Fans del cine cutre recuperan la película que convirtió Las Palmas de Gran Canaria en Hong Kong en 1980

'Karate contra mafia', primera película de artes marciales rodada en Europa en pleno auge del cine de este género, se ha transformado en una comedia involuntaria

Cartel de 'Karate contra mafia'

Cartel de 'Karate contra mafia' / AF

Soraya Déniz

Soraya Déniz

"La película 'Karate contra mafia' habría desaparecido si no fuera por los fans del cine cutre". Esto es lo que afirma un reportaje de Nanaroscope, la serie de televisión producida por el canal cultural franco-alemán Arte donde se analiza el fenómeno del fanatismo hacia el cine cutre, una querencia por las películas malas capaces de divertir como la comedia más hilarante. La recuperación de 'Karate contra mafia', una joya del cine cutre pionera en varios sentidos, se realizó a partir de una copia existente en la Filmoteca de Tenerife y supone la conservación de una obra extraña, rodada en 1980 -antes de los incentivos fiscales al cine- en Las Palmas de Gran Canaria como si fuera Hong Kong.

'Karate contra mafia', realizada en pleno apogeo de las películas de artes marciales, fue la primera de este género rodada no solo en España sino en Europa. Terminó de filmarse a finales de 1980 en Las Palmas de Gran Canaria y se ha transformado con el paso de los años en una comedia involuntaria para amantes de las películas de serie B. Comenzó en 1981 su periplo por los cines, donde fue un estrepitoso fracaso. Agotada la vía de la taquilla, pasó al circuito de los videoclubes para amenizar esas tardes de cine en casa que se popularizarían en la década de los 80 del pasado siglo XX.

Sin muchas alharacas, la prensa local dio cuenta del rodaje de 'Karate contra mafia'. El viernes 23 de enero de 1981, el periódico Diario de Las Palmas publicó que se acababa de "rodar en Las Palmas de Gran Canaria, capital y alrededores tales como Puerto, Valle de Agaete, alrededores de San Mateo y muelles Isleta, Vegueta, un film de largometraje, el segundo de la productora Aske Films (el primero fue 'El camino dorado'), cuyo título provisional es 'Karate contra mafia', que dirige Ramón Saldías, con un equipo técnico canario, y con la colaboración y asesoramiento de especialistas en ambientación, de nacionalidad china y japonesa. El tema va de aventuras para todas las edades, con importantes secuencias de luchas de artes marciales, intriga y persecuciones, ubicadas en Hong Kong..."

Resulta imposible resumirlo mejor de lo que lo hizo el Diario de Las Palmas, veinte años después fusionado con LA PROVINCIA. Aquel título provisional se convirtió en definitivo, suficiente para dar a entender de qué iba la primera película de artes marciales del cine europeo.

Una producción pseudochina

En 'Karate contra mafia' no solo Las Palmas de Gran Canaria se hace pasar por Hong Kong dentro de esa magia de simulación que es el cine. La película, aunque es una producción española, tratan de venderla en Europa como una obra china, importada desde el mismísimo Hong Kong. El maquillaje llega a tal punto que hasta los títulos de crédito se muestran con caracteres chinos.

Escena de 'Karate contra mafia'.

Escena de 'Karate contra mafia'. / AF

Una de las curiosidades de la película es que empleó a la comunidad asiática residente por entonces en Gran Canaria, aunque sería mejor decir que utilizó, pues no cobraron. El propio director vasco Ramón Saldías -que interviene en el documental- reconoce que participaron "por la cara", sin recibir pago a cambio. También participaron marineros de las flotas asiáticas -japonesas y coreanas, fundamentalmente- que trabajaban en el Puerto de la Luz y de Las Palmas. De hecho, el Puerto parece un personaje más de la película, disfrazado también como puerto de Hong Kong.

Escena en la playa de 'Karate contra mafia'.

Escena en la playa de 'Karate contra mafia'. / AF

Cubiertos con pasamontañas

Pero no todos los actores o extras eran asiáticos. Algunos, eso sí, estaban maquillados como si lo fueran, como es el caso del protagonista, un actor español al que le achinaron los ojos con cinta adhesiva. Tal vez para no derrochar en cinta adhesiva, muchos de los actores, precisamente los más hábiles en las artes marciales, salen con pasamontañas, lo cual contribuye a darles un aire de misterio y maldad. Queda claro, sin que esto sea un espóiler, que los hombres con pasamontañas son los malos.

El reportaje de Nanaroscope explica la razón de recurrir a este recurso de tapar la cabeza a los actores. El caso es que la mayoría de los asiáticos que trabajaban en el filme no estaban versados en artes marciales, por lo que emplearon a deportistas locales y les cubrieron la testa, una solución para ahorrar en maquillaje y sobre todo en tiempo de preparación.

Saldías admite el pinchazo en taquilla de la producción, si bien destaca que en Gran Canaria fue un éxito en los videoclubes en el afán de los canarios por ver su ciudad en una película. De Las Palmas de Gran Canaria se reconoce sobre todo el Puerto y algunas secuencias parecen rodadas en Vegueta, en la zona detrás de la catedral de Santa Ana, primera ubicación del rastro de la ciudad. De hecho, es el escenario de un mercado, donde puede verse producto de la agricultura local en los puestos. Estén atentos a las escenas del mercado y no se pierdan los plátanos.