Entrevista

La actriz Irene Escolar: "En el teatro he encontrado los papeles que más me apetecían"

"Me interesa la dramaturgia que no me diga qué tengo que pensar, que me evoque o que me descubra otras maneras de ver el mundo"

La actriz Irene Escolar en una representación de "Finlandia".

La actriz Irene Escolar en una representación de "Finlandia". / Cedida

Natalia Sánchez

La intérprete Irene Escolar, junto a Israel Elejalde, darán vida a los protagonistas de la obra "Finlandia"

El montaje versa sobre una pareja que se rompe y pugna por la custodia de su hija.

Sí, la función habla sobre el fin de una relación, sobre el mundo masculino y el femenino enfrentados, donde ya no se habla el mismo idioma y luego, en medio de todo, el daño que hacemos a los niños y al niño que un día fuimos también.

Se enfrenta el mundo masculino y femenino ¿habiendo un ganador?

Pascal Rambert (el autor) no escribe un tipo de teatro donde te dice lo que tienes que pensar, ni quién es el bueno, ni quién es el malo. Se exponen dos maneras de ver el mundo con mucha crudeza y con mucha realidad también y en función de lo que uno como espectador va escuchando y como lo va recibiendo, se va posicionando, a veces, con uno y a veces, con la otra, pero ninguno de los dos tiene la verdad absoluta, ni la razón absoluta.

Muchas personas pueden verse reflejadas en este conflicto.

Sí, sin duda. Hay muchas cosas que te resuenan porque, al final, son cosas universales de las trata la pieza en cuanto al amor y también a las jerarquías de poder que se establecen en una relación y qué pasa cuando es una relación heterosexual, de un hombre y una mujer y cuáles son los roles que establecen allí y cómo, en este caso ella, decide que eso ya no le funciona y él es incapaz de poder entenderlo o procesarlo.

¿Llega a existir violencia entre los personajes?

Hay violencia entre nosotros, pero los dos somos muy violentos en la pieza no es que lo sea él más que yo. Él ejerce una violencia convirtiéndola en un monstruo con esa actitud y ella acaba cediendo ante ese tipo, no le queda más remedio que ceder a esa violencia y enfrentarse a él también.

¿Responden a arquetipos sociales?

No, ninguno de los dos personajes responde a ningún arquetipo. Cada frase que el uno se dice a la otra está cargada de muchísimos matices y ninguno de los dos ni por su ideología política, ni por lo que piensan de cómo criar a su hija, ni por su manera de estar en el mundo responden a arquetipos de nada. Yo creo que eso es lo que hace que la pieza sea algo más que una separación que hemos visto tantas veces, en esta función se pone el conflicto social sobre el escenario de una manera muy muy cruda y también muy peligrosa.

¿A qué se refiere con peligrosa?

No es una función donde te vaya a gustar lo que vas a escuchar y probablemente te revuelva mucho como espectadores. Eso le pasa a mucha la gente porque quieren sentirse identificados con lo que están viendo y porque la obra les pone un espejo delante y eso, a veces, da realmente mucho miedo.

Pero también esa es una de las funciones que tiene la representación teatral.

Sin duda alguna, pero cada vez es cierto que queremos que nos den la razón en cómo vemos las cosas. Pascal Rambert no defiende a ninguno de los personajes, ni ninguno de los dos tiene más razón que el otro. Eso es el espectador quien tiene que juzgar en función de lo que vea sobre el escenario se identifican más, pero es una función que está muy equilibrada y fue su intención que fuera así.

Ha mencionado en varias ocasiones al autor del texto, el dramaturgo francés Pascal Rambert que escribió la obra pensando en dos actores concretos, pensado en Israel Elejalde y en usted para interpretar cada uno de los papeles.

A él le gusta mucho escribir para dos cuerpos y dos corazones como él dice y tener a esas dos personas en mente cuando crea. Es la primera vez que se estrena una pieza escrita para España. Se han hecho otras muchas de él, pero siempre son traducciones del francés. "Hermanas", la otra función que hicimos Bárbara Lennie y yo de él, la escribió pensando en nosotras dos y al mismo tiempo en dos actrices francesas.

Es muchísimo orgullo y una mucha alegría que un autor contemporáneo escriba algo pensando en ti

El que piensen en una para un papel desde el primer folio de un texto, ¿conlleva una mayor responsabilidad a la hora de interpretar?

Es muchísimo orgullo y con mucha alegría la verdad, pues es un privilegio que un autor contemporáneo escriba algo pensando en ti, y que llame con tu nombre al personaje. Si cuando estabas empezando soñaba con algo, una de las cosas seguro que era esta. Es un privilegio y más siendo alguien de la talla de Pascal.

¿Qué tienen de especial sus textos?

Es difícil encontrar de textos contemporáneos que tengan un nivel tan exigente no solo para nosotros como intérpretes, sino también para los espectadores. Son funciones que no son fáciles, con textos muy poéticos y muy filosóficos, pero con las reflexiones más bellas que yo haya leído en teatro actual. Siempre es muy retador meterte en un texto de estos. Te tiene que apetecer porque son funciones muy agotadoras, donde el trabajo de preparación es densísimo y muy difícil. Pero sí que es verdad que cuando haces un tipo de trabajo como este, hay algo de tener tu instrumento muy entrenado. Te sientes muy entrenado y sientes que has podido experimentar o traspasar cosas que otro tipo de material no te permite como intérprete. Textos como este son una suerte porque te conoces mucho más como actor.

¿De dónde se ha nutrido para interpretar su papel?

El texto está muy bien escrito y te dice cómo es ella. Cuando tienes un texto tan bueno lo único que tienes que hacer es encarnarlo. El texto te lleva al estado en el que tienes que acabar. En esta función soy una mujer mucho más dura, mucho más violenta de lo que soy yo. Además, tengo la suerte de trabajar con Israel, hemos trabajado muchas veces juntos y somos amigos, lo que ayuda cuando tienes funciones tan complicadas porque tienes que tener delante alguien muy bueno y a quien quieras mucho porque sino es un tormento (risas).

Un momento de una representación de "Finlandia".

Un momento de una representación de "Finlandia". / CEDIDA

¿Qué tiene que tener un papel para que usted desee afrontarlo?

Quizás que el personaje tenga un conflicto que resolver.

¿Qué teatro le interesa a Irene Escolar?

Me interesa el teatro que plásticamente es bello, me interesa un teatro que no me diga lo que tengo que pensar, donde no tenga la necesidad de comprenderlo todo, que me evoque y me lleve a cosas que me incomoden o me haga cuestionarme, incluso me descubra otras maneras de ver el mundo y un teatro que me genere empatía.

Es importante tener en cuenta que los personajes masculinos siempre han sido más importantes que los femeninos, sobre todo, en el audiovisual.

Usted también se ha implicado como productora creativa en algunos proyectos, ¿volverá a esa otra faceta del teatro?

Lo he hecho en varias ocasiones en teatro, en audiovisuales en uno solo, y tengo otro proyecto en cartera, en un ámbito que me gusta, me agrada sacar adelante un texto, buscar con quién lo quieres hacer y el espacio.

En la dramaturgia actual ¿echa en falta papeles donde las mujeres tengan un mayor relieve?

En el teatro hay grandes personajes femeninos y en el caso de la escritura contemporánea, hay muchas dramaturgas que están poniendo el foco en ello, y también algunos hombres como Pascal. Es importante tener en cuenta que los personajes masculinos siempre han sido más importantes que los femeninos, sobre todo, en el audiovisual. En el teatro, que es por eso que he decidido hacer más teatro, he encontrado personajes que me apetecían hacer más.

Suscríbete para seguir leyendo