Teatro | Helena Pimenta Directora de 'Noche de reyes'

Helena Pimenta: "Shakespeare juega con el doble plano de la risa y el llanto"

Helena Pimenta

Helena Pimenta / Efe

‘Noche de reyes’ es una de las comedias más exquisitas de Shakespeare que, por desgracia no se representa mucho en España. Con este título, que se podrá ver en el teatro Cuyás los días 17 y 17 de febrero, la dramaturga y directora Helena Pimenta inicia una nueva etapa tras su paso por la Compañía Nacional.

¿Por qué no son tan frecuentes las representaciones de Noche de Reyes como otras obras de Shakespeare?

 Porque en España no se ha abordado tanto sus comedias. Pero Noche de reyes está a la altura de Sueño de una noche de verano, o Trabajos de amor perdidos. Y tiene ese inconveniente del título que produce cierta confusión en el espectador, que se pregunta «a ver, ¿esta obra de qué trata? ¿Va a tratar de los Reyes Magos?». El título se refiere a la noche doce después del nacimiento de Jesús en el calendario cristiano. Y a la fiesta de origen pagano, una especie de carnaval donde se altera el orden de la vida normal y las personas se disfrazaban de otra cosa cuando los más humildes iban a las casas de los más ricos a comer y festejar. El título resulta un poco extraño. De hecho en inglés se titula La noche doce. 

El argumento es un enredo amoroso que roza lo delirante.

Es una comedia completamente imprevisible que parte del naufragio y de un desorden absoluto. Viola llega a una isla y todos los demás personajes, al conocerla, van conociendo también sus propias vidas y cualidades como personas. Ese ritmo frenético es divertido e ingenioso. Y luego tiene esa capa melancólica que tienen varias de las comedias de Shakespeare como la idea de la muerte y el renacer constante. Y están estos personajes loquísimos como sir Toby y Andrew, borrachines que quieren vivir a costa de Olivia. 

¿El público se va a reír?

Pues sí. Es una obra muy divertida, pero a la vez, el lenguaje que maneja Shakespeare requiere una atención. Es muy lírica por momentos, y en otros muy cómica con juegos de palabras. Hay que ir graduando para poderte enterar de todo.

En la trama todos los personajes se enamoran de alguien.

En todas las comedias Shalespeare siempre quiere hablarnos del aprendizaje del amor, de empezar a conocerse a uno mismo y desde ahí ser capaz de conocer a los demás, porque si no, no estás preparado para amar. Todo es hacia el amor y la pasión y el disfrute de poder amar a alguien. Pero hay algunos que están más preparados y eso da lugar a situaciones hilarantes.

¿Transcurre en algún momento histórico?

Hay una estética atemporal, pero que se inspira, sobre todo, en el siglo XX. El mensaje y la historia es muy universal. La acción transcurre en la Isla de Iliria. Aunque podría ocurrir en muchísimos países de esas características, pero nosotros lo hemos situado en un contexto abierto y una estética que hace un recorrido sobre el siglo pasado en cuanto a los personajes. Y un elementos principal de la obra, desde el punto de vista poético y de localización, es el mar. Por eso hemos querido que sea muy luminosa, con grandes paneles con puertas, rutas que señalan al mar como protagonista, y que da juego para la comedia.

Pero hasta en sus comedias, Shakespeare requiere de la concentración del público.

Nuestro trabajo ha sido servir la obra de Shakespeare, con toda su grandeza. Pero también descifrar muchas cosas y aclarar la comicidad en la época actual. Porque la comedia es algo que ha nacido en el siglo XVII y XVII, y hemos intentado acercar todo eso al público, pero tomado del propio Shakespeare. Yo creo que el espectador se va a sorprender gratamente, aunque, desde luego, hay que atender a todas las obras con un texto así. Pero Noche de reyes es muy suave en el sentido de que el espectador se ve arrastrado a las situaciones y lo vive con comodidad. Esta es mi experiencia incluso con un público muy joven.

¿Es una de esas obras que permiten captar nuevos públicos hacia el teatro?

Ese objetivo lo teníamos y se ha cumplido sin bajar nada la categoría de Shakespeare. Pero yo creo que él escribía para un público muy variado. Y el teatro popular era una auténtica fiesta.

Shakespeare muestra cómo es el ser humano incluso de forma casi inconsciente.

Por eso lo de esa trama tan graciosa. Pues las mezclas de situaciones las va haciendo de forma tan ingeniosa que te sorprendes descubriendo también la ambigüedad de nuestros propios sentimientos. Ves lo que ocurre ene le escenario y descubres cosas de ti.

¿Qué supone este título en su carrera como directora?

En este caso ha supuesto la enorme ilusión de volver con mi compañía después del periodo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y encontrarme con Shakespeare de nuevo, que lo había dejado en el 2011. Y seguir e este mundo que me apasiona tanto y me ha dado tantas alegrías y en el que pienso seguir. Cada obra que hacemos es un triunfo. Y luego ponerla ante el público es un regalo de la vida. Haces un gran esfuerzo que luego te compensa muchísimo.

Álvaro Tate, con el que usted comparte la adaptación, comenta que tiene un fondo trágico no tan perceptible.

Shakespeare es capaz de contarnos las situaciones de la vida entre la risa y el llanto. Juego con ese doble plano. Y de hecho, el punto de partida de esta obra es la muerte del padre de Olivia y la muerte supuesta del hermano de Viola. Por eso este sustrato melancólico está debajo. Y lo que le da una masa lírica excepcional a la obra. Y que te das cuenta de que la vida existe porque existe la muerte. Por eso la obra es una celebración de la vida constantemente.

¿En donde están situados los personajes?

En el interior y exterior de la isla. El mar lo preside todo ya sea como el decorado interior de un palacio o el propio sonido del mar y la arena. Entre la casa de Olivia, la del duque y la playa. 

¿Trabaja mejor en su compañía o en la Nacional?

Es diferente. Yo fui muy feliz en la Compañía Nacional. Y ahora sigo siendo muy feliz con lo que hacemos. Dispones de otros medios y circunstancias. Pero yo provengo de loa compañía Ur Teatro, había trabajado en distintas instituciones y no se me hace extraño. Es diferente y como tal lo vivo igual de feliz.

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