Como guarnición, como plato principal, como postres, el arroz vale para todo. En el mundo hay más de 2.500 tipos por lo que las variedades para cocinarlo son casi infinitas. Durante dos días, la Universidad de Verano de Maspalomas se ha convertido en una cocina de amantes de este cereal. Bajo la atenta mirada del chef Víctor León, 20 aprendices han cocinado hasta doce platos diferentes.

"Creo que es más difícil hacer una paella valenciana que preparar sushi. El sushi es fácil. Que venga un japonés a hacer una paella valenciana a ver que cara pone, ¡se le iban a quedar los ojos más achinados todavía!", afirma Víctor León cuando se le pregunta qué plato de arroz es más complicado de elaborar.

La mayoría coinciden con él. La paella valenciana tiene mucha técnica, hay que estar pendiente del fuego, del guiso, no se le puede quitar el ojo de encima. La alumna Karen Springsborg, una danesa afincada en el Castillo del Romeral, se ríe cuando recuerda su primer intento de paella, "me pasé con el arroz, pregúntale a mi familia que los tuve comiendo lo mismo una semana".

Arroz caldoso, arroz con verduras al horno, arroz mexicano, arroz negro... Arroces para todos. Sin embargo lo importante no es saber hacer estas recetas, el chef aclara, "estamos viendo un manual de procedimiento bastante adaptado a cada uno. Ellos después deben ser capaces de enfrentarse a cualquier receta con la semilla. Es lo que intentamos conseguir durante los días que dura este curso".

Yaiza Machín está "encantada". Supo de la existencia del curso, que se titula Arroces del mundo, por la web de la Universidad de Verano. "Es la única forma de seguir aprendiendo. Además, durante el verano disponemos de más tiempo libre y aquí se ofertan materias interesantes y entretenidas".

Esta cocina no para. Mientras una se seca las lágrimas por picar cebolla, otro va metiendo el rape y los langostinos en el caldero. Huele que alimenta y las cucharas igual revuelven, que se llevan a la boca, que la comida hay que catarla.

"El arroz negro tiene una pinta horrible. Da muy mala impresión cuando lo ves en el plato. A mí me costó probarlo, pero ahora es mi preferido", señala Virginio L. Nathalia. Ahora está atento al arroz mexicano que tiene al fuego, "es mucho más duro que el grano que solemos usar, por eso tiene que estar cociéndose por lo menos 40 minutos y además siempre tapado".

Mercedes Gámez tiene mucha experiencia cocinando, "son muchos años delante de la olla". Sin embargo ha venido a esta cita porque "siempre hay algún truco que se me escapa. Toda la vida echándole pimiento a la paella y ahora resulta que no lleva". El arroz que tiene en el fuego lleva judías verdes planas, "ajito bien picadito", tomate, conejo y pollo. Ya sólo le queda el toque final: retirar el caldero y cubrirlo de platina, "para que se termine de hacer con su propio vapor".

Mil y unas variedades de arroz que hacen de las delicias de cocineros y comensales. La comida está servida.