Arte

Javier Duchement: la belleza de lo aterrador

El artista grancanario plasma nuestras peores pesadillas de forma fascinante e hipnótica en la muestra titulada ‘En el interior de los de afuera’ de la galería de arte de la ULPGC

Instalación ‘Coordenadas opuestas’ situada en la segunda sala con dibujos de ramas entrelazadas con carbón real.

Instalación ‘Coordenadas opuestas’ situada en la segunda sala con dibujos de ramas entrelazadas con carbón real. / LP / DLP

Lo aterrador tiene ese halo fascinante que atrae a los amantes de lo desconocido. A aquellos que disfrutan viendo ‘El exorcista’ o leyendo ‘El resplandor’. El grancanario Javier Duchement es un especialista en convertir nuestras pesadillas en una estética atrayente e hipnótica tanto en la pintura, como la escultura o la instalación. La muestra ‘En el interior de los afuera’, en la galería de arte de la ULPGC, es un ejemplo.

La obra del grancanario Javier Duchement resulta tan insólita como fascinante. Su pasión por retratar lo oscuro e inquietante de la existencia es ideal para aquellos que busquen el equivalente en el arte a la literatura de Poe, Lovecraft o Ballard. O aquellos que quieran poner imágenes al sonido gótico de Joy Division, Bauhaus o Christian Death. Su última muestra, En el interior de los afuera, se expone en la Galería de Arte de la Sede Institucional de la ULPGC hasta el 3 de mayo, como una de las exposiciones seleccionadas en el marco de la convocatoria abierta el año pasado por el Vicerrectorado de Cultura, Deporte y Activación Social de los Campus.

La exposición está formada por nueve obras divididas en tres espacios diseñados de tal manera que en cada uno las sensaciones fueran distintas. En la sala central hay cuatro dibujos «en los que se representa una naturaleza vegetal que muestra elementos que ponen de relieve un plano desconocido de la existencia, unas veces como algo cercano a lo animal y otras veces como algo de lo que no tenemos referencias», señala el propio Duchement.

En la segunda sala está la instalación Coordenadas opuestas formada por dibujos dispuestos sobre el suelo y sobre ellos montones de carbón vegetal. «Los dibujos son ramas entrelazadas de color azul claro que en algunas zonas son marrones. Sobre el plano de los dibujos se disponen montones de carbón vegetal formando líneas rectas y montículos que se enlazan en algunas zonas. 

En la tercera sala hay tres dibujos de gran tamaño que tienen por título Aquello no era carne anatómica I, II, III y la escultura Captor del silencio creada con un árbol seco intervenido. «En todas estas obras se conjuga la idea de mostrar una naturaleza que no podemos identificar su origen con claridad. Parece como si… es algo que se pone de relieve en todas las obras de esta exposición», añade.

Las claves conceptuales sobre las que el artista trabajo son, por un lado, «la representación de lo extraño como experiencia ante el contacto con lo inexplicable». Y junto a esto «la representación de lo raro como elemento ajeno a este mundo, inclasificable, aterrador y al mismo tiempo fascinante». Por otro lado, también está «la representación de la oscuridad, la penumbra y la sombra en sus múltiples concepciones físicas, conceptuales y emocionales». Y por último, «la naturaleza entendida como entidad rara donde lo vegetal se confunde con lo animal y con lo mineral, y donde lo ausente envuelto por la negrura se presenta amenazante y enigmático».

El artista entiende la extrañeza «como experiencia ante lo inexplicable o como percepción de algo que nos conduce a cuestionar la realidad que conocemos o los parámetros sobre los que se construye la normalidad y que dan sentido al mundo». Como observador y espectador de lo circundante, Duchement captura aquello que le resulta extraño, aquello que le repele a la vez que le atrae, «aquello que aun existiendo en el plano de lo mundanal y natural me traslada al plano de lo raro, produciéndose un profundo sentimiento de inquietud ante lo desconocido».

Al creador le interesa especialmente la idea de lo raro tal como lo define Mark Fisher en Lo raro y lo espeluznante. Para este autor es la entidad u objeto que es tan extraño que nos hace sentir que no debería existir, o que al menos, no debería existir aquí. «En mis dibujos, los lugares y todo aquello que aparece en estas imágenes están envueltos también por la penumbra, las sombras y la oscuridad más densa», señala. «La oscuridad como atmósfera nocturna, como negrura que desborda las formas y se expande en el espacio eliminando todo referente espacial, negrura opaca que también es entidad rara que arroja un algo pernicioso sobre el mundo, una fuerza hostil que tambalea nuestra comprensión de lo real». Por último, «me interesa la representación de elementos de procedencia natural, donde lo vegetal se podría confundir con lo animal o como si lo vegetal se presentara como un algo amenazante, inexplicable y cargado de incertidumbre».