Letras | Daniel Pérez Estévez Director del Museo Canario

"La conquista de Canarias fue más compleja de lo que Castilla imaginó"

El director de la Sociedad Científica El Museo Canario aborda el periodo final de la ocupación castellana de la isla de Gran Canaria a través de su segunda novela, 'Hijos del volcán' (Mercurio Editorial, 2022)

Daniel Pérez Estévez

Daniel Pérez Estévez / LP / DLP

Daniel Pérez Estévez, director de la Sociedad Científica El Museo Canario, se adentra en el periodo final de la ocupación castellana de la isla de Gran Canaria a través de su segunda novela, Hijos del volcán (Mercurio Editorial, 2022). En ella se entrelaza dos historias. Por un lado, narra la aventura de unos indígenas ante el período final de la guerra contra la ocupación castellana, junto con un castellano renegado, a la vez que aborda el trabajo de investigación en el museo arqueológico en la actualidad. Ambas historias se entrecruzan para unir pasado y presente, reflexionando a su vez sobre temas transversales, como la identidad, la diversidad y el impacto en el territorio.

¿En qué periodo histórico concreto de la conquista castellana se encuadra su historia?

La historia transcurre en los años finales de la conquista de Gran Canaria, que finaliza en 1483. Es un período complejo, en los que la sociedad canaria se enfrentaba a un número ingente de soldados con tecnología dispar, y a duras disyuntivas entre ser aniquilados, someterse o resistir hasta el final.

¿Qué restos arqueológicos o libros centenarios del Museo Canario le han inspirado para esta novela?

La principal fuente de inspiración han sido los restos óseos del denominado Hombre de Agaete, depositados en El Museo Canario, que fueron descubiertos en el yacimiento de Los Acarreaderos en 1935 por Juan del Río Ayala y Antonio Doreste. Es de especial interés porque tiene signos de cortes de espada, reflejo de aquella lucha desigual.

¿Los protagonistas, Artami y Nayra, están basados en personajes reales de la Historia aborigen de Canarias?

Artami es el nombre que doy al Hombre de Agaete, del cual no hay relato documentado, pero al que quise dar nombre, para aportarle una identidad, un anhelo, un desafío, una compañera de vida. Imaginar una vida es una manera de devolverles su identidad, que les fue robada como individuos y como sociedad. Al mismo tiempo, otro de lo personajes, Diego de Arnoia, responde a la pregunta: ¿Cómo hubiera sido si un soldado castellano renegado luchase junto a los canarios?

¿Aporta su novela algún elemento nuevo a lo que se conoce del pasado aborigen de las Islas?

Sobre todo, lo que intento es despertar reflexiones acerca de nuestro pasado, encontrando equivalencias entre los viajes de los primeros pobladores de Canarias y los procesos migratorios actuales, o la diferencia entre identidad cultural y origen genético. Es interesante conocer datos como que los antiguos pobladores de Canarias compartían genes con los habitantes del sur de Europa, derivados de migraciones de ida y vuelta desde el norte de África a Europa miles de años atrás.

¿Cómo se entrelazan las dos historias de la novela?

Los arqueólogos investigan los restos óseos de un individuo recientemente descubierto en el yacimiento, y observan detalles que les pueden inducir a pensar que se trate de una persona no aborigen. Al mismo tiempo que avanza la investigación, la novela narra la vida de esos personajes.

¿Cómo definiría brevemente sus tres anteriores libros publicados?

En mis obras siempre he intentado aportar valores de manera transversal. Mi novela anterior, La paciencia del peregrino (Ed. Idea), trata la historia de la Segunda Guerra

Mundial en Canarias, y aborda cuestiones de fondo como la lucha por la libertad. Por otro lado, mis libros de ensayo académico, de carácter económico, como son La economía responsable y Disruptive, fomentan la sostenibilidad y la innovación.

¿Qué elementos tiene la novela para, según lo que usted afirma, pueda gustar más a los niños?

Es una novela pensada para público adulto, pero, como digo en el prefacio, es una novela para los niños que disfrutaron leyendo novelas del oeste y que, cuando crecieron, quisieron que ganaran los indios. Es una historia que reflexiona sobre el aprecio a la tierra, para las personas que la pisan y deciden vivir en ella, ayudando a descubrir nuestra historia, conocerla y aprender para enseñar el futuro.

¿Ha habido autores o relatos que le hayan influido a la hora de escribirla?

Sin duda, la gran referencia fue Agustín Millares Torres, con su obra Benartemi o El último de los canarios, publicada en 1858. Esa novela supone una obra fascinante para su época. De pequeño, disfrutaba leyendo las novelas de Carlos Guillermo Domínguez, como Atacayte, Sosala y Bencomo. En los últimos años, dos obras muy inspiradoras de escritores que admiro son Abenchara, de Faneque Hernández, y La Señora. Beatriz de Bobadilla, Señora de Gomera y Fierro, de Carlos Álvarez.

¿Tiene alguna conexión con la obra fundacional de la literatura canaria, La Comedia del recibimiento, de Cairasco?

Cairasco fue sin duda el gran maestro impulsor de la literatura canaria, y su gran conocimiento de la lengua y la cultura indígena lo reflejó en la Comedia del Recibimiento con un talento y una visión que parece adelantado a su tiempo.

¿Cree que la historia de las islas no se conoce lo suficientemente bien por los propios canarios?

El interés por la historia de los antiguos pobladores de Canarias es cada vez más creciente. La sociedad tiene mucha curiosidad por estos temas. Con esta obra intento, además, proporcionar conocimientos sobre las técnicas y el trabajo arqueológico, que merece ser puesto en valor como canalizador de la cultura. La literatura y el cine son asimismo dos vías maravillosas por generar este interés.

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