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Arte

Manolo Millares y Elvireta Escobio, unidos en la eternidad

La Fundación La Caja de Canarias da la bienvenida a las dos nuevas placas que rinden homenaje al matrimonio en el 50 aniversario del fallecimiento del artista

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Manolo Millares y Elvireta Escobio, unidos en la eternidad

Las Palmas de Gran Canaria inaugura un espacio en el que estas insignes figuras del arte son homenajeados en la ciudad que los vio nacer. Salas Manolo Millares/Elvireta Escobio, reza la placa que hoy ha descubierto su compañera de vida en las galerías de arte del CICCA. "Es una sorpresa muy agradable", comenta la pintora, "me emocionan todos los actos que se hacen en su nombre, es más, todavía no me creo que hayan pasado 50 años de su fallecimiento, ¡me lo tendrían que jurar!". 

Los siglos, irrefrenables, toman el recuerdo de Manolo Millares en el aniversario de su fallecimiento y traen sus trazos y composiciones abstractas al paisaje urbano. "Desde que Manolo murió, ha crecido en el tiempo", dice con calma su esposa tras unas gafas negras. De formación autodidacta, aprendió acuarelas y formó parte del grupo artístico LADAN con Juan Ismael, Plácido Fleitas, Martín Chirino y el propio grancanario del que se enamoró en aquel momento de eclosión y aprendizaje personal artístico. A lo largo de los años, se aventuró en la poesía y en la literatura y, desde entonces, como resalta su hija Coro Millares, "mi madre ha permanecido a su lado, que no en la sombra, dándole esa fuerza a mi padre" a la vez que rompía con los moldes sociales asignados a la mujer del siglo XX "y hacía una labor pionera en las Islas al dedicarse a la cultura". 

En el acto de presentación de la placa conmemorativa en el exterior del edificio y en la entrada del Centro Cultural CICCA, además de la familia del matrimonio, estuvo el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, y el consejero de Sanidad y expresidente de la Fundación, Blas Trujillo. El dirigente autonómico expuso la vigencia e importancia en la cultura canaria de este "hijo pródigo" cuyo fundamento introspectivo era "un canto al ser humano y a la libertad como bien fundamental", celebrando su rechazo a los dogmas y a las sinrazones. "Por eso Manolo Millares es siempre referente necesario al que volver, pues siempre nos reconduce al origen, a través de un viaje de interiorización cada vez más necesario en una sociedad virtual, vivida más en el escaparate del aparentar que en el sentido del ser", subrayó Torres. 

Elvira Escobio y la relectura de las artistas canarias

También, le dedicó unas palabras a Elvira Escobio, tomando en ella el ejemplo de "esa pléyade de pintoras canarias que deben de obtener el reconocimiento que merece su obra". "Una artista por derecho propio y de amplia trayectoria en la pintura y la poesía, que formó parte de la vanguardia artística grancanaria en el grupo de los Arqueros del Arte Contemporáneo -grupo LADAC- impulsado por Manolo Millares, donde figuraban nombres como de Juan Ismael o Felo Monzón", sostuvo.  

Ante los ataques machistas de la época, Escobio se zafaba rápidamente. Como recordó su hija Coro, hubo un periodista que le preguntó a la artista si también cosía los detalles de la obra plástica de su marido, a lo que ella le contestó que, al contrario, ella solo lo había enseñado, justamente, a coser, lo demás era cosa de él. Otra anécdota que impregnó el momento fue la contada por su madre, sorprendida recientemente cuando la avisaron del cambio del nombre de una calle en Lanzarote, "ahora se llama Manolo Millares, antes José Antonio Primo de Rivera", exclamó, "muy halagador", resolvió.   

Así, la Fundación La Caja de Canarias "paga esta deuda", en palabras de su presidente Manuel Sánchez, con el legado de este artista "consolidado y reconocido a nivel mundial". "Si algo distingue a ambos es su coraje cívico durante décadas al ir a contracorriente de lo establecido", destacó. Desde la Escuela Luján Pérez hasta su marcha a Madrid, la fulminante trayectoria de Millares rompía con lo establecido y aireaba un contexto social que se tambaleaba por la dictadura española cuando fuera se respiraba las transgresiones de las vanguardias.     

Una placa sobria y llena de significados que se rinde a una pareja artística que creció unida y respetando los espacios de dos creadores que atinaban a observar la complejidad de este mundo. 

En el camino de la celebración del nacimiento

La actividad en torno a la figura de Manolo Millares continúa con la vista puesta en el año 2026. "Este año es muy importante, 50 aniversario del fallecimiento de mi padre, pero es igual que todo lo que va a pasar hasta cuando celebremos el centenario de su nacimiento, va a haber publicaciones, coloquios y exposiciones. Este es solo el comienzo", manifestó Coro, quien ya cumple medio siglo como testigo de la vigencia de su obra "y de la enorme fuerza y la terrible belleza que ha ido incrementando". 


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