Asuntos Sociales

‘La isla errante’, un grito agropecuario desde lo errático y turistificado

El cineasta tinerfeño Pablo Borges aborda en un cortometraje el abandono del sector primario

El cineasta Pablo Borges. | | EFE

El cineasta Pablo Borges. | | EFE / Efe/Carla Domínguez

Efe/Carla Domínguez

El cineasta tinerfeño Pablo Borges está a punto de estrenar La isla errante (2024), un cortometraje en el que se hace eco del grito del sector agropecuario canario, que se siente ahogado por la crisis en una «isla errática y turistificada».

Esta nueva producción cinematográfica, de unos 18 minutos de duración se introduce en la crianza de un niño, Carlos (Sergio Hernández), con su abuelo, Federico (José Luis Madariaga), que lucha por que su finca de plátanos subsista ante una tentación suculenta: la propuesta de compra por parte de un fondo de inversión de los terrenos adyacentes. A Carlos, ajeno a la situación económica de la familia, solo le atormentan los interrogantes sobre la ausencia de su padre, un marinero desaparecido en la búsqueda de una isla errante.

Pablo Borges subraya que es la insularidad, en la que ha nacido y crecido, la que le invita a esa conciencia y construcción de relatos, pero subraya que en esta ocasión la visión adquiere un enfoque crítico, pone en bandeja los fallos y hace hincapié en el territorio «del cemento y de los récord».

Además de evocar a la leyenda de San Borondón como telón de fondo, explica que el concepto de «isla errante» refleja precisamente «lo errático» de actual entorno canario, por lo que esta obra invita a repensar en las islas, a cuidarlas, «porque no hay una opción B».

Y para entretener, pero también denunciar, Borges y su equipo han necesitado cerca dos años de «batir ideas» y «discutir miradas», pero ha sido con la fusión artística de la veteranía de Madariaga y la genuinidad de Sergio, sus protagonistas, con la que han conseguido «esa naturalidad».

Dificultades del creador local

El corto La isla errante, producido por Gloomy Kids Films, ha sido autofinanciado -porque no ha recibido apoyos externos hasta su fase de posproducción, con el producto «semiterminado»-, y cuenta con la colaboración de Fundación CajaCanarias, el Instituto de Cine de Canarias y se incluye en la 18ª edición de Canarias en Corto 2024, del Instituto Canario de Desarrollo Cultural -empresa pública dependiente de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno regional-, que selecciona siete obras y apoya su proyección internacional en festivales, mercados y muestras.

La experiencia y esfuerzo de este proyecto canario recuerda a Pablo, su director y guionista, lo «sumamente difícil» que es levantar filmes de este calibre para el creador local; y, de hecho, cita como ejemplo que, para sacar adelante La isla errante, tuvo que trabajar como acomodador en un cine. Aunque matiza que la situación «va cambiando», resume que Canarias se ha convertido en un territorio de «servicio» para rodar películas extranjeras, al tiempo que persisten dificultades para el emprendedor local: desde conseguir contactos hasta potenciales inversores.

«Si favorecemos la llegada y la inversión de películas extranjeras, con grandes producciones, también tiene que haber un proceso de revertir ese dinero en una industria local, que hable de nosotros y que sea un espejo al que mirarnos», reivindica. Borges señala que ahora se necesita que las disciplinas artísticas de las islas creen ese «imaginario colectivo» del que Canarias ha carecido, porque durante muchos años, asevera, no ha habido inversión en cultura y no se les ha dejado hablar de ellos mismos. Por ello, el productor siempre ha procurado tener «esa perspectiva archipielágica», con inspiraciones en los hermanos Ríos y Juan Carlos Fresnadillo, y destaca que ha sido precisamente esa visión la que le ha hecho «repensar el territorio» y contar historias «desde dentro hacia fuera».

Cuando habla del relato identitario que lo define dice que en él hay «canariedad», pero a la vez no ha querido que esta sea el foco principal: «No todo tiene que ser canario, aunque sí me interesa hablar de lo que ocurre en el territorio».

Esta situación la refleja bien en la banda sonora del corto que ahora estrena, una pieza musical del compositor palmero Ricardo González que fusiona los ritmos folclóricos canarios con otros más latinos: timple y pito herreño con el cuatro venezolano.

Entre sus objetivos a medio plazo, el tinerfeño quiere que esta última producción se convierta en largometraje, y cuenta que ya está sumergido en el proceso creativo, aunque también mira para otra historia con ilusión: Pedro González, el canario que padeció el «síndrome del hombre lobo» e inspiró La Bella y la Bestia.

Recorrido

Pablo Borges estrena este 2024 La isla errante, pero su trayectoria cosecha otros cortometrajes premiados en el panorama nacional e internacional: La magua del ausente, mejor cortometraje de ficción en el Festival de Cine Nieves Lugo, y La divina tragedia, mejor dirección en el Indian World Film Festival. A estas dos obras cinematográficas también se suma «CLORO», que se estrenó en el Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria y formó parte del catálogo de Canarias en Corto 2023.

Ese recorrido lo repetirá próximamente su cortometraje de 2024 y continuará una ruta nacional e internacional hasta Latinoamérica. Una vez culmine ese traecto internacional, se prevé, además, un estreno al público en Tenerife, concretamente en el Tenerife Espacio de Las Artes (TEA).