Danza

Les Trockadero regresa al origen mismo del ballet con la pantomima

La compañía neoyorquina celebra sus 50 años con un montaje que incluye sus mejores coreografías hoy y mañana en el Cuyás

Los integrantes de Les Ballets Trockadero ataviados para la coreografía ‘Las Sílfides’ de Chopin

Los integrantes de Les Ballets Trockadero ataviados para la coreografía ‘Las Sílfides’ de Chopin / LP / DLP

La compañía Les Ballets Trockadero de Monte Carlo regresa al origen mismo de la danza «a través del arte de la pantomima» con un montaje que celebra sus 50 años de historia. Así lo aclaró ayer el maestro de ballet de la compañía neoyorquina, Raffaele Morra, durante una presentación ante los medios a la que también asistieron el bailarín grancanario Kevin García Montagut, el bailarín granadino Félix Molinero del Paso, la consejera de Cultura del Cabildo grancanario Guacimara Medina, y el director artístico del recinto escénica Gonzalo Ubani. 

El montaje, que incluye algunos de sus mejores coreografías, se representará hoy y mañana sábado, a las 19.30 horas, en el teatro Cuyás, pero se emplaza al público a venir con antelación en la función de mañana debido a que los accesos al Teatro Cuyás desde la calle Viera y Clavijo se verán afectados por una prueba deportiva.  

La prestigiosa compañía de ballet, formada exclusivamente por hombres, se fundó en 1974 por un grupo de admiradores de la danza clásica con el objetivo de parodiar las formas tradicionales de esta disciplina. El hecho de que todos los miembros de la compañía sean hombres y ejecuten todos los roles de cada pieza, entre cisnes, sílfides, ninfas del agua, princesas románticas y féminas victorianas, se ha convertido en una seña de identidad de Les Ballets Trockadero de Monte Carlo. Lejos de la burla, se trata de un proyecto que reivindica el espíritu de la danza como forma de arte, una visión lúdica y entretenida del ballet clásico tradicional en forma de parodia y travestismo, donde la igualdad, la diversidad y la inclusión son inherentes a la práctica artística.

«A diferencia de otras compañías nosotros contamos lo que se narra con los gestos, que es como realmente se inició el ballet» aclaró en un momento Morra . «Volvemos a la pantomima original, a la gestualidad explicándolo todo de verdad. Las grandes compañías intentan hacer esto mismo solo con el movimiento dramático, pero la gente que no sabe de ballet no lo entiende. Volvemos al espíritu del ballet de cuando se creó».

El maestro de ballet recordó que será un espectáculo muy completo que incluye las obras Chopiniana. El paso a cuatro y La noche de Valpurgis, de la mitad de 1900, de estilo de ballet soviético, «muy divertido y expresivo» y que incluirá algunas sorpresas. 

Morra puso hincapié en la dificultad de ejecutar el ballet clásico en que «tenemos todos los días ensayos de hasta ocho horas» y en que el montaje incluye comedia, atmósfera relajada y tranquila. «Se pueden apreciar todos los elementos típicos del ballet», insistió, «y escuchar la reacción del público nos ayuda a moldearla». El bailarín también recordó que «cuando empezamos los integrantes de la compañía no tenían una técnica de alto nivel como ahora», pero en estos momentos «buscamos bailarines de más calidad que puedan hacer todos los pasos». Morra también destacó que «rompemos unos cánones definidos a través de un humor que tiene que ser espontáneo» y que por eso mismo cambia cuando intervienen bailarines diferentes.

Para el grancanario Kevin García, volver a la isla y al Teatro Cuyás es parte del sueño que lleva viviendo desde que se incorporó a la compañía. «Es un honor volver a mi tierra después de tantos años. Este fue el último teatro en el que baile aquí con la Escuela de Danza de Gelu Barbu, en 2009, y el espectáculo Doramas». García se declaró encantando de volver y «poder haber cumplido mi sueño de estar en el Ballet Trockadero, he tenido mucha suerte, la vida me la llevado por buen camino para estar en la compañía, y es como si se cerrara el círculo después de haberme ido fuera». El bailarín habló de las escasas posibilidades de convertirse en un bailarín de danza clásica en Canarias, al no haber escuelas oficiales como conservatorios con una titulación oficial. «Se tiende más a la rama contemporánea o urbana que a la clásica. Pero yo necesitaba una certificación del estado y por eso a los 17 años me mandaron a Madrid». 

De otro lado, el bailarín granadino Félix Molinero del Paso se mostró igualmente agradecido en su primera vez en la isla con Los Trocks. «Es la primera vez en la isla, y después de tantos años tengo la oportunidad estar ante el público del canario. Soy de los más nuevos y sé que la reacción del público va a ser fuerte por las expectativas que se han creado», afirmó.