Música

Sting, un policía para el mundo material, en Gran Canaria

Sting actúa este domingo en la Plaza de la Música con un repertorio que incluye los clásicos de Police

Los motivos para ver a Sting este domingo en la Plaza de la Música, en Las Palmas de Gran Canaria, son innumerables. Pero uno de los que cobran mayor peso es que no se trata únicamente de una estrella del rock al uso, sino de probablemente la mente más lúcida que ha surgido en la Inglaterra post-punk hasta ahora. Porque sí, Sting es uno de los artistas más completos, coherentes y comprometidos de la historia de la música como demuestra su activismo constante con los derechos humanos y la protección del medioambiente. 

El concierto que el exlíder de Police ofrecerá este domingo, 4 de junio, a las 21.00 horas, en la plaza de la Música, es el segundo que realiza en la capital grancanaria tras su visita el 13 de julio de 2011 al Estadio de Gran Canaria donde actuó con sus músicos y la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria. Pero el de esta ocasión tiene el atractivo de lo auténtico, de ver al músico en su entorno más genuino que es el pop.

Lleva el título de My songs, como el álbum que publicó en 2019. Por lo tanto, cabe pensar que esta gira estaba prevista desde hacía cuatro años y que el músico ha ido posponiendo por las imposibilidades de hacerla realidad en la época del Covid. Pero curiosamente, guarda una conexión con su anterior visita. Porque si en aquella ocasión actuó tras la publicación de su primer recopilatorio, Symphonicities, donde adornaba sus canciones con instrumentos de cuerda. Ahora lo hace con el segundo, My songs, donde da otra vuelta de tuerca a sus composiciones dándole un aspecto que, según sus propias palabras, consiste en «reestructurarlas, reconstruirlas y reacondicionarlas con un enfoque contemporáneo». 

Show con su hijo

Abrirá el show su hijo Joe Sumner, que le acompaña en esta gira, y seguirá el artista con un repertorio que, de forma aleatoria, incluirá una mitad con canciones de Police y otra mitad de las suyas en solitarios. El set-list, por tanto, estará formado por Brand new day, Desert rose, If you love sombrody set then free, Every breath you take, Demolition man, Can’t stand losing you, Fields of gold, So lonely, Shape of my heart, Message in a bottle, Fragile, Walking on the moon, Englishman in New York, If I ever lose my faith in you y Roxanne. Y es muy probable que si el artista se siente a gusto con la audiencia, y le dan ganas de seguir, también caigan bises con Syncronicity II, Next to you, y la maravillosa Spirits in the new world

El músico sigue siendo igual de esquivo para los medios en esta gira por Europa que comenzó el pasado jueves en Bilbao y que ayer lo llevó a Tenerife. No concede entrevistas. Lo fue también en su visita de 2011. Pero de aquel momento muchos fans aún conservan varios momentos inolvidables. El primero fue su llegada al hotel Santa Catalina sólo, muy sonriente, con una mochila, y saludando cortésmente a todos los presentes. La segunda es cómo se dirigía a la audiencia con un castellano más que correcto. Y la tercera fue un diálogo que mantuvo con el titular de la orquesta, Pedro Halffter, al que le confesó que el trabajo con la Filarmónica había sido sensacional. En el concierto de 2011 Sting comenzó con Every little thing she does is magic ante más de 12.000 personas. Tras este arranque llegó If I ever lose my faith in you y la conocidísima An englishman in New York, con la que saludó a la audiencia mostrándose como un «englishman in Gran Canaria». Los éxitos seguían llegando con uno de los momentos mágicos de la noche, a la canción sobre la que The Police cimentó su carrera, la historia de esa prostituta llamada Roxanne

Trascendental

Sting es de esas personas que parecen que nacieron para ser trascendentales desde la cuna. De entrada, con Police lideró un movimiento, el de la New Wave, que se ha convertido, con el paso del tiempo, en la edad de plata de la música británica, sólo superada en cuanto a talento y grandeza por la de los Beatles y el sonido Mersay. Con Andy Summers y Stewart Copeland, Sting sacó cinco álbumes y un chorro de singles imprescindibles para cualquier persona mínimamente interesada por la música pop. Desde el primer disco, Outlandos d’amour, en 1978, hasta el último Syncronicity en 1983, el trío creó singles redondos que aún conservan toda su frescura y hechizan al oyente como Roxanne, Message in a bottle, Don't stand so close to me, Spirits in the material world o Every breath you take. Pero también hay infinidad de canciones de un interés experimental para los melómanos más exigente. Porque la parte más fascinante de la formación se escondía a modo de sorpresas inesperadas en títulos contundentes como Boms away, Demolition man, Darkness o Miss Gradenko. El grupo inglés se cimentaba en un sonido que, partiendo del pop y el reggae, iba de lo progresivo a lo vanguardista.

También es cierto que el grupo nunca se fue del todo tras su disolución en 1983. Hubo una gira de reunión en 2008 por el todo mundo que se saldó con la publicación de varios discos en directo, sobre todo de un magnífico Live in Buenos Aires, quizás el mejor concierto que hayan grabado nunca. Y el segundo fue la recopilación de inéditos de 2018 Flexible Strategies que, probablemente, y valorado de forma conjunta, sea el mejor disco de Police hasta la fecha. Porque, a pesar de que rozara la gloria durante su andadura, el grupo jugaba con sus oyentes para ponérselo difícil en la época del vinilo escondiendo sus joyas para el común de los mortales. 

Trilogía de oro

Por otro lado, la carrera en solitario de Sting, desde 1986 hasta 2021 tampoco tiene desperdicio. De hecho, sus tres primeros álbumes forman una trilogía de oro donde el artista amplía sus objetivos estilísticos, aunque con una tendencia mayor hacia el compromiso social y político. Sucede en su maravilloso debut, The dream of the blue turtles donde, en plena Guerra Fría, y con continuas amenazas mutuas por parte de las dos superpotencias, incluye el tema Russians donde utiliza acordes de Sergei Prokofiev para quitar tensión aclarando que «discrepamos en ideología, pero compartimos biología». Aunque la guerra, la eslavitud y la explotación aparezcan mejor reflejados en Shadows in the rain, We work the black seam o Fortress around your heart. A este insuperable debut le seguirá su obra maestra, y la joya de su carrera, el sensacional Nothing but the sun donde explora diferentes géneros como el soft rock, la world music y el funk. Aquí están las inolvidables Englishman in New York, Fragile o la sublime They dance alone, una metáfora referida al luto de las mujeres arpilleristas chilenas que danzan la cueca, una variación solista de la danza nacional, llevando en sus manos las fotos de sus familiares desaparecidos. Un gesto en contra del dictador chileno Augusto Pinochet, al que le dedica incluso algunas palabras en el tema, y que incluye un recitado en castellano por parte de Rubén Blades. 

La tercera joya de su carrera es el también sensacional The soul cages, un disco algo más oscuro marcado por la muerte reciente de sus padres. Una obra impregnada por la nostalgia y la vida frente al mar a modo de recuerdos a su infancia en Waseland como sucede en las extraordinarias All this time, Why should I cry for you?, o la canción que titula el disco, y con títulos inolvidables del tipo Jermiah blues, Mad about you o Saint agnes and the burning train.

El nuevo trabajo del cantante inglés Ten Summoner’s tales, de 1993, mostraba mucho más optimismo incluyendo dos de las canciones más populares de su carrera If I ever lose my faith in you y Fields of gold. Volvería nuevamente al intimismo en 1995, pero a un intimismo de paz y meditación en el disco Mercury rising. A partir de Brand new day, el artista volvía a alcanzar la primera posición mundial de éxtios con su tema Desert rose, realizado con el cantante argelino raï Cheb Mami. 

Homenajes

El resto de sus discos pasan por homenajes a compositores como John Dowland a través de grabaciones en la Deutsche Gramophone (Songs from my labyrynth), hasta versiones de temas folk navideños ( If on winter night), pasando por recreaciones de un famoso musical (The last ship), regresos puntuales al rock (57th & 9th y el último The bridge), o alguna colaboración como la del jamaicano Shaggy (44/876). Una faceta suya que no se puede dejar por alto es que Sting es un destacado activista de los derechos humanos y el medioambiente. 

Su apoyo a organizaciones como Amnistía Internacional o Live Aid ha tenido un impacto global. El músico es el Fundador de Rainforest Fund, una fundación que busca proteger las selvas tropicales y a los pueblos indígenas que las habitan y, a lo largo de su carrera, ha hecho una gran labor para despertar la conciencia sobre los recursos limitados del planeta, recaudando fondos a través de múltiples conciertos benéficos. 

En 1988, formó parte de la histórica gira Human Rights Now! Organizada por Amnistía Internacional con motivo del 40º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que le acompañaron artistas como Bruce Springsteen o con la propia The E Street Band. Y como conferenciante, Sting ha recorrido medio planeta para abordar los desafíos del cambio climático y los recursos finitos del planeta, haciendo hincapié en la problemática del respeto a los derechos humanos en diversas comunidades globales, especialmente en poblaciones indígenas muy vulnerables.

Recordando la actuación que Sting diera el 13 de julio de 2011 hay que subrayar que la producción constaba de 55 músicos de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria con doce instrumentistas que traía él, dando como resultado 68 personas en total sobre el Estadio de Gran Canaria. La productora local Maldito Rodríguez, trabajó con la internacional Live Nation y el equipo de Sting trajo dos aviones, aunque de todo lo que fue la infraestructura, vídeo y la salida del sonido se encargó una empresa loca. El título de aquella gira, Symphonicity, era un juego de palabras con el título del último álbum de The Police, Synchronicities-, y el nueva disfraz de las canciones. La dificultad que entrañaba un tour de estas características, al resultar carísimo y poco operativo viajar con una orquesta, se solventó por parte de Sting tocando con las formaciones locales d elos países que visitaba y que ensayaban antes las partituras. Sting repasó sus grandes éxitos arropado por la Filarmónica y alternó temas de sus años con The Police con lo más conocidos en solitario

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