Entrevista | Claudio Chiappucci Exciclista profesional

«El carisma es más importante que el palmarés»

Claudio Chiappucci, ayer, con las dunas de Maspalomas de fondo. | | LP/DLP

Claudio Chiappucci, ayer, con las dunas de Maspalomas de fondo. | | LP/DLP / E. L.

Eduardo López

Eduardo López

A veces no hace falta tocar lo más grande para trascender en la historia. Eso le pasó a Claudio Chiappucci (Uboldo, Italia, 1963) con su pedaleo. Sus ataques, escapadas y valiente pedaleo le guardan un lugar en los más queridos de siempre del pelotón.

¿Cómo le trata la vida?

Muy bien, sigo siempre dispuesto a hacer este tipo de eventos. Este no estaba previsto, me llegó el lunes y aquí estoy con muchas ganas. No podía decir que no.

Viendo como está el día no se arrepiente...

¡Qué va! Imposible. Siempre cuando me hablan de Canarias estoy siempre listo. He disfrutado mucho por las Islas.

¿Sigue enamorado del ciclismo o ya esto es por cumplir?

Para mí la bici es una pasión, no lo vi nunca como un trabajo. Lo vi siempre con esos ojos, como un deporte que me hace bien, que disfruto de él. Ahora ayuda a mi salud, disfruto más que antes. Cuando era profesional no tenía ni tiempo para ver los sitios increíbles por los que pasaba. Ahora voy mirando y es espectacular la de cosas que hay, los paisajes. Lo hago así ahora: paro, me bajo, sigo. Sin prisas. Hago lo que siento en el momento.

¿Es esa la esencia de la bicicleta para que tantos ciclistas sigan rodando después de ser profesionales?

El ciclismo no siempre es un deporte de equipo. Lo puedes vivir solo. Yo disfruto de esa soledad en la bicicleta, de conocerme y saber cómo estoy. Me ayuda a eso. Si me encuentro bien, pues salgo a entrenar. ¿Que no me encuentro bien? Pues me voy a la playa [Se ríe].

«De Induráin solo tengo buenos recuerdos; fuimos rivales, pero también amigos en la carrera»

¿Imagina la vida sin bicicleta?

No, pero no es un problema para mí. La bicicleta siempre está a mi lado, lo vivo con esa naturalidad. Lo vivo sin dudas y sin problemas. Está ahí siempre. Cuando me levanto por las mañanas tengo que hacer algún deporte, lo tengo en mi vida. Y la primera elección siempre es el ciclismo. Si llueve, puede que vaya a jugar al tenis, a correr, a andar, pero siempre intento tocar la bicicleta.

Lleva aquí un rato y más de un turista italiano le ha pedido una foto. ¿Siente cercano ese cariño de la gente todavía?

Siempre, cuando tienes carisma es así. La gente me quiere mucho y yo intento devolverle ese cariño. El carisma es más importante que el palmarés. El carisma es lo que ve la gente, lo que sienten por ti y de ti, es la manera en la que te encuentras con ellos, que nos tocamos, que nos relacionamos. Y eso creo que para la gente también es más importante que el palmarés.

Usted tuvo muy cerca de ganar varias grandes varios años consecutivos. ¿Le habría cambiado eso?

El carácter no cambia. Soy y seré así. Y lo hubiera sido si llego a ganar uno, dos, tres veces el Tour o el Giro. Siendo así he sido y soy feliz, también cuando era profesional. Con la gente siempre he conectado, he tenido buena relación.

Alguno le reconocerá por aquí. Levantó a más de uno de la siesta en aquellas tardes de Tour.

Sí, sí. Siempre tengo muchos compromisos en España, Francia e Italia, obviamente. Y tanto en Francia como en España se vive mucho, recuerdan aquella rivalidad.

De esos golpes a los pedales contra Miguel Induráin, su gran rival, ¿qué recuerda?

Siempre buenos recuerdos. Hemos sido rivales, pero muy amigos en carrera y después de las carreras. No me lo encuentro mucho, Miguel no es como yo, no da tantas vueltas por ahí, no participa en tantos eventos, pero siempre que nos encontramos es una fiesta.

Suscríbete para seguir leyendo