El Guaguas zozobra ante el Cisneros, pero salva los muebles en la muerte súbita

El Guaguas zozobra ante el recién ascendido Cisneros Alter que a punto estuvo de profanar el CID y de acabar con la imbatibilidad de sus vecinos desde la primera jornada del curso pasado.

El examarillo Lucas Conde, Amorím y Gaby del Carmen, se bastan para poner contra las cuerdas al vigente campeón de la Superliga, obligando a Sergio Miguel Camarero a tirar de fondo de armario, para salvar los muebles gracias a dos jugadores, Manu Furtado y Juan Pablo Moreno, que partían como suplentes y que terminaron por ser claves en la remontada amarilla para salvar dos puntos al imponerse por 3-2 en el tie-break.

Partido desigual sobre el papel el que acogía el Centro Insular de Deportes en el arranque de la segunda jornada de la Superliga, con un derbi canario que se reeditaba 28 años después de su última ocasión en la máxima categoría. El Guaguas, vigente campeón de la competición, recibía a un motivado Cisneros Alter, recién ascendido, pero que se presentaba en la Isla vecina sin complejos, con un juego valiente, efectivo en el bloqueo y contundente en ataque con Lucas Conde, el examarillo y Gaby Del Carmen como principales amenazas.

Sin embargo, era el Guaguas quien golpeaba primero, con Jorge Almansa y Paolo Zonca que obligaban a los tinerfeños a parar el partido con un 10-5 en el marcador que apuntaba a que los amarillos iban a pasar el rodillo sobre sus vecinos.

Pero nada más lejos de la realidad, los errores propios y la propuesta arriesgada de los tinerfeños les colocaba en el buen camino para dar la vuelta a la tortilla en la recta final del primer asalto que se decantaba del bando tinerfeño con un 22-25 que cerraba Lucas Conde para su equipo, dando la primera gran sorpresa del choque (0-1).

Cambio de fichas

Sergio Miguel Camarero tomaba nota y optaba por cambiar sus piezas en el tablero, dando entrada a Io De Amo en la dirección y a Jean Pascal en el centro de la red.

La decisión del técnico amarillo le daba más orden en su juego, encontrando con más facilidad a Zonca y Wallyson Souza por las alas, mientras Jean Pascal sembraba el terror en el centro de la red. El Cisneros no conseguía igualar el acierto del Guaguas, a pesar de la buena actuación de Lucas Conde y de Amorím, que no podían evitar que los grancanarios igualasen la contienda adjudicándose con un solvente 25-18 el segundo acto (1-1).

El Cisneros se recomponía asombrosamente en el arranque del tercer acto, con Amorím en estado de gracia, sacando partido a los errores no forzados del Guaguas, llevando a Camarero a congelar el partido con un 4-7 en el luminoso.

Los amarillos encontraban en Juan Pablo Moreno la vía para mejorar en su ofensiva, pero los tinerfeños volvían a mostrar su mejor versión con Amorím y un omnipresente Gaby del Carmen que con la complicidad de Macarro desesperaban a Sergio Miguel Camarero que se quedaba sin tiempos muertos al consumir el segundo con 16-18 en el marcador.

Las sensaciones del Guaguas se reflejaba en el rostro de los jugadores que veían como los tinerfeños aprovechaban sus errores y la efectividad de Lucas Conde y Amorím para cerrar el tercer asalto a su favor con un 21-25 que ponía contra las cuerdas a los grancanarios (1-2).

Manu Furtado al rescate

La apuesta por Manu Furtado le daba un plus de energía al Guaguas en el arranque, que con los latigazos de Nico Bruno obligaba a sus vecinos a pedir un tiempo muerto con un 11-7 en el marcador.

Los tinerfeños no daban con la tecla para parar al caboverdiano Manu Furtado en el centro de la red, decidiendo Guidolín consumir su último tiempo muerto en el cuarto asalto con 19-10 en el marcador en busca de una reacción de los suyos.

La reacción del Cisneros no terminaba de llegar y el Guaguas salvaba los muebles para forzar la muerte súbita tras igualar el partido con un 25-14 en el cuarto set.

Un 3-1 de salida en el quinto set le daba el aire que necesitaba el Guaguas para ganar en tranquilidad, apoyado en un desatado Manu Furtado que encontraba el apoyo de Juan Pablo Moreno y de Nico Bruno para controlar de principio a fin una muerte súbita en la que los fogonazos aislados de Amorím no bastaban para evitar la derrota por 15-10 que daba el triunfo final a los amarillos (3-2).

Suscríbete para seguir leyendo