Dos de dos. Pleno antológico en el templo español del turf por excelencia, el madrileño Hipódromo de La Zarzuela. Great Prospector, tras un año de inactividad, regresaba a lo grande a la competición ganando por tercera vez consecutiva el prestigioso Premio San Isidro. Menos de un mes después, en su segunda aparición en la pista, el caballo de la cuadra Malow Gran Canaria demostraba de nuevo que la lesión que lo tuvo en el dique seco durante 365 días quedaba en el olvido y que no ha mermado en nada sus grandes prestaciones, que lo convierten en uno de los mejores esprinters, sino el mejor, del país en la actualidad.

El ejemplar propiedad de Óliver Alonso, entrenado por el preparador Óscar Anaya, sumaba este fin de semana a su ya excelso palmarés la victoria en una prueba que hasta ahora se le resistía, el Gran Premio Urquijo, la cita estelar de la nueva jornada de la temporada de primavera en el recinto madrileño.

Con el portugués Ricardo Sousa, su jockey, luciendo en su chaquetilla los colores originales de Malow Gran Canaria que se recuperaban en el reciente Premio San Isidro en memoria de su creador, Juan Alonso -el progenitor de Óliver el actual propietario-, Great Prospector se imponía en un emocionante Gran Premio Urquijo, carrera en la que participaban ocho caballos y que se disputaba sobre una distancia de 1.100 metros en línea recta.

El ejemplar de la cuadra grancanaria vencía a Speak in Colours, un rival al que también prepara Óscar Anaya. Le aventajó casi por un cuerpo. Este caballo fue precisamente el primero en atacar desde los 500 metros finales en una dura pugna con Kendaya. Pero no pudo con el fuerte cambio de ritmo de Great Prospector, que se hacía así con su noveno triunfo.

Este ejemplar, de siete años de edad y adquirido en la subasta de Tattersall (Inglaterra) por Mallow Gran Canaria en octubre de 2019, se sacaba la espina clavada que tenía con este Gran Premio Urquijo. En 2020, en dicha prueba, estaba a las puertas de firmar un registro histórico. Pero en un mal día, no pudo tener el honor de ser el primer caballo en conseguir la victoria en las tres grandes citas de velocidad del madrileño Hipódromo de La Zarzuela.

Sin embargo, eso no le privaba de lograr ese año el título de mejor caballo de España con un valor de 46.5, la más alta alcanzada en el turf español e impuesta por el Jockey Club Español, entidad que controla y regula las carreras de caballos.