El balonmano como vehículo para la integración

Marta Mangué pone fin a su carrera para embarcarse, como embajadora del COE, en un proyecto para la formación deportiva de los refugiados atendidos en el sistema de acogida 

Marta Mangué, durante la gala del COE en la que el proyecto con los refugiados del que es embajadora fue galardonado con el premio ‘Corazón de España’.

Marta Mangué, durante la gala del COE en la que el proyecto con los refugiados del que es embajadora fue galardonado con el premio ‘Corazón de España’. / Diego Souto

Santiago Icígar

Santiago Icígar

Recientemente retirada, Marta Mangué, leyenda grancanaria del balonmano, actúa como embajadora, junto a otros siete olímpicos, de un proyecto pionero del Comité Olímpico Español (COE) que pretende brindar una salida a los refugiados acogidos a través de 25 centros deportivos, cada uno centrado en un deporte, repartidos por España. Una escuela de balonmano y su asociación, las otras dos ocupaciones en su nueva vida.

Marta Mangué, la inolvidable Pantera nacida en el seno del Rocasa, da por finiquitada su carrera deportiva como jugadora de élite para embarcarse, de la mano del COE (Comité Olímpico Español), en un proyecto pionero entre lo deportivo y lo social con el que se pretende dar una salida a través del deporte a los refugiados acogidos en nuestro país. Esta iniciativa fue premiada recientemente con el premio Corazón de España.

La máxima goleadora histórica de las Guerreras ha sido reclutada junto a otros siete deportistas de élite que, como ella, han sido olímpicos en diferentes disciplinas: Lydia Valentín (halterofilia), Teresa Portela (piragüismo), Tania Lamarca (gimnasia rítmica), Fermín Cacho (mediofondista), Gervasio Deferr (gimnasia artística), Joan Lino (salto de longitud) y Alberto Fernández (tiro al plato).

Como parte de este proyecto, se están construyendo un total de 25 instalaciones deportivas en diferentes centros de acogida repartidos por todo el país, siendo Mangué la embajadora para el centro que se levantará en Gran Canaria. 

El propio presidente del COE, Alejandro Blanco, apuntaba como objetivo de dicho proyecto el «poder dar cabida a todas esas personas que a través del deporte buscan una nueva oportunidad». En la presentación de la iniciativa, en octubre, Mangué explicaba que sabe de primera mano cómo se pueden sentir los refugiados: «Mi padre fue uno de ellos y gracias a eso he tenido una vida mejor. Ahora quiero ayudarles y hacerles ver que hay una vida mejor». 

La grancanaria decidía recientemente poner fin a su exitosa carrera tras jugar la que finalmente ha sido su última temporada como profesional en su casa, en las filas del Rocasa. «Después de pasar los últimos diez años en Francia, volver fue una decisión más familiar que deportiva, sabiendo que se acercaba el final de mi carrera; fue una forma bonita de retirarme en Canarias estando con mi familia», relata la ya exjugadora.

«Si hubiese querido seguir jugando ya estaría haciéndolo, me estoy mentalizando ya de que no voy a volver a hacerlo, porque hasta septiembre todavía albergaba la duda de poder incorporarme si algún equipo necesitaba fichar por alguna lesión. Pero ya estamos en diciembre, sigo entrenando fuerza físicamente y de incorporarme a un club ya sería el próximo verano; aunque siendo sincera, no creo que haya ya ninguna posibilidad de hacerlo», analiza.

En su regreso a la Liga Guerreras Iberdrola tras mucho tiempo en el extranjero, Mangué reconoce que cuando debutó en el Rocasa con 16 años «el nivel que tenía la competición española era alto, había bastantes extranjeras», «Pero actualmente se apuesta más por la presencia de jugadoras nacionales al no ser una liga potente con capacidad para pagar salarios altos», explica Marta.

En esa evolución, Mangué afirma que, a su vuelta, se encontró un Rocasa con gente muy joven: «Había jugadoras a las que les sacaba 20 años de diferencia, que estaban teniendo sus primeras experiencias en el balonmano. Era algo diferente a lo que dejé cuando me marché. Creo que falta en el equipo un espejo donde las jóvenes puedan mirarse».

La apuesta del club teldense por seguir potenciando esa juventud, la olímpica grancanaria la ve como acertada «si lo que se está buscando es un proyecto a largo plazo, pero si quieres resultados a corto plazo necesitas hacer un equipo más intermedio entre jóvenes y veteranas con peso, pero desconozco el proyecto que tiene el Rocasa ahora mismo». «Si han construido ese equipo deben tener paciencia, porque es lo que tienen ahora, y hacerlas a su mano», añadía la Pantera.

Vocación de entrenadora

Marta Mangué nunca ha escondido su voluntad de ser entrenadora. «Tengo el master coach, que es el curso de máximo nivel para poder entrenar incluso en la Champions, pero es cierto que ahora estoy en un proceso de construirme a mí misma». «He creado una asociación deportiva y en breve decidiré hacia dónde enfocarme. Mi idea es abarcar todo el mundo del deporte y lo que son los conceptos técnico-tácticos en el balonmano, además del proyecto social con el COE», relata la grancanaria.

En cuanto al proyecto para los refugiados, Mangué resalta que «nace del propio presidente del COE -Alejandro Blanco- y ha conseguido las subvenciones necesarias para que cuenten con centros deportivos a los que acudir y en algunas Comunidades Autónomas, incluso, contarán con centros de alojamiento donde podrán residir en su día a día». 

«Es todo tan nuevo que aún no conocemos las funciones que tendremos que desarrollar como embajadores del COE y todavía se están buscando posibles localizaciones para poder montar esos centros, en sitios habilitados para ello pero que no estén siendo frecuentados por personas», apunta Mangué. El primer centro operativo ya funciona en Madrid y es el primero de su estilo a nivel mundial. En principio, su función estará encaminada a «dar charlas formadoras y motivadoras a los refugiados, además de aportar nuestra experiencia deportiva como deportistas olímpicos, cada uno en nuestra disciplina». 

En la mente de Mangué está el «desarrollar un proyecto deportivo a través de una escuela de balonmano, aunque aún estamos en el proceso de dar los retoques necesarios para adaptar una idea que llevo madurando hace años».

El futuro de las Guerreras con Ambros Martín

Desde la experiencia que le da su condición de máxima goleadora histórica de la selección española, Marta Mangué es una voz más que autorizada para valorar el momento actual de las Guerreras tras su discreto papel en el Mundial. «Ha sido una pena, pero los Mundiales son así, tienes que ganar ese partido de cuartos y da igual lo que hayas hecho hasta ese momento. Al igual que el Rocasa, la selección está en un proceso de reconstrucción; Ambros Martín hace solo unos meses que ha entrado y tiene que formar su equipo y hay que darle tiempo, aunque es cierto que los Juegos Olímpicos están a la vuelta de la esquina», analiza la canaria. En su opinión, supone una ventaja la experiencia previa del lanzaroteño como seleccionador ruso y rumano, pero «si nuestra liga tiene un nivel físico que no nos permite jugar con las mejores, aunque sean las mejores de España, se nota esa diferencia ante otras selecciones cuyas jugadoras juegan en ligas como la rumana, la húngara o la francesa», pero al igual que el seleccionador cree que se puede trabajar «para generar jugadoras diferentes». 

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