) e incluso Miquel Salvó (con 0 de 3).

Todo ello con la batalla estelar que se intuye que se librará entre Shermadini y Happ en la pintura.

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