El cantautor Carlos Ares peregrina su "música rural" en el Espacio Miller

El cantante y productor coruñés aterriza mañana en el epicentro del Monopol Music Festival como uno de sus cabezas de cartel

En el centro de la fotografía, Carlos Ares rodeado de su equipo de músicos

En el centro de la fotografía, Carlos Ares rodeado de su equipo de músicos / LP/DLP

Con el pistoletazo de salida que oficializa el arranque de su gira presentación, el artista Carlos Ares (A Coruña, 1998) migra su "música rural" céltica a nuevas latitudes atlánticas a través del Monopol Music Festival, en un concierto programado mañana a las 20.30 horas dentro del Espacio Miller, después de haberse probado por primera vez hace apenas dos días en la sala Loco Club de Valencia.

Lo cierto es, que a partir de la publicación de su álbum debut Peregrino (BMG, 2024) el pasado febrero, la crítica ha bañado en elogios al cantante, quedándose prendada del carácter neofolck con tintes rockeros que el artista imprime en su obra. Rebobinando desde el inicio de su andadura como productor, hace doce años, hasta principios del presente año, el artista ha pergeñado un sonido indie y alternativo que pone de relieve en su primer largo conceptual de 11 canciones. A Gran Canaria llega acompañado de su banda, compuesta por la guitarrista Beatriz Gutiérrez, alias 'Begut'; el vocalista del grupo La Sonrisa de Julia, Marcos Cao, al que Carlos Ares produjo su álbum Mañana mejor; Sergio Delgado en el teclado, y su hijo Christian Delgado como baterista; el violinista Tony Finu y la violinista Mikaela Vázquez.

Así como muchos viajeros recorren los senderos del Camino de Santiago en la tierra natal del cantante por motivos de fe o afán de superación, el artista recurre al arte como ritual de reflexión para responder aquellas preguntas que transitan por su mente. Tarea que, según cuenta, conllevó la reconexión consigo mismo mediante largos procesos de revisión y de desandar un arduo camino realizado como productor musical. Peregrino es, a grosso modo, una fotografía general resultado de la trayectoria profesional de Carlos Ares, así como un resumen original y sincero de sí mismo. "El álbum es una peregrinación elaborada a la inversa. Un resumen desde el punto de inicio hasta el día de hoy. Andar el camino hacia atrás, un retroceso que lleva hasta el punto inicial, repasando un poco todo lo que he vivido. Varias de las cosas que se me han quedado marcadas y de los sucesos que me han condicionado como persona", relata.

Esta es la carta de presentación en la cual el artista fundamenta su identidad artística, valiéndose de temáticas que son reflejo de sus motivaciones personales, y que participaron activamente en el proceso creativo del álbum. En concreto, el disco exhibe las entrañas de un proceso de sanación desatado por una relación tóxica. "A la hora de elaborar las letras, la identidad, las canciones y el discurso mío como artista, también quería que fuese de alguna forma muy transparente y que mostrase ciertas partes de mí", explica al otro lado del teléfono. Proceso que dio comienzo en 2020, cuando compuso el single Odisea. La canción por aquel entonces no formaba parte de nada en concreto, pero el coruñés decidió que esta acabaría siendo el germen de la línea temática del álbum. Aunque no forma parte del tracklist del álbum digital, sí que figura en la versión física de formato vinilo.

Otro de los aspectos que Carlos Ares quiso considerar en la fabricación de su primer disco fue la experiencia en directo. En vistas a ofrecer vivencias de calidad desde los escenarios, igual de disfrutables para él como para el público, Ares delineó una experiencia en vivo que parte de "la sencillez". Ello se materializa en el diseño de sonido y la composición lírica. Un show pensado para que los asistentes puedan seguir sus letras casi por inercia, haciendo falta solo un par de escuchas previas para que las canciones se tornen familiares.

Carrera profesional

La historia del artista coruñés no se puede contar sin abordar el aspecto musical. Apenas sabía formular palabra y ya estaba experimentando con las teclas del piano que tenía su madre en casa. Cuenta Ares que el oído le viene de parte de madre, y reconoce ser de estirpe artística. Orígenes que le brindaron una trayectoria de más de una década trabajando como productor afincado en Madrid. Un currículum que recopila colaboraciones con artistas como Paula Cendejas, Deva, Khotton, Luna Ki o Marc Seguí. "Para mí, mi objetivo en la vida era dedicarme a la música, así que me da un poco igual. Tanto si me estoy dedicando a la cantada por mí, como si es a la música que cantan otros artistas", resume.

Ares a veces trastea con la guitarra y otras con el piano, un multinstrumentista que emplea el resto del tiempo para desenvolverse en el terreno del canto, donde asombra con registros de falsetes, y sobresale en el campo de la producción musical. En todo caso, su faceta como productor copa gran parte de su actividad diaria, algo que entró en conflicto con la creación de Peregrino, que tenía su estreno previsto inicialmente en noviembre del año pasado. Relata que la vida del artista no se rige por vacaciones y juega al despiste con las estaciones del año.

Ambas facetas como cantautor "rookie", tal y como se define, se alternan con su trabajo como productor musical, un hecho que explica el retraso en el lanzamiento de Peregrino.  "Esa dependencia que tengo de trabajar para otros discos, para otros proyectos musicales, fue la que puso un poco las fechas de publicación de mis videoclips. Al final yo podía grabar el videoclip cuando tenía el dinero para hacerlo y a lo mejor el dinero no entraba hasta un determinado momento. Y bueno, he ido fluyendo un poco, tratando de compaginar mi societa como productor y como artista y hasta que he tenido el disco que yo quería, no lo he publicado". No rendir cuentas ante grandes discográficas le permitió terminar un primer álbum con el que se siente totalmente cómodo. Aunque el cantante reconoce que las inseguridades le asaltaron debido a la demora.

Peregrino se traduce en vídeos cuidados que guardan consonancia con la línea estilística de la música rural. Sencillez, representada en el campo gallego y la estética rural. El cantante descubre la personalidad visual de su música con vídeos exclusivos que se han ido publicando hasta este viernes. Los temas elegidos han sido, en orden, Amigo, Peregrino y Aquí todavía.

Carlos Ares

Carlos Ares / LP/DLP

El estudio a cuestas

Resulta que el proceso creativo que madura el sonido de Ares surge en aquellos lugares que le son más comunes, como es la casa de sus abuelos en Galicia, la suya propia en Madrid. "Una pequeña estación de grabación" que porta como una casa a cuestas le valió para dar pulso al corazón de su debut artístico. Dicho método elaborado con recursos escasos, medios caseros y la accesibilidad que proporcionan las tecnologías. "Realmente hoy con las herramientas que hay no necesitas grandes estudios. Con tener un portátil, un par de altavoces y un micrófono puedes hacerte un disco en cualquier sitio. Creo que es más importante que el entorno te resulte inspirador y estés cómodo para que las ideas fluyan y trabajes bien, más que tener un súper estudio con muchos cachivaches".

A través de todo lo anteriormente expuesto, queda claro que Peregrino habla en primera persona de Carlos Ares. Su música es el claro ejemplo de las inquietudes y pensamientos que le remueven las entrañas. La reconciliación del artista con su versión más primitiva, de obligatorio tránsito por A Coruña. Un talento imprevisible que, aunque pone en preaviso sobre que su próximo trabajo tendrá afán continuista con Peregrino, puede llegar a sorprender porque, como repite en los versos de Amigo y De polvo una mota: "no es lo mismo lo que hago que lo que digo".