Ni un abuso más

 La artista canaria Koset Quintana inició el #MeToo canario denunciando en sus redes al cineasta Armando Ravelo de haberla incitado al sexo y ofrecerle drogas y porno cuando ella sólo tenía 14 años

El cineasta Armando Ravelo

El cineasta Armando Ravelo / Con Estilo

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Y de repente, un sábado por la tarde, estallaba en Canarias su particular #MeToo. La artista canaria Koset Quintana, a raíz de que se conocieran las acusaciones de tres mujeres por «violencia sexual» contra el cineasta español Carlos Vermut, se armaba del valor suficiente en aquella jornada para denunciar en sus redes sociales al cineasta grancanario Armando Ravelo de haberla incitado al sexo y ofrecerle drogas y porno cuando ella sólo tenía 14 años.

LA PROVINCIA y EL DÍA, que en sus páginas recogieron en exclusiva el testimonio de la joven isleña y cuyo relato reproducirían el resto de los medios de comunicación del país al día siguiente, publicaron también la versión del director de La piel del volcán y Érase una vez en Canarias, quien reconocía los hechos. “He dejado muchos cadáveres por el camino” porque en esa época, añadió Ravelo, “estaba muy subido y me creía impune”, lo que, junto a una manifiesta adicción al sexo que asegura haber superado tras ir a terapia, le llevó a “hacer mucho daño a muchas mujeres”.

Las muestras de apoyo hacia Koset sobre “una situación conocida por todos”, decían, en el sector audiovisual e interpretativo de las Islas no tardaron en llegar, multiplicándose de manera sorprendente cuando otras intérpretes y trabajadores de la industria cinematográfica del Archipiélago sumaron a la declaración de la chica los abusos que supuestamente sufrieron en sus propias carnes a las órdenes del cineasta canario.

Abierta la veda, muchos y muchas profesionales vinculadas a la escena cultural y educativa de Canarias perdían el miedo comenzando a detallar conductas similares dentro de la música y los centros superiores de formación en nuestra región que, con seguridad, continuarán en las próximas semanas o meses generando entre la sociedad isleña tanta indignación como sobresaltos.

Por la estrecha relación que Con Estilo desde su nacimiento mantiene con actores, actrices, músicos o modelos, entre otros profesionales, no podemos ni queremos quedarnos al margen. Las páginas de nuestra publicación estarán siempre abiertas para quienes necesiten resarcirse del ostracismo al que su resistencia ante este tipo de abusos les arrinconó impidiéndoles, incluso, mostrar su desarrollo o sus proyectos.

El ‘ni un abuso más’ ocupa en nuestra filosofía editorial una importancia enorme porque durante los ocho años de vida de la revista hemos sido testigos de cómo el empeño y deseo que para visibilizar sus trabajos o ilusiones demuestran muchas personas, en especial los más jóvenes, les convierte en objetivos vulnerables ante quienes, envueltos en proveedores de presuntas oportunidades, sólo buscan saciar oscuros deseos alejados de los discursos con los cuales en un primer momento se presentan. Chacales embutidos en piel de cordero a quienes debemos desenmascarar.