La curiosa e inclasificable novela El club de la lucha de Chuck Palahniuk, publicada hace veinte años, habría pasado desapercibida de no haber sido adaptada al cine tres años después por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt, Edward Norton y Helena Bonham Carter. Si bien es cierto que también el film tuvo escaso éxito, contra todo pronóstico se convirtió en una película de culto que llevó a reeditar el libro, que fue leído por una legión de frikis obsesionados con la película. Pero lo que nadie esperaba es que su autor escribiese una continuación, El club de la lucha 2, y mucho menos que lo hiciera en forma de cómic. Es evidente que para realizarlo tenía que lograr que la historia cobrara vida propia y para ello nada mejor que desarrollarla en un medio alejado tanto del mundo literario como del cine, así que el cómic era una de las pocas alternativas para su proyecto.
Sabiendo esto no extraña tanto la opción elegida, pero lo primero que hay que dejar claro es que quien no haya leído el libro o visto la película no entenderá nada del cómic, porque todo continúa diez años después del la primera parte. Ahora el protagonista -¡se llama Sebastian!- ha olvidado a su psicópata alter ego, se ha casado con Marla y tienen un hijo. La existencia de esta familia de clase media transcurre rutinariamente, a través de días aburridos y monótonos, hasta que esa parte que Sebastian creía superada y que no podía controlar reaparece... A partir de entonces, la historia se vuelve cada vez más interesante y delirante, incluyendo cambios de personalidad del protagonista y tramas paralelas, hasta llegar un momento en que no sabemos si hemos sido incapaces de seguir el enmarañado argumento o es que es tan caótico que es imposible conseguirlo.
En realidad todo es un rompecabezas que tenemos que componer a pesar de que en ocasiones no se pueden leer los bocadillos porque están tapados por sangre, píldoras o pétalos de rosas dibujados. En definitiva, el guion es otro de los ensayos ficcionales de Palahniuk, que llega a introducirse en su obra como un personaje, a modo de pirueta metatextual, al igual que Cervantes en El Quijote.
Del mismo modo hay que aclarar que El club de la lucha 2 no comienza donde acaba la película de Fincher, porque el cómic de Palahniuk es una secuela de su novela, no de la adaptación al séptimo arte, y aquellos que no conozcan ambas deben tener en cuenta que el final no es el mismo. Por eso se recomienda a quienes sólo hayan visto el filme, que antes de abrir las solapas del cómic al menos lean la conclusión de la obra literaria.
El dibujante Cameron Stewart, destaca por unos trazos claros y elegantes en viñetas perfectamente diseñadas que suponen un rayo de luz en una historia tan oscura. Y es que El club de la lucha 2 es un cómic que gustará a los incondicionales de Palahniuk, que ya está trabajando en una tercera parte que también aparecerá en formato cómic. Así que esto irá para largo?
