De dos ideas complementarias ha partido Hsiao Ya-Chuan a la hora de realizar su tercer filme, Father to Son ( Van Pao Te, Taiwan, 2018). La primera ha consistido en unir la generación de su padre y la de su hija a través de la suya propia realizando además una reflexión sobre la capacidad del hombre de poder controlar o no su vida. "El 90% de nuestra existencia ya está determinada por nuestra familia, nuestro entorno y de dónde venimos, pero hay un 10% en el que podemos transformar nuestro destino". Así lo aclaró ayer el director chino durante la presentación de la primera de las películas a concurso en la Sección Oficial de la presente edición del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria en un acto ayer y presentado por Antonio Weinrichter.

"La representación de ese 10 % quizás ha sido lo que ha hecho la película algo más complicada. Pero quise dejar constancia de que siempre tenemos esa pequeña oportunidad de cambiar nuestro futuro", añadió. Eso en cuanto al primer aspecto, pero en lo referente al segundo, el director aseguró que ha sido "contar la historia de Taiwán actualmente en un juego entre lo personal y general", subrayó. Hsiao Ya-Chuan reconoció que para sintetizar el espíritu de una obra que juega con continuos flasbacks ha utilizado la mezcla del color y el blanco y negro para subrayar su manejo de los tiempos.

Dificultad

"Soy consciente de la dificultad estructural de la película", continuó, "y para facilitar su comprensión, siempre utilizo el blanco en negro para el pasado y el color para el presente, era una manera de crear vínculos claros con el espectador en una película en la que los tiempos y las situaciones se van mezclando entre ellos continuamente", dijo.

Michael Jq Huang, Chuang Kai-Hsun, Fu Meng-Po, Aria Wang, y Lu Hsueh-Feng protagonizan este filme cuyo argumento gira sobre la vida de Van Pao Te quien, con 60 años y gravemente enfermo, renuncia a recibir tratamiento médico, pero inicia un viaje junto a su hijo en busca del padre que le abandonó hace cincuenta años. Paralelamente, un joven de Hong Kong con cierta historia similar a la de Van Pao-Te, llega a Taiwán. El filme se desarrolla con ambas acciones entrecruzándose continuamente. El realizador asiático reconoció que el agua juega un papel fundamental en la película, pero su presencia amenzante en dos momentos concretos no tiene que ver con ningún simbolismo oriental ni nada por el estilo. "Tiene que ver con la enfermedad de mi suegro que tuvo esas pesadillas durante la época en la que estaba más grave y decidí ponerlos en la película"

Sobre su relación con el también director taiwandés y principla referente de la Nueva Ola cinematográfica del país, Hou Hsiao-hsien, autor de títulos emblemáticos de los últimos años como Café Lumiere; Tiempos de amor, juventud y libertad, o El vuelo del globo rojo, el director explicó que "es mi tercera película y él me ha ayudado en todas: se interesa mucho por los directores jóvenes, por el guión, y también le gusta intervenir en la edición".

El productor ya colaboró con Hsiao Ya-Chuan en sus anteriores trabajos Taipei Exchanger -premio del público en el Festival de Cine de Taipei en 2010- y Mirror Image.

El director asiático comentó que ya "conocía esa relación del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria con el cine chino: me parece muy interesante, creo que explica muy bien el carácter de los canarios por conocer y respetar al otro". Sobre cómo percibe la proyección de su obra en occidente, el cineasta señaló que "como asiático veo muchas películas occidentales: si viéramos más películas asiáticas sería una muy buena manera de mejorar la comunicación entre las dos culturas". Y Father to Son es, por supuesto, una inmejorable oportunidad de conocer la actual Taiwan.