Teatro

Nuria Espert interpreta a una «oscura y luminosa» abuela en ‘La isla del aire’

La obra, dirigida por Mario Gas, abre la nueva temporada del Cuyás

Vicvky Peña y Nuria Espert durante un momento de la representación de ‘La Isla de aire’.

Vicvky Peña y Nuria Espert durante un momento de la representación de ‘La Isla de aire’. / LP / DLP

Nuria Espert interpreta a una «oscura y luminosa» abuela en la obra La isla del aire que se representará este viernes y sábado, a las 19.30 horas, en el teatro Cuyás, y que inicia la nueva temporada del coliseo de la calle Viera y Clavijo. Así la definió ayer el director Mario Gas durante una presentación a la que también acudieron la consejera del Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Guacimara Medina; el director artístico del recinto escénico, Gonzalo Ubani, y la actriz Vicky Peña.

El montaje es una adaptación teatral de la primera parte de la trilogía El tiempo que nos une, del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2016, Alejandro Palomas, que ha sido realizada por el propio autor, y el elenco se completa con la actrices Teresa Vallicrosa, Claudia Benito y Carmela Serrat. La escenografía, que tiene una simbología poética, se sitúa primero en la casa familiar y luego en la isla de Menorca que titula la obra y que aparece después del viaje que realizan estas mujeres.

Expectación

El montaje ha despertado mucha expectación porque es muy probable que se trate de la despedida de Nuria Espert de los escenarios. Mario Gas especificó que La isla del aire es una obra en la que «son importantes los silencios», una historia intrafamiliar con una hija que no está y en la que se habla de «dolores acumulados y secretos» con esa abuela llamada Mencía que es el catalizador de todo, que está presente en las dos hijas y las dos nietas para que acaben en una epifanía a modo de «canto de esperanza femenino».

El director subrayó que Alejandro Palomas «tiene un conocimiento profundo del mundo femenino, pero del cual en la obra se sabe más por las actitudes de los personajes que por lo que dicen» ya que son «cuatro mujeres muy encerradas en si mismas, algunas con patologías» y con «ese personaje dalyniano que es la abuela que golpea el esternón de una familia que se va reconociendo como grupo, queriéndose a mí misma y sintiéndose viva», con el mensaje final de que «la esperanza está por encima de todo». Según Gas «si no fuese por el empeño de la loca de la abuela todas esas mujeres seguirían con sus problemas» en esa isla con ese viento y ese mar en la que salen esos dolores reprimidos porque «todo es un contrapunto contra lo que se dice o se calla».

Gas también opinó sobre la supuesta retirada de Nuria Espert, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2016,  de los escenarios en que «ella diría lo de su retirada como una pequeña anécdota sin importancia pero que luego se expandiría por todos lados como si fuera una verdad absoluta, pero es una mujer que nunca va a dejar los escenarios», si bien admitió que, dados sus 88 años, su final sobre las tablas «está cerca». Según el director Nuria Espert vive con tanta intensidad el teatro que cuando cree que ha hecho una buena función rejuvenece «quince años» o aparenta tener esa edad porque la piel se le ve más tersa y desprende una luz impresionante, si bien le ocurre todo lo contrario cuando considera que ha tenido un mal desempeño.

Por su parte, la actriz Vicky Peña afirmó que el proceso de creación de los personajes fue muy particular ya que todo es difuso y se perciben «vibraciones y atmósferas», con lo que «buscar el cauce para encontrarse con ellos fue distinto a lo habitual pero al cabo del tiempo «te das cuenta de qué es lo que no se dice». Según la actriz «Mencía está envuelta en una realidad dolorosa, pero te partes de risa cuando consigue romper esa coraza de dolor».

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