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Literatura
Élmer Mendoza Escritor

«Como novelista, la descomposición social es una provocación constante»

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Élmer Mendoza (Culiacán, Sinaloa, 1949) visitó ayer la Isla para recoger el premio que el Tenerife Noir le concedió en 2020 y que no pudo recibir en persona a causa de la pandemia: el Negra y Criminal. Llegó con su último libro bajo el brazo, una nueva aventura para su detective El Zurdo Mendieta: ‘Ella entró por la ventana del baño’. «Hemos envejecido juntos y en las páginas de esta novela es más prudente», explica.

Nos visita para recoger el premio Negra y Criminal del Tenerife Noir que le fue concedido en 2020 pero que no había podido venir a buscar por la pandemia. ¿Qué significa para usted?

Siento que me desconcertó muchísimo porque uno, al final, nunca sabe de los alcances de su obra. Me desconcertó mucho recibir un premio aquí, en Tenerife. Es la primera vez que vengo. Siempre tardo un tiempo en asimilarlo y después se empieza a sentir muy bien. Lo comentaba a mi mujer, de hecho. Te das cuenta, además, de que las personas que te lo dan son personas serias y de que el Tenerife Noir es un proyecto también muy serio. Estoy muy contento de que el Negra y Criminal forme parte de mi currículum.

Se le conoce internacionalmente como el creador de la narcoliteratura, un género que podría ser considerado incluso un terreno peligroso por destapar según qué cosas...

El mundo de la crítica ha abierto esa vertiente en el estudio de la literatura de violencia que estamos haciendo y que yo empecé a hacer hace años. Además de temáticamente, tiene un tratamiento que consideran correcto de lo que es el tema y de lo que son sus manifestaciones íntimas más representativas. Creo que también hay una voluntad de estilo, un intento de incorporar elementos típicos de las regiones y la gente. Tendemos a convertirnos no solo en contadores de historias sino que planteamos una propuesta estética que implica el lenguaje, la cultura regional, las ciudades también como personajes y la definición de una época en el tiempo que están viviendo esas distintas regiones. Y resulta que se convirtió en algo más formal y más serio de lo que yo nunca pretendí cuando me dediqué a esto. Aparecen entonces los críticos y ya ves que ellos son mejores para definir y encuentran las diferentes. La verdad es que es algo que me ha halagado mucho.

Canarias y Latinoamérica están muy vinculados social y culturalmente. ¿Existe un noir genuinamente latino? ¿Hay unas características que distingan a nuestros escritores en el campo de la novela negra?

Sí. Porque creo que los delitos que nosotros trabajamos son delitos vigentes, reales y muy difíciles. Muchas veces son delitos que definen la delincuencia de la época. Toda sociedad genera a sus delincuentes pero en los nuestros hay una variación que tiene que ver con alrededor de 25 tipos distintos. Es muy fuerte la descomposición social de la que somos testigos y, como novelista, eso una provocación constante que a los que nos gusta este género y lo desarrollamos nos cuesta resistir.

«En la novela policiaca el final siempre es una parte fundamental de la creación»

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Viene también para hablar de Ella entró por la ventana del baño, la última novela de su icónico inspector El Zurdo Mendieta, que edita además con el sello Alfaguara.

Si vieras cómo me gustó la edición, es mucho más bonita que la mexicana. Uno de los aspectos de la novela negra contemporánea es que estamos mezclando cosas. Y no como historias alternas sino como parte de lo que es el grueso de la novela. Este libro tiene unos diez capítulos de erotismo pero de verdad, muy trabajado. No lo trabajé yo solo sino con la ayuda de mujeres y eso es muy interesante porque están las dos visiones mezcladas en esos capítulos. Por otra parte, está el tema que tiene que ver con la fuerza de un tipo de bandas de narcotraficantes que operan en la ciudad y que en un momento dado se apoderan de ella. Hace unos años, en 2019, nuestra ciudad fue tomada por el ejército porque iban a detener a un capo. A los diez minutos apareció montón de gente armada. Imagínate: a las dos de la tarde dos fuerzas muy duras, crueles y sanguinarias, y la sociedad en medio. Imagínate a un padre recogiendo a su hija de ocho años en la escuela que se tuvo que tirar en un puente con la niña porque empezó a escuchar balazos y no sabía de dónde venían. Imagínate el impacto para ese padre y esa hija. Eso nos irritó muchísimo y lo que hago en esta novela es tipificar algunos momentos de esa toma. Hay un jefe exmilitar, un narco que hace 20 años que no operaba pero que sale de prisión y que rehace su banda. Trae en su corazón una idea de la crueldad todavía más intensa de la que tenía antes de caer preso. Por otro lado está la historia erótica. En el medio, El Zurdo Mendieta, que está investigando el asesinato de un comandante y también investiga un caso relacionado con un señor de más de 60 años que conoció a una chica de poco más de 20, una pelirroja. Tienen un affaire amoroso durante un tiempo y así como la pelirroja entró a su casa por la ventana de un baño, así también desaparece. Él, cuando se está muriendo ya en el hospital y le quedan apenas doce días de vida, busca a El Zurdo Mendieta para que la encuentre. No hay ni un solo dato sobre ella y entonces El Zurdo vuelve a sus enseñanzas primigenias como detective sobre cómo montar una investigación y seguirla para encontrar a una persona de la que no se tiene ni una sola pista. Esas dos partes forman la novela y tienen un final que no vamos a expoliar para que todos lo disfruten. En la novela policiaca el final siempre es una parte fundamental de la creación.

Hay una relación muy especial entre el novelista y su detective, que en su caso es el famoso El Zurdo Mendieta. ¿Cómo ha cambiado ese personaje novela tras novela y cuál es su relación con él?

Tenemos diferencias muy profundas y eso es también una manera de estar relacionado con alguien. Tenemos también coincidencias importantes. Quizás lo más notable es que hemos envejecido juntos y en las páginas de esta novela El Zurdo es más prudente. Utiliza más la experiencia en la investigación, sobre todo para escabullirse de el Siciliano –que es el apodo del malo– para que no lo mate. Sufre varios atentados a lo largo de la novela que están a punto de acabar con él. Creo en ese aspecto nos parecemos un poco y también en que a los dos nos gusta el Whisky. Pero sí que tiene una pésima suerte con las chicas. Le da mucho miedo volver con la madre de su hijo, por ejemplo. Yo no, yo llevo en ese aspecto una vida completamente feliz. Siempre pienso en que podría venir a nuestra casa a cenar y recibir consejos sobre qué es lo que tiene que hacer con Susana Luján para estar bien y atreverse a vivir con ella. Creo que sí, que hay una relación estrecha entre el autor y el detective.

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