Canarismos

Si el mundo tuviera cuerpo, Fuerteventura sería…

Imagen del Malpaís de La Arena, en Fuerteventura.

Imagen del Malpaís de La Arena, en Fuerteventura. / LP/DLP

Luis Rivero

Luis Rivero

«Si el mundo tuviera cuerpo, Fuerteventura sería el culo» es una de las versiones que se conocen de esta frase malsonante que todavía se puede escuchar en tono burletero. La expresión se le ha venido atribuyendo tradicionalmente a don Miguel de Unamuno, quien, al parecer, la habría pronunciado al poco tiempo de su llegada a la isla en la que fue confinado por la dictadura de Primo de Rivera. Hay quienes afirman que estas palabras se vertieron en una carta de abril de 1924 que formaría parte de la correspondencia privada que mantenía regularmente el filósofo vasco con su íntimo amigo Pedro Jiménez Ilundain. En la misiva, Unamuno le habría expresado su amargor a su llegada a la isla con estas palabras: «Si el mundo tuviera culo, ese sería Fuerteventura», y como corolario de ello se popularizó en su día: «Fuerteventura es el culo del mundo», sambenito que se le colgó a la isla desde entonces. Hay quienes niegan rotundamente tal autoría y lo atribuyen a una campaña de desprestigio contra el que fuera rector de la Universidad de Salamanca.

Más allá de la polémica generada en torno al origen, esto es, ya se trate de un desliz, por lo demás comprensible, del escritor vasco al ser «desterrado» a aquella isla olvidada y que tras las primeras impresiones pudo haberse expresado con saña; o se trate de una invención tendenciosa falsamente atribuida a tan ilustre «visitante», lo cierto es que el dicho está ahí y se ha popularizado hasta el punto de contar con notable difusión en las islas. Se suele expresar en tono jocoso, más que ofensivo y se trataría de una crítica a la situación de abandono, aislamiento y penurias de una isla, otrora, dejada de la mano de Dios. Nada de ofensivo, pues, puede tener para el majorero este ingenioso símil que compara el lugar que ocupa la isla dentro de la geografía del globo con la parte más innoble de la anatomía humana, por decirlo en plan fino.

Nos podríamos encontrar ante uno de esos supuestos en los que una ocurrencia, una sentencia o un apotegma, atribuido errónea o falsamente a una celebridad, se difunde como cierta; bien ante una pura invención de autoría anónima cuya difusión es evidente o ante una citación auténtica que lleva la rúbrica del autor vasco. Lo cierto es que algunas impresiones del escritor a su llegada a Fuerteventura («roca de penitencia, isla sufrida y descarnada») se mitigaron durante los meses de estancia en la isla en la que fue acogido con afecto por los lugareños e hizo amistad con muchos de ellos con los que continuó en contacto en los años sucesivos.

El referido dicho, «Fuerteventura es el culo del mundo», retrata una versión de la Fuerteventura de antaño que bien poco tiene que ver con la de hoy. Circuló en el pasado entre majoreros y foráneos, pero tal como la hemos escuchado trata de denunciar con ironía la situación de abandono y carencias de todo tipo. Ello no obsta para que, en ocasiones, decires como el que asevera que «majorero y burro negro, de ciento, uno bueno» hayan sido utilizados con escarnio hacia la isla y sus gentes.