"Mi inspiración está muy basada en la tristeza y en la angustia, me empujan a componer cosas que me alegren", contaba hoy, en una entrevista con EFE, esta cantante que, en su nuevo trabajo, ha ahondado y ampliado los mestizajes musicales que han caracterizado toda su vida y su carrera musical.

En esta ocasión, y además de incluir toques aflamencados, influencias de la cumbia, el reggae o hasta de música zíngara, Lila Downs ha puesto la mirada en la música del sur de Estados Unidos, lo que la ha llevado a hacer versiones de "Black Magic Woman", el clásico de Peter Green que popularizó Santana en los 70, o de "Yo envidio al viento", de Lucinda Williams.

Pero salvo estos temas, la mayoría de los trece cortes del disco han sido compuestos por ella y por Paul Cohen, su compañero musical y sentimental desde que Lila Downs comenzara una carrera que llevó a Chavela Vargas a citarla en su despedida como su sucesora.

Tras éxitos de discos como "La sandunga", "One Blood" o "La cantina", llega ahora este nuevo trabajo, en el que esta hija de una cantante mixteca y de un cineasta estadounidense rinde también tributo a los chamanes y curanderos de su tierra.

No en vano, durante su elaboración Lila Downs ha vivido un momento crítico en su vida y en su carrera.

"Tuve un problema de voz en un momento muy triste de mi vida -relacionado con sus dificultades para ser madre-", cuenta la cantante, quien recuerda que entonces acudió a Doña Queta, una conocida curandera de Oaxaca.

"Me dio una serie de tés que tenía que tomar en seis meses y que me rejuvenecieron, me sentí plena. También me dijo que tenía que hablar con mi cuerpo, con mis riñones, con mi estómago, y pedirles perdón. Me encantó ese diálogo", apunta.

Un tratamiento en el que seguramente también influyó el hecho de llegarse a plantear: "¿y si ya no puedo ser cantante, qué haré, si yo he venido a cantar a esta vida?", recuerda tras asegurar que "se marchitaría" sin componer ni subir al escenario.

Tras compartir una canción con Caetano Veloso, Lila Downs decidió invitar a su nuevo disco a otros artistas. Y ahí están canciones como "Ojo de culebra", en la que participa LaMari de Chambao; "Perro negro", con Rubén Albarrán de Café Tacuba, "Tierra de luz", con Mercedes Sosa, o "Justicia" con Enrique Bunbury. Se han quedado fuera otras voces que intentó incluir en el proyecto, como la de Concha Buika.

"Aprendes mucho trabajando con otros. Por ejemplo, cuando vi a LaMari. Yo, cuando canto, tengo que calentar la voz, hacer respiraciones y ella, entra al cuarto y empieza sin más", explica.

Siempre dispuesta a enriquecer sus propias raíces culturales, Lila Downs, que en el 2005 obtuvo un Grammy Latino con "One Blood" y en el 2006 fue nominada a los Oscar por su aparición en la película "Frida" de Salma Hayek, la cantante tiene en mente aceptar "un reto" importante: componer todos los temas para un musical basado en la novela "Como agua para el chocolate", de Laura Esquivel.

Una propuesta que le ha planteado un productor de Broadway y que se está pensando "muy seriamente", mientras prepara su siguiente disco -"tendrá algo de música ranchera con mariachi"-.

Y todo eso mientras tiene entre manos una apretada agenda de conciertos de "Ojo de culebra", dentro de una gira que recalará en España el 28 y 29 de octubre en Las Palmas y Tenerife, el 1 de noviembre en Llanes (Asturias) y el 7 en Alcobendas (Madrid).