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Entrevista | Carlos González Sosa

"Doy voz a los personajes en forma de novela, pero fiel a lo que ocurrió"

"Los holandeses atacaron las Islas para hacer el mayor daño posible a España, que los tenía subyugados", explica el autor de la novela 'La venganza de Van der Does'

El escritor Carlos González que ha publicado recientemente 'La venganza de Van der Does'.

La venganza de Van der Does , su último libro, aparece después de la trilogía Sangre , también dedicada a la Conquista de Canarias, ¿Se propone agotar una epopeya novelada sobre la entrada de las Islas en el mundo europeo de los siglo XV y XVI?

Realmente no. La intención inicial era contar cómo fue la Conquista de Canarias. A raíz de este tema mucha gente me ha hablado de múltiples narraciones sobre las Islas y la editora en una firma de libros empezó a explicarme toda la historia de Van der Does. Me pareció tan interesante que empecé a investigar un poco y se me ocurrió escribir la obra. La fecha coincide con la Conquista, pero no tiene relación con ella, ocurrió justo después.

Por la gran diferencia de sus fuerzas, la incursión pirática de Van der Does en 1599 dejó arrasada la ya española ciudad de Las Palmas. ¿Eran incursiones de rapiña o pretendían adueñarse de las Islas?

La intención era adueñarse de las Islas y hacer el mayor daño posible. Lo que es hoy en día Holanda quería castigar a España porque esta tenía subyugados a los holandeses y los presionaba. La Inquisición quemaba a sus ciudadanos. Para hacer daño fueron bordeando la costa española con una flota de 74 barcos. Atacaron primero La Coruña. No consiguieron hacer gran cosa, ni siquiera desembarcar, porque los españoles se defendieron con todas sus fuerzas en cada ciudad. Llegaron a Canarias, no se sabe si porque era su intención inicial al ser un punto estratégico o porque no conseguían dañar otros puntos en la Península.

Después de aquella lucha tan desigual, tan solo 300 canarios lograron repeler a 4.000 corsarios en la Gesta del Batán, escondidos en la maleza y haciendo creer que eran muchos más. Sin duda eran estupendos estrategas.

La Gesta del Batán fue una estrategia bastante bien diseñada por el gobernador en funciones, Antonio Pamochamoso. Habían herido al gobernador Alonso Alvarado previamente. Pamochamoso ideó una estrategia para llevar a los holandeses a la zona de Los Lentiscos, un antiguo batán donde se batían las prendas que se teñían. Como los lentiscos son muy tupidos aprovecharon esa zona para conducir a los corsarios hasta ella y comenzar a tocar tambores y enviarles lanzas y así hicieron parecer que eran muchos más de 300. Los corsarios huyeron en desbandada, los canarios los persiguieron y mataron a muchos. Consiguieron que llegaran a la ciudad muy asustados y diesen la voz de alarma de que venían demasiados isleños y huyeron.

¿Cómo enfoca la muerte del entonces gobernador de la Isla, Alonso Alvarado?

Lo hirieron en uno de los desembarcos cuando llegaron los corsarios. Estos emplearon tres días para conquistar la ciudad. Intentaron desembarcar muchas veces y en todas ellas fueron repelidos. Con más de 1000 cañones que tenían los barcos los canarios consiguieron retenerlos durante mucho tiempo. Alvarado estaba siempre en primera línea. Murió poco después de irse los holandeses.

Los frustrados invasores prendieron fuego a la ciudad y robaron cuanto había, incluidas las campanas de la Catedral. Holanda solo ha devuelto una de ellas, 500 años después?

Hace unos seis meses, en la boda de mi hermana, me presentaron a un señor al que, por lo visto, le encanta la historia de Canarias y odia a los holandeses por la carnicería que cometieron. Yo le dije que es cierto, pero que también los españoles teníamos a los holandeses machacados con la Inquisición. Se habían cometido muchos destrozos, por lo que la culpa era de ambas partes. El señor me dio la razón y resultó ser el hijo del cónsul holandés que trajo la campana. Me contó que la comunidad holandesa en la Isla la trajo en compensación por el daño hecho y como un gesto de hermandad. Ahora la campana está en la catedral.

Y los valiosísimos archivos que también se llevaron, con una información histórica y política inigualable, ¿cree que serán devueltos?

El problema es que esos archivos han ido desapareciendo. Se dice que mucho tiempo después los holandeses los ofrecieron a cambio de una suma de dinero que la Corona española no aceptó porque, según algunos historiadores, les parecían papelotes de ultramar. Hoy en día, se piensa que el libro que había escrito Cairasco de Figueroa, que nos hubiese dicho cómo hablaban los aborígenes al ser él hijo de madre aborigen y padre español y manejar muy bien las dos lenguas, el tratado sobre las dos lenguas, se perdió y es una pena porque hubiésemos podido hablar todavía el idioma de los aborígenes. Se perdieron otros muchos escritos. También había un libro que había pasado de guanarteme a guanarteme y que fue escrito por unos misioneros, donde se revelaba cómo vivían los aborígenes antes de la Conquista porque de eso no sabemos sino a raíz de la misma por lo que vieron los conquistadores. Se desconoce si esa obra se quemó con la ciudad o si se la llevaron los holandeses porque quizá era parte de lo que querían vendernos y no aceptamos.

¿Cómo narra en sus libros aquellos hechos históricos: con base en una documentación exhaustiva o empleando la imaginación?

Con base en una documentación muy exhaustiva. De hecho, muchas veces los lectores me dicen que se quedan con ganas de más y que podía haber ampliado un poco mis libros, como los de Sangre de la Conquista de Canarias, pero no quiero arriesgarme a cometer errores y poner algo que no sea real. Intento ceñirme a los hechos históricos, doy voz a los personajes y forma de novela, pero siempre tratando de ser fiel a lo que ocurrió.

¿Cuáles son las fuentes que maneja con mayor confianza?

Las de la biblioteca porque internet tiene mucha documentación, pero hay que emplearla con sumo cuidado. Es un terreno resbaladizo. Hablo con muchos historiadores que me aportan información fidedigna y me dicen los libros que debo consultar y así voy sobre seguro.

La segunda novela de su trilogía anterior, Datana , narra las acciones de los Reyes Católicos en Gran Canaria. ¿Cómo es su visión de Tenesor Semidán o Fernando Guanarteme?

Es un personaje que ha generado muchísima polémica. Cuando escribí la novela me documenté bastante sobre él que fue un visionario que se dio cuenta de que era imposible luchar contra unos hombres que venían vestidos de hierro con armas muy avanzadas. Vio que su pueblo estaba mermando muy rápidamente y observó que no había otra opción que rendirse. Hay gente que lo tilda de traidor, pero yo creo que no porque lo contrató el rey Fernando como mediador. De hecho, se narran todas las veces que medió, aunque también luchara, en Gran Canaria o en Tenerife. Fue un visionario que sabía que, o acababan rápido la guerra, o su pueblo iba a desaparecer. Cuando se hizo la presentación de Datana en La Fortaleza su arqueólogo Marco Moreno tenía la misma visión que yo.

¿Piensa extender el periodo de la Conquista de las Islas a una narrativa de los siglos posteriores?

No, siempre he escrito fantasía épica y mi idea es seguir con ella. Fue casualidad que un día paseando por Agaete viese un cartel sobre unos ingenios azucareros de un tal Alonso Fernández de Lugo y tirando del hilo fuera descubriendo toda la historia. Tenía interés por encontrar una novela que me contase la Conquista por completo, así que la escribí. A raíz de este tema también me hablaron de Van der Does. Algo más contaré sobre las Islas.

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